UNOS FANTASMAS CULTURALES
UNOS FANTASMAS CULTURALES
Vickynela
AZCAPOTZALCOGRAFÍA.
Es muy conocido que en todos los lugares antiguos habitan espíritus que vagan; buenos, malos o confundidos.
Es uno de los sitios con más historias sobrenaturales de la alcaldía.
¿Cuántas historias no habrá de personas que han pasado por estos lugares?, los que los construyeron, los que están sepultados, los que vivieron ahí, la acción de armas por la independencia que ocurrió en este lugar, sus muertos, los habitantes cercanos que han fallecido y los antepasados prehispánicos.
¿Y qué hay de las miles de almas que dejaron plasmados sus oraciones y ruegos, sus energías y su historia?
El tema de lo sobrenatural es algo que amo.
Cuando la gente comparte sus historias las que saben por otras bocas y las propias. Pero vivirlo uno mismo ya es otro nivel.
Es inevitable acordarme que a la Casa de Cultura, mis padres me llevaban a un taller cuando era niña, llamaba mi atención que junto a la barda había un árbol, que hace poco la alcaldía taló a pesar de sus leyendas, antigüedad y belleza.
Bueno, pues recuerdo un día después de llover y jugando con unos niños a las escondidas, pude apreciar a una mujer sentada en el tronco, este tenia una forma peculiar, pues creció de forma horizontal, parecido a una banca natural.
Esta mujer, tenía la mano izquierda en el tronco y en la derecha sostenía un ramo de flores blancas, alzó su mano izquierda, mirando y señalando hacia la pared que da a catedral, tenía puesto un vestido largo blanco con encajes, no se apreciaba sus pies, mangas largas y cuello alto, tenía un adorno de lado en su cabeza y un velo:
Si, era una novia joven, bonita, recuerdo sus ojos grandes pero no el color de su cabello.
Logré verla bien aunque empezaba el anochecer, de repente su mirada se dirigió hacia mi y comenzó a llorar, me asuste y corrí, pero unos pasos adelante volteé para verla y ya no estaba, puedo aún estar segura que en su lugar quedó una especie de vapor, fue tanto el miedo que ya no quise regresar hasta después de mucho tiempo.
Luego de años me dí cuenta que usaban este lugar para fotos de eventos, quise creer que mi mente de niña había imaginado otra cosa.
Un día oí de un cronista una leyenda de una novia que habían dejado plantada hacia muchos, muchos años y que murió de tristeza.
En ese tiempo yo participaba en un taller de idiomas en la Casa de Cultura, en la parte superior, cerca del salón donde está un piano.
Un día en plena clase se escuchó un quejido largo de mujer y nos azotaron la puerta, nos asomamos pero no había nadie.
En otra clase al pasar fuera de un salón donde había espejos, pude observar el reflejo de una mujer, pero no había nadie.
Varias veces vi figuras en esos espejos, alguien me explicó que eran pareidolias.
Esto les pasó a varias personas.
Además de otros espíritus que dicen ven vagar por sus muros: Un hombre con traje negro y sombrero, un monje, un tepaneca, una dama de blanco y hasta la famosa niña que hay en todos lados, también escuchan el piano tocar, eso me han platicado.
Tiempo después en un programa de televisión “extranormal”, grabaron un capítulo en este lugar y encontraron fantasmas en ese espejo.
Pero no solo aquí me pasó, también siendo niña, mi mamá me llevó a la Biblioteca Fray Bartolomé de las Casas, me dejó ahí un momento para irse a persignar en la catedral, entonces, un hombre se sentó frente a mi, era elegante con traje negro y dejó su sombrero en la mesa, de la nada me explicó lo que necesitaba saber de mi tarea, la historia de Azcapotzalco, empecé a anotar todo lo que más podía.
Le dí las gracias cuando ví a mi mamá llegar, me levante y me despedí, fui hacia mi mamá, pero al voltear el señor ya no estaba, me quedé confundida, ese hombre me dijo que algún día nos encontraríamos de nuevo, así que estoy esperando el día para volver a saludarlo.
Mi padre y amistades me han platicado desde niña sobre monjes que se ven en catedral, en su convento y en su atrio.
Entre algunas historias es la de un señor ya grande que sirvió ahí, saliendo de la última misa, vió un fraile orando con un rosario en la mano, lo saludó pero no contestó, estaba enfrente del altar mayor, dice que frente a sus ojos el hombre desapareció.
Otro me dijo que igual, salió de la última misa y caminó para saludar a “El Señor de la Vida”, expuesto antes en la capilla del atrio, vió entonces un ancianito que venía de frente y se saludaron, el señor también ya grande dice que volteó a ver su reloj y en fracción de segundos el otro hombre estaba dentro de la puerta de rejas que da hacia la capilla del Rosario y donde antes era panteón, el ancianito dió unos pasos hacia adentro y se dejó de ver, primero creyó que era la edad o la noche pero luego entendió que no era un vivo lo que se le presentó.
En la capilla de San Francisco (ubicada dentro de la Catedral de Azcapotzalco), una mujer me platicó que vio una mujer llorando amargamente hincada enfrente del altar, antes de ir a consolarla se persignó ante la imagen del Justo Juez, oía como lloraba, al darse vuelta para ir con ella, la señora ya no estaba, pero no pudo haber salido, no había forma que desapareciera en cuestión de segundos.
Hasta la fecha tiene miedo que vuelva a verla, y yo de que me suceda a mí, pues acudo a ver al Justo Juez.
Un encapuchado sentado en las bancas de la Capilla de Rosario, y una mujer de negro al pie de la Virgen a la derecha del altar, también han sido vistos, esa hermosa capilla cerrada, y esto lo confirmaron cuando fueron a revisar y no había forma de que alguien entrara, pero ya no había nadie.
Y ahí voy nuevamente, pasamos mi mamá y yo a visitar al Justo Juez en catedral, era medio día, habían puesto en la salida que da hacia la calle Tepanecas una puerta de rejas para evitar el paso. Aun así, vimos ambas como un ancianito salió del atrio hacia la puerta y una señora salió de la capilla junto a la reja hacia dentro del atrio, al llegar ahí la puerta estaba cerrada, la señora no se veía y una persona llegó, abrió y le dimos las gracias, salimos pero nunca entendimos que pasó.
En otra ocasión en una reunión en el convento de la catedral, cerca de las nueve de la noche, salí al baño, había poca luz, oí como una piedra que rebotó y en seguida el quejido de un hombre, me asomé hacia abajo, pero en lo que recapacité de porque me asomaba, ví solo un bulto entre la oscuridad qué se movió, se lo conté al sacerdote y dijo que solo me encomendara a Dios y orara, hay almas que vagan entre los vivos buscando perdón, quien los escuche, apegados a lo terrenal, a sus culpas, penas, deudas, pendientes, traicionaron y rechazaron a Dios en la vida o antes de su muerte.
Hay muchas historias así, la niña de blanco malvada que se aparece en una casa antigua cerca del jardín Hidalgo, un tepaneca por el banco, almas en varias casas antiguas cercanas y figuras moviéndose en el atrio.
Tuve una fobia por muchos años que me provocaba miedo las iglesias, hasta hace poco supe que era fobia y tiene nombre, veía las imágenes moverse, sus cabezas o manos, su cara.
En fin, lo bueno es que solo era hagiofobia ¿o no?