EL AUDIORAMA DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL BOSQUE DE CHAPULTEPEC
EL AUDIORAMA DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL BOSQUE DE CHAPULTEPEC
Por: Ana María García Alvarado
En la revista "México desconocido" encontramos la siguiente nota:
“en el Bosque de Chapultepec,
escondido entre la Tribuna Monumental dedicada al Escuadron 201, la fuente de
la Templanza y el vetusto e imponente ahuehuete que plantó Nezahualcoyotl a petición de
Moctezuma hace más de 500 años, se yergue, tímido y discreto, el Audiorama de
Chapultepec desde 1972".
Un lugar
muy emblematico, ya que no sólo se encuentra cerca de los lugares ya
mencionados, también de un pozo de agua, los baños de Moctezuma que ya no
existen y de las escaleras que llevaban directamente al Catillo de Chapultepec
(Esta área actualmente esta cerrada al público, sin embargo y de acuerdo a la
persona encargada, algunas personas logran entrar y dejar basura y destrozos en un pequeño
huerto que existe ahí) .
El poeta,
dramaturgo e historiador mexicano Salvador Novo bautizó el lugar cómo: “In Xochitl, in Cuicatl”( En la
flor del canto)”. Nota que sirve como
parte del letrero que indica donde queda el lugar.
Conozco este lugar desde hace tiempo y es uno de mis lugares favoritos dentro del Bosque de Chapultepec, (llegue a este lugar buscando a este gran ahuehuete).
Este lugar no siempre estuvo abierto
asi que cuando vimos sus puertas abiertas no dudé en entrar y conocerlo.
Es un lugar lleno de árboles, en su entrada un pequeño corredor nos lleva al centro del sitio. A mano derecha se encuentra un pequeño cuarto que alberga libros que son colocados en una mesa y pueden ser utilizados por los visitantes del lugar. Tienen muchos libros, no todos pueden ser puestos en la mesa, ya que por la pandemia se cerró este lugar y al no haber ventilación presentan problemas con hongos, se requiere un adecuado tratamiento.
Desgraciadamente no hay interes de las autoridades al
respecto, y esto va muy lento dado el número de libros.
Después de
la mesa con los libros hay varias bancas y sillas separadas entre sí formando
un círculo, entre ellas hay varias bocinas que permiten escuchar una musica
relajante. Algunas personas que han hecho suyo el lugar traen su libro o
toman uno de la mesa (sólo se pide
registrarse en una libreta y el libro que se lleva, al dejarlo se coloca nuevamente en la mesa y se palomea el nombre, con el que se registró).
Dos personas son las responsables de este lugar, se turnan para cuidar los libros, se checa el comportamiento de los visitantes, así como la programación de la musica. Algunas personas entran sólo a ver el lugar por encontrarlo abierto, si pueden se sientan en las bancas y llegan a dormirse escuchando la musica, sobre todo después de visitar otros lugares del mismo bosque.
El lugar es pequeño, está rodeado de árboles que se juntan en
el cielo, formando extrañas figuras y una
sombra protectora que invita a relajarse y a leer.
Pocas personas hablan fuerte. La mayoría sí muestra respeto a las personas que están sentadas, descansando y disfrutando del lugar, y hablan en voz baja. Por lo menos es lo que yo he visto en mis visitas.
Al fondo se encuentra una cueva, en su interior esta prendida una vela. No se permite el paso, lo restringen con una valla, en ella se recargan las personas, que suelen tomarse una foto.
Rodeando este lugar se encuentran otras bancas, bocinas, y una imagen de la Virgen de Guadalupe.
La visita es breve, las personas llegan y ven los libros y se van directo a la cueva, regresan y salen del lugar.
En esta última visita observé que colocaron una
fina arena que motiva a los visitantes a andar descalzos hasta la cueva, a
sentarse sobre ella por falta de lugar. Es un sitio especial pero es solo parte de este bello bosque, que aún nos
tiene muchas sorpresas.
(Imágenes: Ana María García Alvarado).