JOSÉ GUILLERMO LARA CASAS EN EL "TALLER DE RELATOS DE AZCAPOTZALCO"

JOSÉ GUILLERMO LARA CASAS EN EL "TALLER DE RELATOS DE AZCAPOTZALCO"

Por Martín Borboa Gómez 

AZCAPOTZALCOGRAFÍA.

 

(Imagen del autor)

El día 27 de julio de 2024, la reunión semanal del "Taller de Relatos de Azcapotzalco", que sesiona en la Biblioteca Pública "Fray Bartolomé de las Casas", recibió la presencia del músico graduado en el Conservatorio de Música, José Guillermo Lara Casas, quien llegó por invitación de parte de la participante Rosalía Flores Mateos, quien a lo largo de este año se integró al taller.

(Imagen del autor)

Fue una muy agradable sorpresa la participación de José Guillermo, pues deleitó a los asistentes con varias interpretaciones musicales con su guitarra.

Algunas de ellas fueron de su propio repertorio, como la fusión de la música de Johann Sebastian Bach con el estilo Flamenco. 

Para ver un breve video de parte de sus ejecuciones artísticas, DAR CLIC AQUÍ.

Al final de su presentación pude hacerle una breve entrevista, la cual transcribo a continuación. Él ya estaba platicando con unas personas asistentes del taller, de modo que inicio con sus palabras, y no con una pregunta:


ENTREVISTA A JOSÉ GUILERMO LARA CASAS

 “Que las personas entiendan que lo que tú haces, no debes pensarlo porque se venda o porque se compre, sino porque te gusta hacerlo, es lo que quieres hacer, es lo que quieres expresar hacia los demás.

Carlos Marx así lo dice: que el trabajo del proletariado sea una expresión del ser humano, que no sea nada más el producto de una actividad, que luego se comercializa, sino que el trabajador cuando llega a un lugar y haga un trabajo, lo haga como una expresión, así sea atornillar una tuerca o poner un riel.

Entonces en el arte hay que generar ese concepto, esa idea, de que debe buscar hacer algo, pero por ese gusto de hacerlo, por ese amor a eso que hace, y que lo hace lo mejor que puede, y se prepara lo mejor que puede para hacerlo.

Y no lo hace porque voy a tocar en Bellas Artes o voy a vender millones de discos o voy a estar dando conciertos por todo el mundo, no, sino porque eso es lo que amo hacer. Así lo haga yo en un bar, o en la calle, o con unos amigos, yo voy a tocar la guitarra, o sea, lo importante no es donde lo hago ni porque, ni por una razón comercial, sino como una manifestación interna del individuo.

Pregunta: ¿Sobre lo que amablemente nos presentaste, la fusión de música de Bach con técnica flamenca, que es lo que te llevó a armarlo de esa manera?

Respuesta: Son varios factores. Tengo razones familiares. Mi papá fue torero, entonces el flamenco lo vengo escuchando desde que era niño, y también la música clásica, porque mi papá tuvo la gracia de que me dormía con discos de música clásica, oía a Mozart, oía a Beethoven, desde que era bebé.

Esas dos corrientes estuvieron en mí desde entonces, y cuando yo fui creciendo, a la edad de cinco años, yo ya quería ser músico.

Entonces cuando hubo la oportunidad de entrar a estudiar al Conservatorio, lo hice.

(Imagen del autor)

(Luego pasamos a hablar de la educación, y expresó):

La educación se ha vuelto dogmatica. Aunque piensen que hay una liberación, siempre se convierte en algo dogmatico, es decir, algo poco natural, algo un tanto encajonado.

La educación es esto que estamos haciendo aquí (refiriéndose a esa tarde en la sesión del Taller de Relatos de Azcapotzalco, y el momento musical que nos obsequió).

Yo llamaría a las escuelas, Centros de culturización, no de enseñanza y aprendizaje, porque incluso la ciencia es cultura, todas las manifestaciones son cultura, entonces lo que hacen y hacemos los maestros es lo que hacemos, culturizar a ese alumno, a ese individuo, para que cuando crezca se pueda desarrollar.

Pregunta: Y luego de haberte preguntado de una fusión, quiero preguntarte ¿qué opinas de esta otra fusión que estamos haciendo aquí hoy, escuchando música en vivo en una biblioteca, cuando una biblioteca se supone es un sitio de silencio para permitir el estudio y la concentración?

Respuesta: Eso justamente es la idea romper los dogmas, no hay que buscarlos como forma de vida. Los dogmas nos dan hasta cierto punto una dirección, una línea: hacia allá está el norte, hacia allá está el sur, allá el oriente, allá el poniente, eso, pero es solo eso.

De ahí tú dirígete, muévete, da curvas, regrésate.

Así que sí allá esta el norte, y para allá está el sur, significa que debo ir derechito hasta el norte, o derechito hasta el sur.

Hacerlo así es cuando se convierte en un dogma.

Y conocer esas direcciones debería ser solo una guía.


 (Fin de la entrevista) 

Con estas oportunidades artísticas, además de por el tiempo de más de dos años del "Taller de Relatos de Azcapotzalco" (actividad gratuita abierta a todo el público), la constancia de sus encuentros semanales, la gran variedad de temas y ponentes, la copiosa cantidad de escritos y trabajos orales que se presentan por parte de los asistentes, lo cálido de las reuniones, el espíritu de colectividad que caracteriza las sesiones, y por lo importante y profundo que llegan a ser los materiales presentados y compartidos, la calidad de la información, y por los corazones que participan en este taller del lado organizador, coordinador, y del lado participativo y de asistencia, afirmo que es en verdad una de las mejores épocas para la crónica en Azcapotzalco, y siendo las reuniones -como digo- semanales, afirmo que es la mejor época para la crónica en Azcapotzalco, y este "Taller de Relatos de Azcapotzalco", es el mejor ejercicio de encuentro y crónica que ha habido en la alcaldía.

Uno de muchos datos para sostener esa afirmación, es que la producción de crónica y su recolección  escrita es semanal (eso no había ocurrido nunca antes en Azcapotzalco), la cantidad de asistentes promedio va entre las 8 y 17 personas, y ha venido gente de 8 hasta casi 80 años a presentar sus materiales, de forma oral o escrita. Estos se conservan en la biblioteca, bajo el resguardo de la coordinadora del taller, Maricarmen Pérez Mejía.

Por esto, considero que será muy triste que este espacio cambie de función, y pudiera convertirse en, por ejemplo, un café literario en el que se cobren las bebidas y los alimentos, para subrayar el consumo y el flujo de dinero, y cancelar el gratuito encuentro cultral con el que ya cumple ejemplarmente aquí el taller y la biblioteca, con el mundo de la crónica y la cultura de Azcapotzalco, de la Ciudad de México, y de nuestro hermoso país en general.

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GRACIAS PADRE ANSELMO

MARÍA FRANCISCA LÓPEZ SUÁREZ