MISA DE SIETE
MISA DE SIETE Por David Briones AZCAPOTZALCOGRAFÍA . Crédito de imagen Martín Borboa Gómez Los días se hacen más largos desde que me jubilé. Y el insomnio es cada vez peor. Nunca tuve ese problema cuando trabajaba. Menos cuando tenía que levantarme en el tiempo en que mis hijos vivían conmigo, desayuno, ropa o uniformes, comida, cena, baño. El cansancio me impedía estar despierta en cama. Mi esposo murió cuando nuestro segundo hijo, Álvaro, tenía cinco años. Así que prácticamente he vivido sola desde hace más de treinta años. Entre mi trabajo como secretaria de una escuela primaria, y la atención a los hijos, se me fue parte de esa vida. Cuando me jubilé, aún vivía conmigo Álvaro, que estaba en los últimos años de su carrera. Tras tres años más, se mudó a Canadá por una increíble beca que pensábamos nunca llegaría, y desde entonces vive allá. Como sea, nunca había estado sola completamente. Al poco tiempo que Álvaro se fue a Canadá, una fuerte enfermedad ...