CARMINA BURANA DE CARL ORFF EN AZCAPOTZALCO
CARMINA BURANA DE CARL ORFF EN AZCAPOTZALCO
Por Martín Borboa Gómez
AZCAPOTZALCOGRAFÍA.
Carl Orff (1895 - 1982) es el
compositor alemán que musicalizó en el siglo XX, algunos textos de cantos
hechos por monjes y juglares en los siglos XII y XIII.
Su obra fue
ejecutada por la Orquesta Sinfónica la noche del 06 de septiembre del 2024, en
la Catedral de los apóstoles Felipe y Santiago, en el centro de Azcapotzalco,
Cdmx.
La cita era a las 19:30 pero la música empezó a sonar hasta pasadas las 20 horas.
Para ver una fracción del concierto
Yo conseguí lugar dentro de la Capilla de la Virgen del Rosario, que afortunadamente miraba directo a la zona de la catedral en donde se instaló la orquesta. El coro quedó muy cerca del altar. Frente a la puerta de la Capilla estaba la sección de percusiones.
Para quienes
conocen la obra llamada “Carmina Burana”, saben que desde
el primer instante, las percusiones son potentes y muy características de la
obra. Así que cada vez que el bombo, los platillos y todos los demás
instrumentos de percusión de la orquesta, resonaban en la capilla con peculiar
sonoridad.
Si ya de por sí,
la obra los destaca, estar sentados en un espacio tipo capilla frente a las
percusiones, fue definitivamente una manera muy peculiar de atender y disfrutar
el concierto.
Las bancas dentro
de la capilla se acomodaron “dando la espalda” al altar de la Virgen del
Rosario, lo cual no impidió que los asistentes admiráramos en diferentes
momentos los retablos y la arquitectura, pues no es habitual que haya acceso a
dicha capilla.
Según el portal
de “México desconocido”:
“la capilla del
Rosario de Azcapotzalco es el fruto de las donaciones de fieles; quienes
vendieron parte de sus haciendas para la construcción de los retablos y
pertenecían a cofradías dedicadas a rezar el rosario… Entre los retablos más
valorados están el de Santa Ana, San José y la Virgen de Guadalupe; los cuales están
firmados por José Correa, contemporáneo de Villalpando, con la fecha de 1682”.
El concepto de
que la fortuna es como la luna, a veces crece y otras decrece, el canto de la
primavera, el cisne que está siendo cocinado y canta su situación
(infortunada), y otros pasajes, para volver a resaltar, que la fortuna es
similar a la luna, a veces aumenta, otras disminuye.
Para conocer el texto de Carmina Burana (procedentes del monasterio alemán de Beuern)
Para ver una fracción del concierto
El sitio en donde
escuché el concierto de algo menos de dos horas, tenía vista hacia la puerta de
la capilla a la catedral, y a un gran cuadro de la Divina Providencia. Fue muy
especial poder ver esa potente imagen más de hora y media, escuchando esa
poderosa obra.
El silencio del público en los momentos en que así correspondía, era en general absoluto, salvo uno que otro infaltable celular que llegó a sonar. Afortunadamente eso ocurrió en el tiempo de la explicación oral, pero no lo percibí durante la ejecución del concierto.
Las partes monumentales de la obra son en verdad grandiosas y si se me permite decirlo así, a veces casi escalofriantes, está uno ante una ejecución en vivo de partituras estremecedoras, imposible permanecer indiferente.
Las partes
melodiosas de acordes suaves, que inspiran la tranquilidad de un lago, reflejos
de la primavera, son dulces, y la vocalización del coro y la solista
impregnaron el edificio de la catedral de tonos lindos, tiernos, de muy
pacífica y luminosa melodía.
Tarde o temprano,
regresarían los potentes acordes, los golpes a las percusiones, el calor
interior que generan nuestras entrañas cuando se saben ante algo gigantesco.
Sin duda, poder
escuchar la obra conocida como “Carmina Burana” (Codex Buranus o Cantos del
monasterio de Beuern), es siempre intenso. En vivo sin duda lo es más. Y con la
particularidad de la acústica de la catedral, de la Capilla de la Virgen del
Rosario en que estuvo todo el tiempo, y el haber tenido las percusiones como
los instrumentos más cercanos, de verdad que construyeron una experiencia
irrepetible.
Fue la primera
vez que asistí a un concierto en la Catedral de Azcapotzalco. No me importa si
no vuelvo a tener una oportunidad similar. Esta la tendré siempre como una que
rebasó todas mis expectativas.
Al terminar el
concierto, quise ir a ver nuevamente qué tan cerca estaban las percusiones de nosotros,
cuantas eran, charlé con uno de los músicos que las tocaron, les tomé
fotografías, vi sus partituras, increíble que esas piezas y esas baquetas
puedan llegar tan hondo del alma con su efecto y sus notas.
El gran Carl Orff estremeció al público de Azcapotzalco con su genialidad, compuesta en el siglo XX, ejecutada en este edificio del siglo XVI.
Fuente: https://www.mexicodesconocido.com.mx/la-capilla-del-rosario-de-azcapotzalco-una-tesoro-barroco-poco-conocido.html