LA LLORONA DE SAN JUAN TLILHUACA

 LA LLORONA DE SAN JUAN TLILHUACA

Por Martín Borboa Gómez


Este año 2023, en Azcapotzalco, al final de octubre e inicio de noviembre, pude ver en vivo tres representaciones de la leyenda de la Llorona, y una más en video, su versión parcial.

Como mencioné en un artículo anterior, me da mucho gusto la variedad de opciones, la calidad de las representaciones, y las diferentes fechas del calendario que quedan cubiertas con ellas.

Como son por parte de colectivos y compañías diferentes, y son para todo público y gratuitas, para el asistente hay diversidad de escenarios, de actrices y actores, de argumentos y guiones teatrales, de iluminación, música, etc.

Por eso recomiendo todas las obras que pude ver. Me consta que son muy impactantes y entretenidas.

El público sale ganando con diversidad de fechas, de propuestas, y siendo teatro, siempre se agradece, poder admirar el esfuerzo en vivo que efectúan tanto los que salen a escena, como los que están detrás acompañando el arte, respaldando el desarrollo de la obra.

En pocas palabras, el público de Azcapotzalco (y de más allá de las fronteras) puede venir a disfrutar de diferentes de obras de teatro gratuitas, hechas con ingenio, calidad y corazón.

Si se organiza en fechas, incluso puede verlas todas.

En este artículo, deseo hablar específicamente de una de ellas, se llama:

"Leyenda de la Llorona".


Es representada por nativos de San Juan Tlilhuaca.

En el atrio de la Parroquia de San Juan Tlilhuaca.

Con un guión hecho en San Juan Tlilhuaca.

Musicalizada en vivo por una excelente cantante y músicos de San Juan Tlilhuaca.

Y dado que la difusión de su representación se efectúa principalmente en San Juan Tlilhuaca, tiene la particularidad de que es:

Escrita ahí, actuando-cantando-tocando los de ahí, en la Parroquia de ahí, ante público principalmente de ahí.

¿Puede haber algo más arraigado que eso?


De la raíz enterrada en ese suelo, surge el tallo de su gente, que ideó un guión, se propone representarlo ahí mismo, ante sus vecinos, y es un éxito.


La llorona de esta propuesta tiene nombre y apellido, su esposo y sus hijos también.

Esta llorona no regaña a nadie, ni amenaza a nadie. 

Es una mujer sumida en su laberinto, que en voz alta desmenuza los eventos que la llevaron a destrozar lo que más amaba, y luego de un tremendo golpe de realidad, cuando recobra la lucidez, se da cuenta del atroz acto que dejó sin vida a sus hijos.

Esta llorona, de excelente atuendo y maquillaje, que podría espantar a quien la mire de frente, logra conmover con su discurso argumental, a todos los presentes.

Gracias al excelente sonido, buena iluminación, el -muy controlado- fuego de la escenografía, el inmejorable escenario del atrio parroquial, sumado decía, al creíble argumento del personaje, me consta que hay estremecimiento y comprensión para la dama de blanco.

El público, en general, estaba conmovido, adentrado, haciendo todo el ejercicio de empatía que pudiera hacerse con un familiar que hubiera vivido una tragedia.

Leo mi frase y parece que exagero.

No la cambio.

Me consta que entre sollozos, la llorona nos fue explicando como sucedió el arrebato fatal, como dejó de se dueña de sus actos y sacrificó a sus hijos. 

Se ve como en su arrepentimiento, en su manera de armar su laberinto pasado, comprende su nuevo laberinto.

Salió de uno para entrar en otro.

Y el público la acompañó en ese recorrido.

Por ello, se comparten sus lágrimas, vi gente llorando, vi gente muy seria y afectada porque estaba adentrada en el conflicto del personaje. Y yo mismo iba en ello.

No me atreví a tomar una foto de frente a la actriz, hasta que terminó la obra y hubo ocasión de hacerlo, pero durante el desarrollo de la obra, aunque la tuve a "tiro de cámara" más de una vez, no me atreví, no por no distraerla, sino porque de verdad impone su caracterización, su maquillaje, pero sobre todo ello, impone su profundo sollozo, su desgarrado corazón, y la detallada descripción de las paredes de su laberinto.

Impone.

Hay momentos en que olvida uno que es una obra, empieza uno a escuchar al personaje, como si fuera la propia sobrina la que llegó a casa y comenzara a contar lo que le acaba de ocurrir.

¿Quién querría tomar una foto a su propia sobrina mientras le cuenta su tragedia?

No está uno para fotos.

La llorona muestra sus femeninos y juveniles brazos, lo que resalta poder conectarse con ella (como sobrina por ejemplo), no es un espectro completamente oculto al estilo fantasmal.

El corazón de uno capitaliza la sangre.

Se sella la boca.

Amplifica los oídos para no perder detalle, y es conmovedor escuchar sus sollozos para comprender mejor sus lastimosas palabras, no hay como consolarla, así que debemos digerir sus lágrimas, su destrozado ser que apenas descubre lo que ella mismo hizo, y el por qué lo hizo.

Se paraliza el cuerpo.

La completa empatía con ese espectro sufriente, hace humedad en los ojos, sepulcral silencio en el atrio.

