FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS (QUIZÁ) A LOS ALTARES

FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS (QUIZÁ) A LOS ALTARES

Por Martín Borboa Gómez 

 

AZCAPOTZALCOGRAFÍA.


Imagen 1

Transcribo un texto de “El libro y el pueblo”, agosto 1966, Época VI, Núm. 19, editado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), México, D.F. y una nota de la portada de dicha publicación.

Este ejemplar se encuentra a disposición del público, en el Archivo Histórico de Azcapotzalco, ubicado en el interior del parque Azcatl Paqui, en San Miguel Amantla, Azcapotzalco, Cdmx.

Es una revista de divulgación cultural emitido hace 58 años. En su momento, fue para conmemorar los 400 años del fallecimiento de Fray Bartolomé de las Casas, que entre muchas cosas, fue el primer obispo de Chiapas, en la Nueva España.

En la portada viene un texto que dice:

“Agosto se cubre con resplandores de luz al recordar en imagen la figura benemérita de Fray Bartolomé de las Casas en el IV centenario de su muerte. Su condición apostólica y su indiscutible categoría de defensor de los indios lo hacen merecedor al reconocimiento de la posteridad, por encima de pasiones menores y de polémicas librescas. Su lección perdura a través de los siglos y su presencia espiritual la advierten quienes, de una o de otra manera, fueron objeto de sus prédicas combativas y humanitarias”.


Imagen 2

En las páginas 5 y 6 de dicha revista dice lo siguiente, y pondré algunas anotaciones entre paréntesis:


“Esquema biográfico del Padre las Casas 1474-1566"

El padre Fray Bartolomé de las Casas acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje a las Indias… (Ya sabemos que América no es la India), nacido en Sevilla, estudiaba en la Universidad de Salamanca y obtuvo la licenciatura en  1498; tres años más tarde, acompañaba el joven abogado (refiriéndose a Bartolomé) a Nicolás Ovando al Nuevo Mundo, se radicaba en Santo Domingo (actual capital de la República Dominicana) y se ordenaba presbítero, fue uno de los primeros que obtuvieron las órdenes en la América Española.

En Cuba desempeñó un humilde curato. El sistema de explotación de la tierra era, por entonces, el “repartimiento”. En él, los indios (que no eran de la India, y entonces sería mejor nombrarlos “pobladores originales”, “naturales”) quedaban reducidos a una verdadera esclavitud.

Impresionado Las Casas por esta situación, hizo un viaje a España para ver de remediarla. Gobernaba a la sazón, como regente, por fallecimiento del rey Fernando, el cardenal Jiménez de Cisneros, que oyó al sacerdote y dispuso que una comisión de tres frailes jerónimos estudiara la situación de los indios y propusiera las medidas necesarias para remediarla.

El carácter ardiente e impulsivo de Fray Bartolomé encontró tibias las conclusiones a que había llegado la comisión; realizó entonces un segundo viaje a España y solicitó el envío de labradores españoles y de esclavos negros que sustituyeran a los indios en el laboreo de las minas, y en los muy rudos trabajos de la zona tórrida.

Larga fue la lucha emprendida en España.

En 1529, pretendió regresar a las Indias para fundar una colonia (en Venezuela), proyecto que fracasó.

Buscó refugio en un convento de dominicos, para ingresar al poco tiempo en la Orden, y comenzó a escribir su Historia de las Indias, a la que siguió la Historia Apologética. Realizó importante tarea de catequización entre los indígenas de Nicaragua y los de Guatemala.

En 1539 volvió a España para pedir nuevas disposiciones que protegieran a los indios.

Su “Brevísima historia de la destrucción de las Indias” impresionó al propio emperador Carlos. Le fue ofrecido primero, el obispado de Cuzco, y luego el de Chiapas, que aceptó (en 1543, y renunció a ella en 1550). Los colonos (españoles) de su diócesis lo recibieron con hostilidad por la campaña que había desarrollado en pro de los indios y en contra de los conquistadores.

El monje dominico fue inflexible en contra de los que  explotaban a los indígenas, llegó hasta negar los sacramentos a quienes mantuvieran en servidumbre a los naturales.

Las dificultades entre él y los españoles aumentaron, y regresó a España para seguir defendiendo a los indios.

Sostuvo entonces una célebre controversia con el padre Ginés de Sepúlveda (1550, 1551) y defendió en derecho de los indios a pesar de su paganismo religioso, y otras cosas audaces para la época, en unas proposiciones que sirvieron  de base a la discusión y a las mejoras y reformas de las “encomiendas”.

El mes de julio de 1566, en el Monasterio de Atocha en Madrid, murió a los 92 años de edad. Le dio el honroso título de “protector de los indios” el emperador Carlos, y la posteridad se lo ha confirmado”.


Hasta aquí, la transcripción de la nota de la revista de la SEP.

Ninguno de los dos textos transcritos tienen señalado un autor, así que supondré que pueden ser del Director general de esta revista de la SEP, Salvador Pineda, o del mismo Secretario de Educación Pública que llegó a publicar en dicha revista, Agustín Yáñez, y cuyos nombres aparecen en las especificaciones de la publicación. En ese mismo ejemplar, el Secretario Yáñez publicó un artículo sobre Bartolomé de las Casas con el título: “Padre y doctor de la Americanidad”.


De las Casas llegó a América (1502) como parte del impulso conquistador, y dado el tiempo, obtuvo su encomienda. Para cuando quiso criticar el sistema que se estaba imponiendo, renunció a su encomienda, en 1515.

En un determinado momento, hizo la sugerencia antes mencionada de traer esclavos negros para evitar que los naturales de estas tierras sufrieran el abuso, y tiempo más adelante, declaró que ambas esclavitudes las rechazaba, la de negros y la de naturales de nuestro continente.

Si se revisa su biografía, hay quien distingue o le busca contradicciones, pero si se atiende a la cronología de cada situación, se entiende que venía de un sistema, y que al integrarse y participar de él en estas tierras, en carne propia, fue mudando de opinión.

Su obra literaria, su abogacía por los derechos de los naturales, lo llevaron al rechazo de muchos de sus contemporáneos europeos.

Y eso mismo, lo llevó a que su emperador y muchos en nuestro continente, lo hicieran objeto de reconocimiento y aprecio.

Al final de su vida, hizo un nuevo testamento y traspasó toda su biblioteca al Colegio de San Gregorio.

Su estatus actual dentro de la iglesia católica, en la que se investiga y examina para su canonización, Fray Bartolomé de las Casas tiene actualmente la categoría de “siervo de Dios”, que es el primer paso, entre otros, para llegar a ser distinguido como santo.

La causa (para la canonización) conducida por un postulador, inició en Sevilla, España, el 2 de octubre del año 2002. Se debe seguir todo un proceso que puede (o no) concluir en la elevación de Fray Bartolomé de las Casas a los altares.


Imagen 3


Como dato adicional, comento que los pasos para ser denominado santo, tienen diferentes niveles, que se consideran en el siguiente orden:

1) Siervo de Dios

2) Venerable

3) Beato

4) Santo

Actualmente Fray Bartolomé de las Casas, está en la categoría de siervo de Dios.



(Imágenes 1 y 2 del autor, fotografías tomadas a la revista mencionada. Imagen 3, de internet)

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