LOS DOS ASESINOS
“LOS DOS ASESINOS”
Por: Las del doce (Fátima, Shany y Rubi)
“Las del doce” somos tres compañeras que cursamos el
primer año de secundaria en Azcapotzalco
y que por azares del destino nos tocó hacer un proyecto para la materia de
español, el cual consistía en escribir una historia de suspenso o terror entre
las tres, y aquí les presentamos el resultado.
En la Ciudad de México,
específicamente en Azcapotzalco
llegaron a existir dos asesinos los cuales se llamaban Haydde y Zahid, su
diversión era secuestrar chicos y chicas de las preparatorias.
Haydde tenía 25 años, mientras que
Zahid tenia 30.
Haydde apenas estaba aprendiendo
sobre este negocio, Zahid ya llevaba 10 años en él, así que él era instructor
de Haydde.
Había un grupo de amigos que
Haydde y Zahid aún no habían podido secuestrar porque siempre estaban en grupo
y llegaban temprano por ellos. Pero los secuestradores ya habían armado un
plan, que consistía en hacer una fiesta e invitar al grupito y ciertos chicos más.
Ese día Haydde era la encargada de
preparar las bebidas a las que les ponía droga, especificamente a las del grupo
que querian secuestrar. La bebida ya empezaba a hacer su reacción, al salir de
la fiesta ya estaban muy débiles, caminaron hacia un callejón obscuro,
estrecho, silencioso y con un ambiente muy pesado. A la mitad del callejón de aquel ancestral pueblo tepaneca, los
chicos sintieron escalofrío, lo que no sabían que ahí era dónde Haydde y Zahid secuestraban y mataban
normalmente en ese callejón.
Al seguir caminando encontraron
una mancha roja, al acercarse se dieron cuenta que era sangre, al voltear
vieron un pulmón, ellos pensaron que era de un animal; un tiempo después se
desmayaron, al despertar se dieron cuenta de que estaban en un cuarto obscuro
con sangre y organos de personas, cuando intentaron salir al abrir la puerta se
toparon con un cadáver, aterrados gritaron, en ese momento entró un hombre
vestido de negro, no se le veía la cara, los chicos se arrinconaron y sin
querer pisaron un corazón, corrieron hacia la puerta por donde había entrado
aquel hombre, pero Haydde trató de detenerlos y lograron encerrar al hombre.
Al tratar de escapar tropezaron
con otra puerta, adentro había máquinas de tortura y sangre por todos lados, se
dieron cuenta que había ventana y una de las chicas que era muy delgada intentó salir por ahí y logra escapar, pero lo
que ellos no sabían es que era cómplice y en lugar de pedir ayuda les dijo a
Zahid y Haydde que dejaron una ventana
por la que podían escapar, en ese momento fueron a tapar la ventana, entonces
las chicas le preguntaron a la que los traicionó ¿Por qué lo había hecho? Ella
les contestó que desde que entró a la escuela y se juntaba con ellos ya tenía
esos planes.
Los chicos se asustaron y al
intentar atacar a la chica, ésta sacó una pistola y los encerró, entonces uno
de ellos descubrió como abrir la primera puerta, salieron pero al intentar
abrir una segunda puerta se dieron cuenta que tenía candado, en ese momento
escucharon que alguien estaba por entrar y se tuvieron que esconder, entonces
subieron las escaleras y dos se escondieron en un cuarto y los otros dos en un
baño.
En cuanto pudieron se reunieron
todos en el baño donde había un cajón con un gran candado y sintieron gran
curiosidad por descubrir que había adentro, pero al acercarse escucharon unos
pasos, sintieron mucho temor al no saber quién ni por donde entraría, pero para
su suerte era hora de comer para los delincuentes y consumieron el pulmón y el
corazón del último asesinato, al menos eso fue lo que escucharon, buscaron muchas
formas de escapar, pues donde se encontraban no había ventanas.
