ORDENACIÓN DIACONAL
ORDENACIÓN DIACONAL
Por Raquel Rodríguez Sandoval
AZCAPOTZALCOGRAFÍA.
La procesión de estrada de esta gran celebración fue
acompañada por 20 seminaristas, 3 Diáconos, 18 sacerdotes y por supuesto el
Obispo de la Diócesis de Azcapotzalco, Monseñor Adolfo Miguel Castaño Fonseca.
La música del órgano con la unión de las extraordinarias
voces del Coro, nos permitieron sentir un poquito de la música celestial.
Durante de la homilía, el Sr. Obispo le recordó a Mario lo
que significa ministerio "Del latín pequeño, es decir se hace pequeño para
servir".
Llego el momento del rito propio para este momento de la ordenación, en la que el Sr. Obispo le impuso sus manos, además en gran parte de este rito, el hoy Diácono estuvo acostado pecho tierra, al levantarse lo revistieron dos sacerdotes, entre ellos el Padre Anselmo.
En otro momento le fueron entregadas las Sagrada Escrituras.
Uno de los instantes más emotivos, fue cuando recibió el
abrazo de sus papás quienes fueron testigos de cada paso desde la primera
banca.
Al final de la Celebración Eucarística, el ahora Diacono
transitorio Mario Olvera, recibió el abrazo de todos, y por supuesto las cámaras
para las fotografías y videos estuvieron muy activas.
Mario quien es originario de Querétaro, recibió la visita de
su familia proveniente de dicho estado, quienes llegaron a bordo de un autobús.
Se colocaron estructuras con lonas y sillas en el Atrio para que quienes no alcanzamos lugar en el templo, pudiéramos estar cómodamente disfrutando la ceremonia qué pudimos ver en una gran pantalla colocada a un costado de la puerta del templo. El sonido también fue excelente.
A pesar de la lluvia, nadie se mojó.
Por cierto esta celebración se transmitió por 3 páginas de
Facebook simultáneamente que fueron:
Parroquia San Juan Bautista Tlilhuaca Azcapotzalco
Diócesis de Azcapotzalco
Seminario de Azcapotzalco
Al terminar se compartió con toda la comunidad: carnitas, arroz, nopales, tortillas y refrescos, los cuales fueron donados
principalmente por la familia Contreras (las carnitas) , el arroz y los nopales
por algunas otras familias y los Monasterios, el refresco y tortillas por la
Parroquia.
Mis hermanas, tres personas más y yo tuvimos el honor de servir y repartir la comida.
Se entregaron también alrededor de 200 boletos para
participar en el festejo en el claustro y salón de actos donde se ofreció un
banquete qué constó de spagetti, puré de papa y carne en adobo.
Se pudo degustar un muy rico clericot.
En la parte musical, mi familia con muchísímo gusto aportó el mariachi que amenizó la noche.
Los grupos parroquiales colaboraron con vendimias y aportaciones en efectivo o en especie.
Posteriormente, en el Atrio se prendió un
"torito", además como parte del festejo se bailó la víbora de la mar.
Gran fiesta con un final agridulce ya que el Diácono Mario fue asignado a otra parroquia, por lo que esa noche se despidió de todos.
(Imágenes de la autora)