NOCHE TRISTE

NOCHE TRISTE

Por Martina Rodríguez García


La Ciudad de México alberga gente que llega de diferentes países, ciudades o pueblos, personas que creen poder encontrar fácilmente trabajo y ganar mucho dinero en la capital, ilusionados y casi soñando, llegan a esta gran Ciudad de México, con paisajes, luces multicolores y con historia tal vez en cada cosa o en cad apersona, porque a nadie le falta que contar.

En el mes de noviembre de 1972, era una oche tibias y recorríamos algunas calles de la Colonia Porvenir, en Azcapotzalco.

Noche triste para mí, noche de dolor, mi hijo Javier caminaba a mi lado, nos acompañaban mis compadres margarita, Vicente y su nuera Alicia, nos dirigíamos a un velorio.

El esposo de mi cuñada murió, padecía una fuerte enfermedad, nos dejaba esa noche que otros marcaron con su extraña presencia.

Al llegar a la calle 24, nos invadió el olor a establo, es una calle amplia con poco tránsito, aun podíamos escuchar el mujido de las vacas, lago las inquietaba, nosotros seguimos caminando y platicando sobre cómo fue en vida Rubén, mi compadre.

Al llegar a la calle 1 de la Colonia Aldana, vimos otras personas que en ese momento igual que nosotros, mirámos al cielo, algo nos llamaba la atención.

¡Sí!

¡De repente allí estaba una nave! ¡Un ovni!

Otras personas gritaban: "¡Es un platillo volador", "Es un ovni"!.

Brillaba mucho.

Estaba enorme.

De pronto, se detuvo casi sobre nosotros, pero a gran altura.

En eso, giró y abrió muchas ventanitas, parecía un enorme girasol lleno de luces.

Fue tan rápido...

Luego continuó su vuelo rumbo al Centro Médico Nacional de la Raza.

Vimos que algunas personas estababan en las azoteas de sus casas.

No supimos como llegó a estar sobre nosotros, nos sorprendió, no escuchamos ningún sonido, solo las luces y el intenso brillo.

Muy emocionados seguimos caminando.

Mi compadre Vicente decía: "Era el helicóptero que anuncia el Café Legal, o algún nuevo refresco".

Dijimos: "No, no, el tamaño de ese ovni era enorme, brillante, majestuoso".

Al abrir aquellas ventanillas tal parecía que quería llevarse un poco de todos los sorrpendidos habitantes de San Francisco Xocotitla, fue tan bonito.

De momento, se nos olvidó el dolor del luto. Nos confundimos ante la presencia de la nave.

Mi hijo Javier me dijo: "No sentí miedo, solo pienso que alguien nos veía por esas ventanitas que tenía la nave, el ovni".

Otras personas seguían paradas a media calle, tal vez esperando que regresara el ovni.

Alguien gritó: "¡Se fue para el Seguro de la Raza!"

La nave se alejó ante la mirada de incrédulos y creyentes de haber visto un ovni.

Algunos periódicos al siguiente día y otros al tercer día, daban la noticia en primera plana:

"OVNI SOBRE LA CIUDAD DE MÉXICO". 

"Nos visitan extraterrestres".

"El ovni fue visto por personas que viven cerca del Hospital de la Raza, y se perdió con dirección al Aeropuerto".

Así es como también "ellos", los del ovni, llegaron al a capital y a algunas colonias y pueblos de Azcapotzalco, cómo tantos que llegan aquí con sus sueños e ilusiones, como decía al principio.



(Escrito en 1994 / publicado en 2023)

La imagen me la mandaron recientemente por whats, ya era reenviada. Ignoro la fuente.

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