MAYORDOMÍA DE SANTIAGUITO ETLA, OAXACA
MAYORDOMÍA DE SANTIAGUITO ETLA, OAXACA
Por Virginia Hernández Vázquez
Las mayordomías en Oaxaca son parte fundamental de la tradición y cultura de un pueblo, de la unión entre comunidades, es un esfuerzo físico, económico, de tiempo. Es símbolo de cariño, fraternidad, de ayuda y fe. Es un compromiso que se adquiere con la iglesia y el pueblo al ser quien se encargará de parte de la fiesta tradicional del santo patrón; comida, misas, adornos, música, entre otras cosas más.
Muchos tardan años para serlo pues hay lista de espera, aún sí
llegará a morir quien se anotó, si pasan por algún
problema o no se encuentran en el pueblo, cumplen su compromiso con el apoyo de
su familia y amistades y lo hacen según sus posibilidades y gustos.
En este caso la mayordomía de
Santiago Apóstol el mayor ó Santiaguito, como de cariño le dicen en el pueblo de
que lleva su nombre, “Santiaguito Etla”, región del Valle, Oaxaca, se celebra
el 25 de julio desde hace más de un siglo, días que se unen con la fiesta más grande
del estado, la “Guelaguetza”.
En el 2008 mis primos padrinos obtuvieron ese honor, así como lo recibieron varias veces mis abuelos maternos, Los mayordomos del año anterior frente al altar les entregan flores y velas, signo de cambio del compromiso.
Les dicen: “Les entrego esta luz y estas flores sabiendo del cuidado que tendrás que en este año no les falte”.
Los nuevos mayordomos
reciben felicitaciones y les desean buena suerte, ahí empieza su trabajo, toda
la preparación, organización y gastos dependen de su economía, su gusto, su
imaginación y su tiempo. Tendrán que mantener arreglada la iglesia,
organizar la semana santa y los compromisos
que conciernen al santo patrón, durante el año han de “velar”
significa que no le falten veladoras y flores.
Desde antes de la fiesta patronal, buscan dónde se harán los rosarios o misas, “la novena”, al terminar se les ofrece algún alimento y bebida a quienes los acompañaron.
Llegado el día adornarán por dentro y fuera la iglesia, las calles y sus casas, ese año mientras se colocaba la portada la banda tocaba las mañanitas, adornaron el altar con velas de cera legítima mandadas especialmente a hacer y la calle principal la vistieron con banderines, la familia que íbamos de otros lugares llegamos desde días antes para ayudar con cariño, alegría y orgullo, pues hay mucho que hacer.
A las cinco de la mañana del día 25 sale una procesión con la imagen de Santiaguito, con antorchas y lámparas van entonando “Santiago dichoso, tus glorias cantaremos, Santo prodigioso tú vida imitaremos”.
Algunas familias reparten de almorzar, más tarde mi familia preparaba la comida mientras tocaba la banda, a los mayordomos les toca pagar la misa del mero día 25 de julio, la del sábado, domingo y lunes, la banda de música y las chirimías para acompañar, y la ropa con la que atavían al santo patrón.
Aunque siempre hay familias que donan alguna de las anteriores para la fiesta. Luego de terminar la misa es tradición bailar jarabes con canastas de dulces, trastes, sombreros, paliacates, fruta, juguetes, entre otras cosas, las avientan a la gente que con emoción tratan de ganar. Es muy divertido y peligroso, tomando en cuenta los paletazos o frutazos en la cabeza o los golpes y empujones para ganarle al otro.
El día viernes más cercano a la fiesta se hace
el “Convite” que es una invitación a la celebración, inicia en la
iglesia con la banda de música, coheteros, chirimía y las “chinas oaxaqueñas”, mujeres y niñas con canastas
llenas de flores y los varones con marmotas, (esferas de tela, adornos y
algunas llevan Luz), así como faroles (figuras
de estrellas, esferas, arpas, corazón, cruces, entre otras, realizadas con carrizo cubiertas de papel celofán,
algunas con luz), la gente se viste con indumentaria
tradicional o se visten con su atuendo especial para esos días, participan con fe y algarabía, esa vez todas nos vestimos
con trajes tradicionales del estado que nos prestó mi prima Juana, se termina
en la misma iglesia y se dejan las canastas al pie de altar.
La noche es lo más esperado, se va a esperar a las bandas de música al pie de la carretera y las acompañan hasta la iglesia de dónde saldrá la “Calenda”, la gente viene de otros pueblos y estados, bailan, cantan, gritan y las marmotas giran bailando al compás de la música, a mis sobrinos hasta ampollas les salían en las manos por bailarlas, esto dura hasta la mañana del siguiente día, donde las bandas se enfrentan a duelo, “El encuentro”.
