LA LUNA Y LA HORMIGA
LA LUNA Y LA HORMIGA
Imágenes: Faty Kim Mingi
Texto: Martín Borboa Gómez
algo especial aquí sucedió,
y mi Nana que me quiere
con un café me lo contó.
Hace mucho, mucho tiempo,
de la luna una hormiga se cayó,
entre esa luna y esa hormiga
el contacto se perdió.
La luna le había dicho:
"¡Abrázame para que no te caigas!"
y la hormiguita lo intentó
"¡Inténtalo, no te distraigas!"
pero la pequeña se zafó.
Cayó y cayó por el espacio
y en Azcapotzalco aterrizó,
los tepanecas fueron testigos
del golpazo que se dio.
Intentaron regresarla
con maíz para el camino,
pues de aquí a la luna estaba
largo el trecho, lo adivino.
Los tepanecas la quisieron,
en su escudo la pusieron,
un hormiguero le formaron
¡y hasta esquites prepararon!.
Luego vinieron los frailes,
heredaron la misión:
regresar a la hormiguita
con la luna al corazón.
Por eso la Catedral es blanca
y tan alto su torreón,
a ver si de un salto la alcanza
y restablece tan linda unión.
En las noches puede verse
cómo la luna se acerca,
y cómo sus patas estira
la hormiguita tepaneca.