EL PRISIONERO DE AZCABANZALCO
EL PRISIONERO DE AZKABANZALCO
Por Martín Borboa
Gómez
Es una prisión
para magos criminales, construida en una isla en el lago de Texcoco, no aparece
en mapas prehispánicos ni posteriores, ya que solo figura en mapas mágicos.
Es vigilada por
espectros fantasmales voladores, llamados “dementipos”, que cuidan que nadie
escape, y si por alguna razón un preso lo hace, lo alcanzan, le absorben su
alegría, su cordura, y lo dejan prácticamente demente, de ahí su nombre. Si
alguien pretende interponerse en la captura del preso, los dementipos
igualmente absorberán el entusiasmo y gusto por la vida del infractor, y lo
dejarán en el mismo estado que al preso que persiguen.
Originalmente esa
isla era el hogar del poderoso hechicero Ekrismago, su isla era indetectable
para todos, tanto magos como los que ignoraban las artes mágicas. Ekrismago se
dedicaba a perturbar a todas las embarcaciones que transitaban esa zona del
gran lago de Texcoco, y ningún navío podía ser inmune a sus ataques.
Las tripulaciones
navegaban indefensas antes esa amenaza, y hasta los magos eran tomados por
sorpresa si Ekrismago decidía molestarlos. De forma invisible abordaba los
navíos, de forma ventajosa afectaba las cargas, los tesoros transportados, y su
aliciente principal era la pura diversión de fastidiar. Por ello, era
imprevisible, pues carga rica o carga pobre, por igual, podían ser abordados
por Ekrismago.
Prácticamente
hasta que murió de viejo, se terminó el mal que provocaba.
Lo interesantes
es que a su muerte, su isla fue detectable al menos para la gente mágica, pues
uno de los últimos cargamentos que destruyó fue de grandes pacas de hierbas
medicinales, que al caer al agua del lago, sin querer, su esencia y perfume hicieron
reacción con las piedras de la isla, y tras meses de fermentación, la hicieron
visible.
Al ser el poder
mágico de esas hierbas lo que la puso en evidencia, se creó la especialidad
mágica llamada “revelatoris”, que a partir de este logro, produce sustancias
que obligan a instrumentos oscuros a revelar su secreto.
Al mismo tiempo,
el Consejo de sabios de Tepanejaguar, decidió convertir la isla de Azkabanzalco
en una prisión para magos criminales.
Su prisionero más
famoso es el único que logró escapar, un mago que gustaba de convertirse en
lobo a voluntad, un nahualmago, que podía transformarse en lobo cada vez que lo
decidía, a diferencia de cualquier hombre lobo que lo hace involuntariamente
por influencia de la luna llena.
Este nahualmago fue
perseguido por los dementipos, e intentaron capturarlo varias veces, absorbiendo
su ánimo de vivir, pero siempre hubo supuestas coincidencias que lo ayudaron a
continuar fugitivo.
Una de las veces
más intensas de su posible captura, fue en las negruzcas arenas del borde del
lago de Texcoco, en un sitio llamado Nextencotlán, en donde justamente en una
noche de luna llena tuvo que enfrentar a un verdadero hombre lobo del clan de
los talladores de piedra, y él, como simple nahualmago, aunque pudo también convertirse
en lobo, nunca un nahualmago logra la fuerza auténtica de un lobo como lo hacen
los hombres lobo.
Por ese
enfrentamiento, el nahualmago prófugo quedó tendido y derrotado en esa playa
negruzca, y por estar indefenso, los dementipos le dieron alcance.
Aun así logró
salvarse, por la ayuda de un chiquillo hijo de magos, Harrycóyotl, quien había
ido a su encuentro para enfrentarlo, ya que el crimen por el que ese nahualmago
había ido a prisión, fue precisamente por haber asesinado (o supuestamente
haberlo hecho) a la mamá y papá de Harrycóyotl.
En la noche de
luna en que Harrycóyotl enfrentó al nahualmago, supuesto asesino de sus padres,
fue la misma noche en que el nahualmago enfrentó al hombre lobo y quedó casi desmayado
en la arena del borde del lago, y al estar casi desmayado, el niño Harrycóyotl
lo levantó de la cabeza para hacerlo reaccionar y enfrentarlo, y precisamente por
eso, los dementipos no pudieron capturar su espíritu, pues no pueden hacer nada
si el individuo está inconsciente.
Debe estar
consciente para absorberle el ánimo, pues es a través del miedo que logran
hacerlo.
Un individuo
desmayado no logrará espantarse por los espectrales y voladores dementipos.
Y los dementipos
se confundieron porque el miedo provenía de Harrycoyótl, pero el espíritu deseado
era el del nahualmago prófugo.
Los dementipos se
alejaron.
El nahualmago volvió
en sí.
Harrycóyotl
charló con él acerca del asesinato de sus padres, y el nahualmago explicó que
él no los mató, pero estaba en la escena cuando llegaron las autoridades
mágicas, y nunca le creyeron.
Juntos,
Harrycóyotl y el nahualmago llamado Tepanblack, fueron a buscar al verdadero
asesino, otro nahualmago que se convertía en rata.
Lograron capturarlo,
demostraron ante las autoridades mágicas quien fue el verdadero asesino, y
Tepanblack quedó libre.
Incluso
Tepanblack ofreció hacerse cargo de la educación de Harrycóyotl, pero el niño,
aunque huérfano, ya tenía una familia y amigos en la escuela de Tepanejaguar,
un sitio pleno de ahuehuetes tlihuacaicos.
Esa fue la breve
historia del único preso que logró escapar de Azcabanzalco, y lo hizo para
demostrar su inocencia, y tratar de ayudar al huérfano Harrycóyotl en su vida,
reparando un daño que no provocó, pero que fue acusado de hacerlo.
La isla prisión
aun existe, y esta historia se recuerda cada noche de luna llena, igual que
cuando se enfrentó el nahualmago contra el hombre lobo en las arenosas playas
de Nextencotlán.
Casa 28 días en
que alumbra esplendorosa la luna llena esa negra costa, los infantes
estudiantes de magia, van a esa playa y recrean el combate entre el nahualmago
hecho lobo, contra el auténtico hombre lobo, la llegada de Harrycoyótl, su
charla con el supuesto asesino, la llegada de los espectros voladores (dementipos), y la
revelación de que el preso no fue el asesino, sino el nahualmago convertido en
rata.
Son grandes
noches llenas de talento teatral y de lección histórica para los infantes
aprendices de mago.
Todos quieren
actuar el papel de Tepanblack, el prisionero de Azkabanzalco.