RECUERDOS DE AMECAMECA Y OVNIS

RECUERDOS DE AMECAMECA Y OVNIS

Por Ana María García Alvarado

 

Foto de la autora

 

Estando en la secundaria, tuvimos como paseo de fin de curso a Amecameca. Era la primera vez, que salía de excursión. En este viaje quería ver por primera vez a los volcanes cercanos a la gran ciudad de México. Conocía de su leyenda en la misma secundaria, pero quería verlos. Desgraciadamente ese día la neblina no me lo permitió.

Desde la ciudad de México, cada vez es menos probable verlos.  Tanto mamá, como mi abuelita me contaban “que antes,  se podían verlos desde el patio de la casa. Conforme se fue construyendo casas alrededor fue necesario salir a la calle para verlos.

Me cuentan que, al abordar, el camión para ir al centro de la ciudad y que tenía como ruta, la avenida México – Tacuba,  se veían los volcanes, al amanecer a un lado de la Torre Latinoamericana,  esos tiempos, no se contaba con cámara fotográfica, y solo quedan los recuerdos”.

Claro no existía tanta contaminación. Hoy día solo en días despejados puedo verlos, desde un puente peatonal ubicado sobre la avenida Camarones.

Regresé a Amecameca tiempo después, ya que conocí a una persona originaria de este lugar y regularmente visitaba a su mamá. Doña Leonor o Leo como le decían sus compañeros vendedores del mercado municipal de Amecameca, vendía tacos dorados,  de sesos muy ricos (para servirlos los remojaba, en una rica salsa verde) su puesto se encontraba en los portales de este mercado. Siempre llegábamos con ella, para saludarla y desayunar. Ahí en su puesto tenía ya de comer, no solo lo que ella misma vendía. También guardaba cosas que otros vendedores le ofrecían, y ella les compraba, no podía negarse, al terminar el día tenía que ir cargando a su casa objetos o comida que terminaba guardando o regalando. Si queríamos otra cosa para comer nos sugería el lugar donde ir o le pedía de favor a los niños de otros puestos que lo llevaran.  

Después íbamos a dar la vuelta al mercado, o a la iglesia, en una de esas visitas llegamos a subir al Sacromonte. (Que en realidad es el Parque Nacional Sacromonte”).

 


Este parque alberga al Monasterio de Sacromonte, que no solo representa parte de la arquitectura colonial del lugar sino representa parte de una de las tradiciones de los pueblos de Amecameca, y Tlalmanalco.

Para llegar a la iglesia es necesario subir una serie de escaleras que parecen eternas.


En uno de los descansos ya se podía ver los volcanes el Iztaccíhuatl y Popocatépetl.

Foto de la autora

 

Algo llamó mi atención en esta ocasión: fue que al verlos me fijé de unos destellos de luz.

Pregunté porque se veía así, solo me contestaron que algunos alpinistas dejan cristales u objetos metálicos como basura, y por eso existían esos destellos. Cada descanso me fijaba más en ellos notando que el destello era muy grande.    

Al llegar a la cima una serie de arcos indicaba el término del camino, y el comienzo del Santuario.     


Una hermosa vista del poblado y de sus volcanes se pueden observar. Siempre y cuando no esté nublado.



La iglesia es relativamente pequeña, tiene la particularidad que se comunica en su altar, con una cueva donde esta una imagen del Señor del Sacromonte, la cual es muy venerada en la población, y que es bajada al templo principal en Cuaresma y en Semana Santa vuelve a su lugar, siendo un gran evento religioso donde la imagen recorre Amecameca, a la llegada de las capillas que se encuentran en el poblado, se anuncia durante toda la noche con campanas y cohetes a la llegada al Sacro monte se realiza una misa.

 


Después regresábamos al mercado, en ocasiones, esperábamos a que terminara la venta de la señora Leo para llevarla a su casa.

A mi amigo no le gustaba conducir en la tarde, por el tráfico que había, así que normalmente salíamos de Amecameca a las nueve incluso a las diez de la noche.

En esta ocasión, había luna llena, y se podía ver los volcanes, desgraciadamente por aquel tiempo no contaba con cámara fotográfica y solo tengo recuerdos.

Al salir de Amecameca, fuera de la luz de la población, los volcanes se veían, por la luna muchas bolas o luces estaban rodeando los volcanes. ¿podrían ser ovnis?

Recordé las luces que vi por la tarde. Durante todo el trayecto incluso hasta casi llegar a Clavería, en Azcapotzalco, aun se veían los volcanes y las luces en sus cumbres.  

Después en programas de Jaime Maussan pude volver ver esas luces.

Esa fue mi primer encuentro con ovnis.

   


 

Fotos de internet.

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