MI CIUDAD, MI VILLA, MI BARRIO
MI CIUDAD, MI VILLA, MI BARRIO
Por Martina Rodríguez
García
Nací en Villa de La
Paz, San Luis Potosí.
La Paz fue
declarada Villa en 1921 y se encuentra a 1,848 metros sobre el nivel del mar.
Ahí se venera a
la Virgen Nuestra Señora de la Paz. El 30 de mayo del año 2021, cumplió sus 100
años la festividad llamada “La espiritualidad del pueblo y la Virgen De La Paz”
.
Este lugar de
Villa se conserva y se trabajó muchos años la Mina de Santa María de La Paz,
por sus habitantes. En dicha Mina trabajó mi papá, el señor J. de Jesús
Rodríguez Sánchez.
Dicha Mina se
cuenta entre las minas históricas de México, están comprendidas dentro de un
paralelogramo montañoso de 1,600 millas de longitud por 250 de anchura, que se
extiende desde Sonora hasta Oaxaca al sur.
A mi padre lo
enfermó lo agotador que son las entrañas de la Mina, y sin más, el médico le
indicó que cambiara de trabajo. MI papá decidió el cambio a la Ciudad de San
Luis Potosí.
Yo contaba con mi
primer año de vida, y ya habitábamos en la casa de mi Tía Marcelina Rodríguez Lerdo
de Tejada, en la casa situada en la calle General Martínez, muy cerca de la Fábrica
de goma de mascar Chiclets Canel´s.
En cuanto
consiguió trabajo mi papá, rentó casa en el barrio de Tequisquiapan. Voz mexicana
“Tequixquiapan”, que significa “sobre el agua del tequexquite”. Es el barrio
más extenso, uno de los más antiguos y el mejor urbanizado.
Luego mi papá
trabajando, reunió el dinero para comprar un terreno en el barrio de San Juan
de Guadalupe, situado al norte de la ciudad capital.
El más apartado
de todos los suburbios. Fue establecido en 1676 y se levantaba un tiempo en
1701, la iglesia actual se construyó al mismo tiempo que el cercano Santuario
de Guadalupe, terminándose en el año de 1800.
SAN JUAN DE GUADALUPE
MI barrio, lugar en
que poco a poco mi papá construyó nuestra casa. Lo hizo con adobes que él mismo
preparaba con agua y tierra. Se hacía una especie de fuente, y él y nosotros amasábamos
el lodo y nos metíamos a hacerlo con los pies. También revolvíamos zacate y
baba de nopal, y luego poníamos el lodo en moldes de madera, y los dejábamos secar
al sol, para usarlos en la construcción.
Del mismo modo
otros vecinos construyeron sus casas.
Mis padres Jesús
y Catalina madrugaban para poder formar sus cubetas y botes en el Jardín del
Santuario de Guadalupe, la pila era chica, pero tenía llave de agua y allí
surtía a la gente del líquido.
L escuela llamada
“Bibiano G. Casamadrid” era “mi escuela de toda la primaria”.
La iglesia de San
Juan Evangelista era la que quedaba más cerca de mi casa.
Cuando llegaba la
Semana Santa, de esa iglesia salían varios señores, y repartían el pan casa por
casa, para bendecirlo el Viernes de Dolores, en el templo.
Cada familia
asistía a misa, y en casa tenían su altar, con muchas naranjas y banderitas de
papel de China, y se repartía agua fresca de limón con chía.
La feria potosina
con su teatro del pueblo en el mes de agosto, llegaba con los juegos mecánicos,
puestos de comida, gastronomía de varios lugares y ciudades vecinas de San Luis
Potosí.
Íbamos al centro
de la ciudad a visitar los 7 altares en Semana Santa.
La procesión del silencio.
Hermosas imágenes y altares que llevan hasta 40 personas en andas, en un recorrido de gente, retablos, estandartes y un silencio que cuando se escuchaban los sonidos de las cadenas que llevaban en sus pies los señores que hacen penitencia, se siente escalofrío.
Las señoras con
sus hermosos rebozos de seda.
Todo un
espectáculo que ven miles de personas cada año.
En mi barrio
había muchas huertas con árboles frutales, ríos, sembradíos de maíz, y nunca
faltaron los vendedores de tunas, garambullos, flores de calabaza, mezquites,
membrillos, duraznos, zapotes blanco y negro, nopalitos y mucha fruta.
Del barrio nos
mudamos al sitio en donde trabajaba mi papá. Fue un cambio repentino. Nos
cambiamos a un establecimiento del ayuntamiento de la capital del Estado, que
era para el abastecimiento de agua.
Allí se tenía
dispuesta una casa para quien fuera el encargado de la Planta de Filtros, y ese
cargo es el que ocupó mi papá.
Nos cambiamos
para allá mi papá, mi mamá y mis hermanos Carlos y María del Carmen y yo, la traviesa
de 10 años de edad.
Contemplaba los
jardines de allí, las pilas con agua, el canal.
Terminé la
primaria y estudié en la Escuela para Señoritas Matías Hernández Soberón.
Pasaron 9 años, y
ya casada, me mudé a la Ciudad de México. Llegué al pueblo de San Francisco
Xocotitla en Azcapotzalco, Cdmx.