MURAL DE MOSAICO JUNTO A LA CATEDRAL DE AZCAPOTZALCO

MURAL DE MOSAICO JUNTO A LA CATEDRAL DE AZCAPOTZALCO

Por Martín Borboa Gómez 

AZCAPOTZALCOGRAFÍA.

 


La noche del día 27 de agosto del 2024, caminé por la calle de Tepanecos, en el tramo entre la Avenida Azcapotzalco y la calle Rayón, pasando a un lado de la barda atrial de la Catedral de Azcapotzalco, Cdmx.

 Vi un gran panel enmarcado en metal, que daba toda la impresión de ser la base para la colocación de algo más, otro día.


Es bastante grande, de modo que para ser un panel para un periódico mural quedaría demasiado grande a comparación del tamaño que suelen tener, o que he llegado a ver. 


Dejé pasar unos días, y el fin de semana (8 de septiembre) nuestro compañero del "Taller de Relatos de Azcapotzalco", Víctor Tamariz, compartió unas coloridas fotografías en el grupo de whatsapp, que me dejaban ver que ya estaba listo el propósito del panel. En reacción a lo que nuestro compañero Víctor amablemente nos enviaba ese domingo, este lunes acudí al lugar a mirar con detalle el nuevo mural del centro de la alcaldía.

Comparto algunas imágenes que tomé, anotando una breve posible narración de lo ahí expuesto:

Ya estaba terminada la colocación de todos los mosaicos que conforman el mural. Ignoro si después tendrá cerca una placa explicativa, o si lo que pude ver será todo, y ya depende de uno y la información que conozca, para entender que se refleja en esa obra. Por ahora, es el mismo panel enmarcado en metal, con las piezas de mosaico adheridas, mostrando un bello y colorido mural.


Pido al lector notar que a la derecha se ve un poste negro (último soporte del mural), y después de él, se ven en una pared trazos de contorno negro, con pintura amarilla y verde claro. Eso no forma parte del mural. Eso es parte del grafitti que está en el muro de la barda atrial, desde antes, y que ahora ha quedado parcialmente oculto.

La narración superficial que yo me hice, de lo que pude ver en esta primera visita al mural, y que deseo compartir, es la siguiente. Sé que de cada figura puede decirse mucho más y con más precisión. He elegido esto:


El dios Quetzalcóatl (que tiene un caracol) deseaba ayudar a la nueva humanidad bajo el quinto sol, y se propuso darles sustento. Lo tuvo que buscar.


"La leyenda de los soles", (Códice Chimalpopoca, Anales de Cuautitlan y Leyenda de los soles, UNAM, México 1992, pág. 121) dice que: 

"fue la hormiga a coger el maíz desgranado dentro del Tonacatépetl... encontró Quetzalcóatl a la hormiga y le dijo: "Dime a dónde fuiste a cogerlo". Muchas veces le pregunta pero no quiere decirlo. Luego le dice que allá (señalando el lugar) y la acompañó. Quetzalcóatl se volvió hormiga negra, la acompañó, entraron y lo acarrearon ambos, esto es, Quetzalcóatl acompañó a la hormiga colorada hasta el depósito, arregló el maíz y en seguida lo llevó a Tamoanchan. Lo mascaron los dioses y lo pusieron en nuestras bocas para robustecernos".

Es decir, alimentarnos.

El sitio en el que Quetzalcóatl fue ayudado por la hormiga roja, y él en forma de hormiga negra, halló, cargó y extrajo el maíz para dar de comer a la humanidad y enseñarle a prepararlo, fue en Azcapotzalco

Quetzalcóatl estuvo aquí, en Azcapotzalco, para el muy importante momento en que solucionó el problema de la continuidad de la humanidad. Su subsistencia.

Desde entonces, el glifo, el emblema, el escudo delegacional, el escudo de la alcaldía, ha sido el de una hormiga rodeada de granos de maíz. Es muy común que dicha hormiga sea roja cuando se le representa. 


