YOLANDA PAREYÓN MORENO, PARQUE DE LA CHINA
YOLANDA PAREYÓN MORENO, PARQUE DE LA CHINA
Por Martín Borboa Gómez
En el Archivo histórico de Azcapotzalco, se tiene un ejemplar engargolado del libro "El camino de las hormigas", de la gran investigadora y cronista Yolanda Pareyón Moreno.
En esta ocasión, deseo transcribir un fragmento de un texto de ella, de ese libro, que habla sobre lo que llamamos "El Parque de la china", ubicado en la colonia Clavería:
"Así pues, los japoneses llegaron desde su lejano imperio a esta Clavería señorial.
No solo cultivaron hortalizas, sembraron moreras a granel, pues sintieron que el clima de estos lugares era propicio para la cría del gusano de seda, y tal vez quisieron cambiarnos tilmas y rebozos por delicados kimonos de seda.
Pero ésto no se logró.
Cuando menos pensaban los eficientes agricultores japoneses, llegaron los malvados fraccionadores, quiénes sin tocarse el corazón, arrasaron con los hermosos sembradíos, acabaron con las moreras y prolongaron la colonia a otras cinco cuadras más hacia el oriente, y dejaron también cinco manzanas que formaron el ancho de esta zona habitacional.
Se les conmovió su negro corazón y respetaron un terreno sembrado de árboles para que funcionara como jardín.
Entonces los colonos bautizaron a este lugar con el pomposo nombre del "Parque de la china", tal vez, en alusión de los rasgados ojos de alguna de las japonesitas dueñas de los sembradíos.
Pero como sus vecinos probablemente no habían corrido mundo, les era muy difícil a ellos distinguir hacía donde iba lo inclinado de los ojos de los chinos o de los japoneses.
En fin.
Para siempre se bautizó a ese sitio como "Parque de la china", y también, añorando a esos japonesitos y a los gusanitos productores de fina seda, a una de las calles se le puso como nombre el de "moreras".
Las moreras, son unas plantas asiáticas, cuyas hojas son alimento de los gusanos de seda, y es su capullo el que se utiliza para la fabricación de la seda.
(Imágenes: del autor)