Los chicos escucharon que Zahid y
Haydde iban a salir de compras y ella gritó “Deja
subo por mi cartera”, los chicos se escondieron en el cuarto, lo que no
sabían era que ella no se dirigia a donde estaban ellos, sino iba a otro
cuarto.
Sintieron un gran alivio al
escuchar que se fueron y salieron rápido de su escondite, pero al tratar de
abrir la puerta se dieron cuenta que estaba cerrada por fuera, pero había una
puerta trasera que daba al patio, ellos pensaron que lograrían escapar, pero no
sabían que…
El chico gritó: -¿Qué es esto?
Otro dijo: -“No puede ser, nunca saldremos de aquí”
Una chica: -“Dios ¡No hay salida!”
Lograron salir al jardín pero
estaba rodeado por una reja, ahí encontraron un cuchillo que estaba en el
pasto, sin pensarlo lo enterraron, ellos no sabian que Zahid, Haydde y la otra cómplice solo se
escondieron ya que desde el principio sabían que habían escapado, ellos solo se
divertian con el miedo de los chicos.
Fue entonces que Zahid les reveló: “Somos secuestradores desde hace 10 años”.
Haydde: ¿En serio pensaron que podían escapar?
Y sin tardar los volvieron a
encerrar,
Durante la noche mientras todos dormían
una de las chicas dijo:
“Nos matarán”
Y su amigo le contestó: “No te preocupes, relájate”.
La chica: ¿Cómo quieres que me tranquilice si estamos aquí encerrados y amenazados?
Otro de los chicos dijo: “¡Miren!”.
Había encontrado un martillo. El chico
pensó en romper los candados para poder escapar.
Empezaron rompiendo el primero,
pero se escuchó tan fuerte que simplemente levantó a todos. Al momento que
bajaron los secuestradores, el chico los amenazó con lanzarles el martillo, en
ese momento recordaron el cajón con candado que antes habían visto en el baño, al romper el candado encontraron una
pistola.
Una de las chicas dijo: “Claro, las máquinas de tortura nos pueden
ayudar”. Todos la vieron raro. Y otra de las chicas le preguntó “¿En que nos pueden ayudar esas máquinas?”
Uno de ellos contestó: “Sí, claro que sirven pues hay navajas,
cuchillos y herramientas que nos pueden servir”.
Esta vez tuvieron más cuidado y
sigilosamente entraron al cuarto de torturas y desarmaron una máquina, ya con
armas y herramientas que necesitaban esperaron el resto de la noche.
Todos atacarían en cuanto
aparecieran Zahid, Haydde y la chica y así lo hicieron, ahora podían escapar.
Corrieron hacia la puerta pero
tenía picos muy peligrosos.
“Estos secuestradores no se cansan de poner trampas” Dijo uno de
ellos.
Entonces encontraron otra
habitación con ventanas muy altas, por lo que tuvieron que atar ropa, cobijas,
bufandas, etc. Para hacer una cuerda por la que bajaron poco a poco con mucho
cuidado, cuando todos habían logrado salir, aparecieron nuevamente los
secuestradores, los chicos corrieron tocando puertas para pedir ayuda pero
ninguna se abrió, cuando menos lo esperaban se encontraron con muchos guardias,
fue tanto el esfuerzo que hicieron que se desmayaron, al despertar estaban
acostados en camas y los secuestradores al lado de ellos, aunque se espantaron
mucho, los delincuentes estaban esposados.
Los chicos fueron interrogados y
los secuestradores confesaron sus crímenes por lo que fueron encarcelados.
Los chicos regresaron con sus
familias y claro, con atención psicológica que aun siguen
recibiendo.
Las chicas ahora son psicólogas
para poder ayudar a la gente y dos chicos son policías y otro es militar.
Siguen siendo amigos y entre todos se cuidan.
Siguen recordando lo sucedido de
una manera menos traumática y por fin fueron felices.