TESORO DE RECUERDOS
TESORO DE RECUERDOS
Por Vickynela
AZCAPOTZALCOGRAFÍA.
Me acuerdo que cuando iba en la primaria, dos amigas y yo, hicimos en una caja de madera una cápsula del tiempo, las metimos en un hoyo que hicimos en el jardín Azcapotzalco junto a un árbol, casi donde están ahora los puestos de metal frente al Parque Hundido.
Yo tenía 10 u 11 años, Rita 9 o 10, y Zulma 6 o 7 años.
Luego de dos años aproximadamente hicieron una remodelación al parque, y entonces, después de eso, fuimos a buscar la caja enterrada, y ya no estaba, no la encontramos o no sé qué pasó, tal vez la sacaron los trabajadores. Recuerdo que habíamos metido entre otras cosas: pulseras, estampitas, unos muñequitos de plastilina y otros que habíamos sacado en unas papas sabritas, unos tazos, empaques de dulces y más cosas, fue muy triste no hallarla.
Le puse atención al tema en estos días, y ya hasta le pregunté a mi mamá, dice que se acuerda que iba yo como en quinto o sexto de primaria, cuando hicieron esa remodelación ahí en el jardín de Azcapotzalco, pero no nos acordamos bien, la remodelación fue como uno un año y medio o máximo dos años después de haberla enterrado.
Creo que las tres amigas vimos cuando empezaron a remodelar. Recuerdo que dijimos: “nuestra cajita ya valió”, porque íbamos a ir con nuestras bicis.
Recuerdo las paletas que ahí vendía en ese tiempo el paletero, las traía en un carrito blanco, las paletas eran de vainilla con grosella, así una parte amarilla y otra roja.
Íbamos para allá un rato en las tardes después de la escuela, y sí recuerdo que cuando enterramos esa caja, hicimos un hoyo así junto a un árbol para que no se nos olvidara, y arriba del sitio pusimos un montón de piedras que fuimos a buscar, como que hicimos la señal para que no se nos fuera a olvidar por donde estaba.
Tiempo después, cuando vimos que empezaron a remodelar pues ya nos pusimos tristes. Pensamos que ya no la íbamos a encontrar.
Y efectivamente ya no lo encontramos.
Las tres dimos con el árbol porque ya sabíamos dónde era y todo, pero ya no había nada. Y era raro porque exactamente ahí, yo no recuerdo que hayan hecho algún trabajo, que hubieran quitado la tierra y puesto algo, pues no, entonces simplemente nosotras creemos que era ahí pero ya no estaban las piedritas. No encontramos las piedritas que pusimos por ningún lado.
Para ese tiempo no dejaban entrar a la zona porque estaban arreglando, pero fue después cuando fuimos las tres, y lo fuimos a buscar cada quien por su lado, nunca dimos con el árbol que tenía las piedritas, y ya no encontramos la caja.
Hicimos hoyos buscándola, como unos 4 o 5, junto a diferentes árboles, pero ya no encontramos nada. Hicimos excavaciones de menos de 50 cm.
Nuestro tesoro era una cajita de madera, hasta le pusimos un montón de estampillas y la pintamos, así muy bonita, y la metimos en una bolsa de papas (cuando la marca todavía tenía la carita feliz, sonriente), eso sí me acuerdo porque dijimos que por si llovía.
Mi papá me acuerdo que nos dijo: “si la meten así nada más la caja directo en la tierra, la humedad se va a comer la madera, la va a echar a perder”.
La caja no era muy grande, no era muy chica, no recuerdo bien, pero era una cajita, ¿cómo que será?, como de unos 15 cm de ancho por unos 10 de largo, más o menos.
Adentro tenía unas fotos chiquitas, las recortamos, eran de nosotras y de nuestros compañeros de la escuela, de nuestras familias, cada quien metió unas, no me acuerdo cuántas, también estampitas de Rosita Fresita y otras de las de Piolín, y otras que no me acuerdo, unas estampas que se estaban usando en aquel momento para llenar un álbum, hasta con los sobres las metimos, eran repetidas, unas corcholatas de Chaparrita, de Lulú, de Jarritos, unos muñecos que encontramos, igual creo que fue en una bolsa de papas, ya no me acuerdo bien, que venían todas de un solo color, y unas de plástico, unas de plastilina que hicimos nosotros chiquitas, metimos unas flores secas.
Metimos unos papelitos donde decíamos: Quiénes éramos, cómo nos llamábamos, cuántos años teníamos, donde estudiábamos, qué queríamos ser de grandes, como cuántos hijos queríamos tener, cómo queríamos que fueran nuestro esposo, quién era nuestro artista favorito.
También pusimos empaques de dulces motita, chicles de unas paletas, la manita de la suerte y otras, pero no me acuerdo que era, Miguelito creo, y metimos unas mamilita con dulces y con chicles adentro, uno como reloj de plástico que eran de los juguetes que traían chicles adentro, y otra cosa que no me acuerdo que era, también con dulces.
Estaría increíble encontrarla, porque contiene muchas cosas que ya no existen, y pues es un recuerdo.
Pasé por ahí muchos años, varias veces a ver si la encontraba, esa caja, esa cápsula del tiempo, pero no ya nunca la encontré.