Esta tierra tuvo ocupación de diferentes grupos, algunos más numerosos que otros, pero un asentamiento que fue más definitivo y que ocupó el área para establecer y hacer crecer su dominio, fueron los tepanecas, quienes alcanzaron su máximo poder y amplitud de influencia y gobierno, durante el extenso periodo de liderazgo de Tezozómoc.


En el vasto territorio que él dominaba, incluía la isla que luego se conocería como México Tenochtitlan. Esa el lugar donde el dios Huitzilopochtli había indicado a sus fieles seguidores, que encontrarían una señal: un águila parada en un nopal. Versiones hay que dicen que estaría comiendo a una serpiente.

Esa isla era propiedad de los tepanecas en ese tiempo, de modo que es válido decir que el sitio en donde aconteció la escena de nuestro escudo nacional, fue en tierra de Azcapotzalco, propiedad de éste.



Todos sabemos que después pasó a ser propiedad de los mexicas. Después. Pero en el momento del hallazgo anunciado por el dios Huitzilopochtli, era de los tepanecas de Azcapotzalco. Los mexicas pagaron tributo a los tepanecas para tener derecho a ocupar esa isla.

Azcapotzalco fue un gran poderío en la zona, de gran influencia en lejanas tierras que le daban tributo, y su centro principal era lo que hoy llamamos el centro de Azcapotzalco, y su periferia más próxima.

El comercio fue un poderoso elemento de interacción, alimentación, obtención de bienes, conocimiento de productos de otros lugares, de sus costumbres, usos, materiales, y en fin, de apertura, conocimiento y aprendizaje, siempre interesante. 

Los pochtecas eran más que comerciantes, pero era una de sus funciones principales, incansables viajeros, excelentes negociantes, vieron otras latitudes, culturas y paisajes. En el corazón de Azcapotzalco, siempre ha existido el mercado, lo cual se refleja en este mural. En esa zona de Azcapotzalco hay mosaicos que indican como nombre del lugar: Pochtlan, lugar de pochtecas.


Llegó la conquista europea, mucho de lo anterior fue destruido, y sobre sus restos, se levantó una nueva cultura. El territorio de Azcapotzalco fue dividido, seccionado, y pocas personas pudieron ocupar grandes extensiones que antes habrían sido territorios comunales, de grupos enteros.

Las haciendas fueron uno de esos tipos de propiedad, los ranchos, etc. Una de las más famosas en Azcapotzalco, es la de Careaga. Algunas fuentes la llaman de San Nicolás Careaga.

 


Algunas fuentes dicen que otra hacienda grande y famosa fue la de El Rosario, y hay fuentes que dicen que la misma de San Nicolás luego se llamó Careaga, y luego se llamó El Rosario.

Extensión territorial aproximada que en la época colonial, por 20 años, fue del Beato Fray Sebastián de Aparicio, patrono de los charros, transportistas, choferes, agricultores, ganaderos, empresarios, y hasta intercesor para un buen parto.

Mucho de la extensión de esa o esas propiedades, es ahora lo que conocemos como el terreno del CCH Azcapotzalco, el Parque Tezozómoc, la Unidad habitacional El Rosario, el centro comercial Rosario Town Center, etc. 

Es inmenso. 

La Virgen del Rosario da su nombre y presencia a mucho del Azcapotzalco actual. Una estación del metro, zona de habitación, zona de comercio, de estudio, etc. 

Incluso la hoy Catedral de los Santos apóstoles Felipe y Santiago, en el corazón de Azcapotzalco, levantada por los frailes dominicos, tiene una gran capilla dedicada a la Virgen del Rosario.


Esa catedral, tiene bajo su campanario una gran hormiga roja, que se dice avanza en dirección a la campana, y que cuando la alcance, será el fin del mundo. Curiosamente hay gente que dice que en su opinión, si la ve más cerca que antes. 

