LA POLÉMICA SIRENITA
Por: Raquel Rodríguez Sandoval
¿Tienen hijos?
¿Se imaginan que la menor de sus hijas, una adolescente de
16 años de edad decida arriesgarse y acudir sola a un lugar peligroso del
cual ya le hablaron, en donde puede
perderse o morir?
Esa es la encrucijada en la que se encuentra el papá de
Ariel, el Rey Tritón.
Por supuesto me refiero a las películas de "La
Sirenita".
Como nos hemos dado cuenta en el "maravilloso y mágico
mundo de Disney", nos encontramos en las películas de princesas
innumerables conductas muy cuestionables, ya qué tienden a romantizar comportamientos inadecuados para una sana
relación y ésta no es la excepción.
En este breve artículo no pretendo hacer un análisis
minucioso de las actitudes de los personajes de "La Sirenita", sé que las películas infantiles son como cuentos
para disfrutarse, sin embargo el hecho de que actualmente sean representadas
por actores reales, me lleva a cuestionarme diferentes situaciones que hoy
comparto con ustedes amables lectores.
Ariel se enamora de Eric.
¿Quién no recuerda el amor adolescente?
Intenso, dramático, impulsivo, pero sobre todo, auténtico.
Ariel decide irse con Eric desde el primer momento.
Ella sabía que sus mundos eran diferentes e incompatibles, y
se hizo “pequeña” para caber en un lugar que no era el suyo, cambiar esa
maravillosa voz que identifica a las sirenas, (esto al hacer un trato con la
persona menos indicada, sin importar que además afectaría a su padre) al igual
que su cola por pies, pierde totalmente su identidad.
Las personas podemos sentir una atracción física en un
primer momento y abrumar con detalles, flores, canciones, mensajes y dedicar
todo el tiempo posible a hacer sentir halagada a la otra persona, pero si se
desea formar una relación duradera, ese no es el momento de decidir algo serio
o trascendente. El amor lleva más tiempo para conocerse, el entorno de ambos,
las metas, los sueños, los gustos, las costumbres y manías, saber lo que espera
cada uno de la relación, etc.
¿Calladita te vez más bonita?
Lo que realmente me sorprende es que para llegar a este
conocimiento es fundamental la comunicación qué definitivamente es nula al ella
perder la voz y solamente darse a entender con el movimiento de la cabeza,
permitiendo a Eric realizar monólogos, decidir la comida que por cierto no se
encuentra en la alimentación habitual de ella, así como la ropa a la que no
está acostumbrada ya qué no la necesitaba.
¿Valió la pena tanto sacrificio?
En las películas hay un final "feliz" con extinción de la villana, el visto bueno
del papá y un perfecto "fueron felices para siempre", pero la versión
original del cuento de Hans Christian Andersen es más coherente, ya que Eric
deja a Ariel y se va con la otra chica.
¿Cruel? Sí, pero lógico. Él nunca le pidió que dejara de ser
ella para encajar en su mundo.
¿La habría querido y aceptado con su aspecto real? Ella no
le dio a él, ni se dio a ella la oportunidad de saberlo.
¿La quiso? No, solo fue atracción física, él no hizo ningún
cambio para entrar al mundo de ella.
El sábado pasado asistí a una fiesta, también fue invitada
una pareja muy especial: ambos seguramente pasaban de los 50 años, ella tenía
una condición en la que además de ser de talla baja, se trasladaba con apoyo de
muletas, él no tiene ningún problema similar ya qué es de estatura promedio y
no utiliza ningún apoyo para desplazarse.
A él se le notaba el gusto por la música y el baile, ya que
sus movimientos lo delataban al escuchar los acordes de los músicos qué
interpretaban canciones con ritmos tropicales.
Él bailó con un par de personas que los acompañaban y ella
no tuvo reparo alguno con esta situación, las muestras de atención,
comunicación y amor estuvieron presentes entre ellos en todo momento.
He sido testiga de tormentas con rayos y truenos
protagonizados por parejas por mucho menos que esto.
Ella no tuvo que hacer ningún cambio drástico para agradarle
a él y por el breve tiempo y espacio que compartimos se ve que hay buena
comunicación.
Ellos son un buen ejemplo que demuestra que no tiene sentido
cambiar nuestra esencia, es lo que nos hace únicos, no importa la edad o el
género, nuestro paso por este mundo es muy corto como para tratar de encajar en
los estereotipos impuestos por la sociedad en la que nos desenvolvemos.
No es necesario tratar de agradar, lo importante es ser
felices como somos y si sentimos que debemos cambiar, que sea para nuestro
desarrollo, superación y beneficio.