En un momento, luego de varios minutos, la llorona cae hincada al suelo, en un comprensible mar de lágrimas.

Surge entonces otra dama en escena.

Son dos ahora, la llorona y la cantante.

Sigue siendo la oralidad la que nos cobija a todos los asistentes, esta vez en forma de canto, melodía de guitarras, pandero y voz.


La canción de "La Llorona" se apodera de la noche, un respiro para el corazón de público, aun seguimos en la tragedia, al menos esta vez, cantando. 

Un canto que tiene mucho de alegre envuelto en mucho de melancólico.

Canto y música en vivo. Excelentre sonido.

¿Quién no disfruta eso?

La cantante, va siguiendo con sus pasos y su voz, el lento avance de la llorona que ya logró ponerse de pie, pero ahora arrastra sus pasos, en su nuevo laberinto, sin rumbo, como su esperanza, inexistente.


La llorona no se lamenta por su futuro, ni por sí misma.

Se lamenta por sus hijos.

¡Ay mis hijos!

El estremecimiento corporal de los asistentes no cesa. 

Si uno cree que cuando la llorona cayó de rodillas la obra podría llegar a su final, se equivoca.

Retoma un nuevo brío ahora con la actuación musical y artística de la cantante.

El estremecimiento es el mismo, no abandona al público.

La obra es para público familiar, asisten menores de edad, y ni ellos hablan. A todas las edades nos tienen atrapados.

Llega un instante en que -no somos público-, es como ser "familiares" de la mujer de la tragedia, con ese ánimo se le escucha, porque vimos desde un inicio su candor y su inocencia. Supimos de la crueldad de la vida hacia ella, y la vimos en ese instante de locura arrebatada en el río, sacrificando a sus hijos.

Si, vimos el río.

Por eso aplaudo la escenografía. Nadie dudaría que estaba el río ahí. Todos lo vimos, nadie preguntó ¿eso qué es?


Por cierto, después del río estaba la hermosa ofrenda parroquial. 
Hacia allá caminó María Cleofas para matar a sus hijos...
Y hacia allá se dirigió la llorona lamentándose...



En fin, podría continuar dando detalles de la obra, pero preferí dar detalles de lo que se siente durante la obra.

El guión.

El reparto de actrices y actores.

El vestuario.

La cantante y la banda musical.

La iluminación, la escenografía, la música de fondo durante toda la obra.

La dirección, la producción, de verdad, todo excelente.


Si alguien me preguntara que cosa no me gustó en la obra, contestaría de inmediato que no me gustó que solo haya habido una única función.

Comprendo que hay ocupaciones, que la función es gratuita, y que cada participante fue voluntario, y que tienen sus familias, y deben y quieren estar con sus familias en estos días, tan significativos en tantas maneras.


Y aplaudo que sin ser egresados de escuelas de artes dramáticas, nos lleven emocionalmente a un terreno tan difícil como el de tener empatía con la mismísima llorona, a través de muy creíbles representaciones actorales.

Deseo que esta experiencia artística siga presentándose por muchos años, y ojalá, con más funciones cada vez.

Fue fabuloso poder ver una obra de la llorona en San Juan Tlilhuaca, con el sello de Tlilhuaca por donde se le mire. Al escribir esto pienso que puede inscribirse en algo como "Teatro nativo".

Es que desde la actriz principal, el que dirige la iluminación, y hasta la que toca el pandero, son de San Juan Tlilhuaca, y del que me pregunten en escena. Y todos en el atrio de la parroquia local, con sus familiares y vecinos viendo la obra.

En estas épocas en que se destaca mucho, con justicia, el término de "pueblo originario", pienso que mucho mérito tiene cuando en una comunidad logran organizarse para producir una pieza artística de tanto significado, con tan alta calidad, y con tan profundo impacto.

En el país México, la celebración del Día de Muertos es muy especial.

En la Ciudad de México, San Juan Tlilhuaca se inscribe a la altura de los mejores sitios para vivir esta festividad. Para muestra, puede verse el largo y nutrido programa de este año 2023, o de los anteriores

Y si además hay un evento de calidad, estremecedor y gratuito, hecho con todo el sello local...

¿Qué más puede pedirse?


Si desea ver algunas escenas de la obra, (08:19 min) DAR CLIC AQUÍ

Si desea verse la obra completa, (43:15 min) DAR CLIC AQUÍ


Felicidades a todo el elenco, equipo, producción, logística, guión, de esta "Leyenda de la Llorona" 2023 en San Juan Tlilhuaca, Azcapotzalco, Cdmx.


Participantes:

Itzel Yocelin Rodríguez Sandoval - Llorona

Fátima Fernández García - María Cleofas

Familia Martínez Rosas

Alan Castillo - Monje

Brandon Castillo - Monje

Gabriela Díaz - Cantante

Zuri Rosas - Guitarra

Josué Vargas - Guitarra

Fátima Aguilar - Pandero

José Manuel Galván - Logística

Mario Olvera - Logística, Guión

Martín Rosas - Logística

Trini Rodríguez Sandoval - Maquillaje, Medios de Comunicación

Y todo esto bajo la autorización y supervisión del Padre Anselmo Bravo - Párroco de la Parroquia de San Juan Tlilhuaca


(Imágenes del autor)

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