Ese mismo sábado por la noche se queman y bailan toritos y canastas que cargan mujeres valientes, van soltando buscapiés de los que muchos nos escondemos, estos los paga la gente como donativo para la fiesta, luego los castillos y fuegos artificiales, la feria está toda la semana, hay varios eventos como los juegos, los shows, jaripeo y los bailes.
El día domingo es la misa principal, fue el turno de mis primos entregar a los próximos mayordomos. Hay familias que realizan comidas para sus invitados, mis primos cada año la hacen, ahí convivimos en familia, por supuesto con banda y bailamos con canastas. (Guelaguetza).
El día lunes la imagen de Santiaguito junto con decenas de personas recorren las calles del pueblo, van a las casas a agradecer al presidente que organizó la fiesta a otros benefactores o padrinos que pagaron la ropa de los Santos, los que pagarán la octava ( la celebración ocho días después) o donaron la ropa, misas, música.
Hay un comité de fiestas que ayuda a organizar y recogen los donativos, también hay familias que dan las comidas a los músicos y coheteros, enfloran la iglesia, entre otros apoyos, todo acompañado de música con bandas, marmotas, monos de calenda o gigantes (muñecos enormes de tela, alambre y cartón)...
... coheteros avisando nuestro paso, faroles y algunas personas van con trajes regionales sobre todo de la región del Valle. En todas las casas que se llega se hace una oración y cantos religiosos, luego te ofrecen algo de comer de corazón; Antojitos, tortas, tostadas, tamales, café, atole, refresco, tacos, nieves, aguas, mezcal, pan, fruta y avientan dulces y objetos mientras bailan jarabes.
Ese lunes del 2008 también de parte de mi familia, mi prima Manuela y su familia donaron la ropa del santo y se recibió la procesión en casa de mis abuelos, fue muy emotivo pues ellos ya fallecieron hace muchos años, se adornaron esta y la casa de mis primos los mayordomos con banderines blancos y azules, igual que la ropa que mandaron hacer a las tres imágenes de Santiaguito, una la del altar, otra a él que sale en las procesiones en su anda llena de flores y el más antiguo de mayor tamaño.
Así llegamos a la casa principal,
mis primos recibieron a la procesión con incensarios, velas muy elaboradas y
flores, se escuchó el “Dios nunca muere”, himno oaxaqueño que causa emoción,
las parrillas de barbacoa y las cazuelas de consomé llegaron, hicieron comida
para mil personas, cocineras que asisten en este tipo de fiestas, la familia y amistades ayudamos a preparar cada detalle,
colocar carpas, mesas, sillas, preparar comida, a servir, limpiar, adornar y más detalles, siempre con mucha alegría, la
verdad es que la familia ya tiene experiencia en organizar fiestas
grandes. Antes de servir se elige al nuevo comité y
para el próximo año así como los padrinos y mayordomos.
La comida que ofrecieron mis primos estuvo acompañada con la banda, ese día se brindaron dulces regionales, aguas de sabor, nieves...
... tepache, mezcales de todo tipo, pan, cervezas y mucho más, contaron
con el apoyo que les dan a los mayordomos por cariño, por corresponder ayudas que les
han brindado o por fé a Santiago apóstol y ellos deben corresponder más adelante, a
esto le llamamos “Guelaguetza”.
Después de la comida entregaron
recuerdos como artesanías y bailamos los jarabes del
Valle, el guajolote, son calenda, flor de piña, Pinotepa y más, con canastas llenas de regalos para aventar, al
final se dan las gracias el comité y los mayordomos, mis primos-padrinos José
Matías y Juana Pérez nos llamaron para acercarnos
a todos los que apoyamos, es uno de los momentos más emotivos pues ahí ya
termina su labor de todo un año, a varios de nosotros nos dió sentimiento, entregaron regalos al comité y a rezadores de
la novena, el convite con el anda del Santo regresan a la iglesia y nosotros
seguimos entre baile y labores del compromiso.
Al llegar a su fin su mayordomía, les queda el haber unido y compartido con sus seres queridos, la alegría, el orgullo, el agradecimiento a Dios por haberles permitido cumplir a pesar de las trabas, agotamiento y todo lo que llegan a presentarse y el agradecimiento a quien les apoyó, la satisfacción de haber cumplido, los hermosos, emotivos y divertidos momentos, las pláticas y anécdotas que compartimos.
Mi familia siempre pone algo para cada fiesta patronal y es una bendición poder compartir con ellos.
Este año 2024 le tocó la mayordomía a otra parte de mi familia.
¡Que viva el patrón Santiago Apóstol!.
Que nos une y nos permite celebrarlo.
Agradecimiento a los mayordomos el Sr. José
Matías, Juana Pérez y Beatriz Vázquez,
por la información y tiempo.
(Crédito de imágenes Virginia Hernández Vázquez)