La fe católica de mucha población de Azcapotzalco, hizo que desde el año 1532, (casi un año después de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac en diciembre de 1531), acudieran en peregrinación religiosa hacia el sitio principal de aquellos acontecimientos, a adorar a la Virgen. Esa peregrinación se conoce como "Naturales de Azcapotzalco", y tienen siglos de peregrinar anualmente hacia allá, con el mismo propósito que sus antecesores. Desde 1532 a la fecha.

El autor del "Nican Mopohua", libro que expone y detalla las cinco apariciones de la Virgen de Guadalupe, en el Tepeyac y en Tulpetlac, fue Don Antonio Valeriano, nacido en Azcapotzalco, destacado gobernante de una parcialidad de este lugar, y muy importante personaje de la crónica e historia de nuestro pasado prehispánico y colonial.

En el mural que nos ocupa, se refleja a los peregrinos católicos que salen de la Catedral de Azcapotzalco, hacia su recorrido anual para adorar a la Virgen de Guadalupe. Esta imagen es la pieza que queda al centro del trabajo pictórico del mural.

La Virgen de Guadalupe está al centro.


Una escena de la historia nacional que tuvo lugar en Azcapotzalco durante algunos días, y principalmente el 19 de agosto de 1821, fue lo que llaman "la última acción de armas de la guerra de independencia". En esa batalla se enfrentaron los bandos Realista contra el Trigarante. El triunfo fue de los exitosos Trigarantes, cuyo jefe principal era Don Agustín de Iturbide
El escenario principal fue el atrio de la hoy catedral, pero abarcó más zonas de Azcapotzalco: lo que hoy llamamos Puente de guerra (de ahí su nombre), parque "El zacatito", Jardín Hidalgo, entre otras. 

Bajo la lluvia, un cañón quedó atascado, y el militar Encarnación Ortiz, trigarante, deseó rescatarlo, se expuso demasiado a las balas del enemigo para lograrlo, y murió. 

Fue enterrado en el atrio de la hoy catedral. Ahí, un pequeño monumento lo representa parado junto a un cañón. Se ignora el sitio exacto de su tumba.


Lo que hoy es la Casa de Cultura, formó parte del predio de la catedral, y en ese gran conjunto, hay varias leyendas, una de las más conocidas, es la de "La dama de blanco", que quedó plasmada e incluida en el mural que trato de describir. Hay diferentes versiones de esta leyenda, ocasionalmente hay representaciones teatrales de ella, y narraciones que la relatan. La dama llora, y el mural muestra sus lágrimas.


En Azcapotzalco hay gusto por recordar el transporte del tranvía, desde su versión tirado por mulitas, hasta el eléctrico en sus diferentes aspectos. Uno del siglo XX es el que se ha incluido en este mural.


Sabemos que otro tranvía muy famoso en Azcapotzalco es el pintado por Juan O´Gorman, en su mural dentro de la Biblioteca Fray Bartolomé de las Casas, a poca distancia del mural que nos ocupa. 
No incluyo imagen de ese otro tranvía para no confundir al lector. Me centro en el mural exterior, a un costado de la barda atrial de la catedral.

Para terminar de exponer las secciones del mural que elegí para este recuento, es una imagen de una joven que supongo representa el futuro de nuestro querido Azcapotzalco, tanto de su población, su cultura, sus tradiciones, su proyecto familiar, su visión del mundo futuro en cuanto a ciencia, economía, salud, etc.

La veo como la joven esperanza del progreso material, intelectual, y espiritual.


El patrimonio de Azcapotzalco se ve aumentado con este nuevo mural. Invitación a cuidarlo y disfrutarlo.

Entradas más populares de este blog

TRES TEMPORADAS DE FANTASMAS EN LA UNIDAD TLATILCO, AZCAPOTZALCO, CDMX

GRACIAS PADRE ANSELMO

MARÍA FRANCISCA LÓPEZ SUÁREZ