CORAZÓNICA 22: AMOR A LA MAMÁ
CORAZÓNICA 22: AMOR A LA MAMÁ
Por Raquel Rodríguez Sandoval
En mayo particularmente los días cercanos al 10 celebramos a las mamás vivas y difuntas.
Pero bueno, era día de fiesta ya tocaba visitar a las dos abuelita.
Con mi abuelita paterna íbamos a Santa Isabel Tola,
llevábamos el mismo regalo a cada una, mis papás eran muy equitativos en ese
aspecto, allá jugábamos con los primos, comíamos el riquísimo mole verde que
hacía mí abuelita con las gallinas o patos que ella misma criaba, y ya avanzada
la tarde regresábamos a Tierra Nueva, en Azcapotzalco, con mi abuelita materna
que seguro hacia arroz rojo con un delicioso mole con carne de puerco y
champiñones, para un ejército de familia que constaba de 7 hijos con sus
respectivas familias, esposas, esposos hijos, nietos, uno de mis tíos tuvo 12
hijos que para ese momento algunos ya estaban casados y también tenían hijos. Resultaba
una comida familiar para 100 personas, todos muy contentos y adivinen...
También nos salíamos a jugar a la calle, mientras mis primos mayores bailaban.
Ahora, una muestra de cariño, es cantar el 10 de mayo, la misa en el panteón vecinal de San Juan Tlilhuaca, Azcapotzalco, donde reposan los restos de mi abuelita materna, aunque también recordamos a la paterna y a todas mis tías que ya están en el cielo haciendo otra fiesta.
Este año antes de ir a misa, hice de comer arroz con pollo y mole, además de dos postres de gelatina para regresar a comer con mi mamá, mis hermanos, cuñados, sobrinos, la sobrina nieta y más tarde mi hermana Adriana trajo un pastel.
Mi hermano nos llevó a desayunar los dos fines de semana cercanos al 10 de mayo.
El 9 de mayo dimos una serenata virtual por la página de la Parroquia San Juan Bautista Tlilhuaca Azcapotzalco a todas las mamitas qué siguen la página.
Y como mamá, cada año en los festivales escolares mi hija ha participado, pero éste fue muy especial, ya que ella preparó en su clase música varias sorpresas para mí, y yo como su más grande fan, anduve con la cámara del teléfono paseando por todo el patio para tomar fotos y videos de cada participación que tuvo.
Para las mañanitas la pusieron hasta atrás de todos y aunque tocó la mandolina no se vio por que sus compañeros la cubrían.
Después cantó "Canción mixteca", en compañía de otra compañera a la cual no le soltó el micrófono, como dice el borrachito: "Si ya saben como es pa'que la invitan".
Posteriormente tocó su melódica y el teclado de una compañerita en un popurri de melodías qué ella misma armó.
Estoy muy orgullosa de mi hija.
Este año ella me escribió una muy sensible carta e hizo una manualidad para mi, que pensé que era una pulsera, pero en realidad es un colgante para el espejo.
Le doy gracias a Dios por el amor de mis abuelitas, por el amor, la dedicación, el gran ejemplo de mi mamá que me sigue enseñando cómo ser mamá, y por tenerla aun con nosotros y por supuesto por el gran regalo de ser mamá.
Mayor ejemplo de amor no puede existir, que el amor incondicional que hay en el corazón de mamá, si buscan la ubicación de Corazónica, ahí es.
(Imágenes de la autora)