LA CASA VACÍA
LA CASA VACÍA Por Martina Rodríguez García La casa está vacía, de amor la casa deja pasar el viento y habita en ella. Todas las cosas, muebles, ropa, los retratos, los trastes esperan en silencio. El sol los distrae la pena es más pesada cada día. Todo espera, las maletas vacías pasan, el vaso, la charola, la taza, enfrían su vacío, el óxido mancha plasmada ha quedado cubierta por el polvo. Mi mirada penetra, identifica observa, revive, conmueve, alerta trae los años pasados en fragmentos, era mi madre quien guardaba en la vitrina los juguetes de porcelana que le regalaba mi padre, los vasos los “recuerditos”, todo. El aire sacó por la ventana el aroma de la madera, de las flores, de mis viejos. La casa está vacía. (Imágenes de internet)