HOMENAJE A MAESTRA MARTINA RODRÍGUEZ GARCÍA, CRONISTA DE LA ALCALDÍA DE AZCAPOTZALCO
HOMENAJE
A MAESTRA MARTINA RODRÍGUEZ GARCÍA
CRONISTA
DE LA ALCALDÍA DE Azcapotzalco.
La traviesa
AZCAPOTZALCOGRAFÍA.
La Alcaldía Azcapotzalco
situada en la Ciudad de México, es vecina de sus iguales de Miguel Hidalgo,
Cuauhtémoc, Gustavo Adolfo Madero; además de los municipios de Tlalnepantla de
Baz y Naucalpan de Juárez del Estado de México.
Su nombre en náhuatl significa "en el hormiguero", posee en
glifo topónimo en donde se representa una “hormiga
roja rodeada de granos de maíz”, en códices o manuscritos pictográficos como el Xolotl,
Mendocino y la Matrícula de Tributos; además su gentilicio conocido y
reconocido es “tepanecas” o “chintololos”. Por todo esto es considerado como
Pueblo Originario, al igual que sus barrios quienes en su mayoría, además del
nombre de un santo católico tienen topónimos en náhuatl.
A este
lugar llega la maestra Martina, en su crónica Mi ciudad, mi villa y mi barrio, da noticia de su infancia dentro
de una familia compuesta por su padre don Jesús Rodríguez
Sánchez, su madre Catalina García además de sus hermanos Carlos y María del
Carmen, residían en el
poblado de Villa de la Paz en el estado de San Luís Potosí, donde se ubica la
mina Santa María de la Paz, en la cual su padre trabajaba, más tarde por razones de salud
de su progenitor, se trasladó la familia a la Ciudad de San Luís Potosí, cuando
Martina apenas tenía un año de edad. Residieron primeramente en el barrio de
Tequixquiapan, después pasó al de San Juan de Guadalupe, aquí vivió su infancia
además de aprender, sus primeras letras en la escuela Bibiano G. Casamadrid.
En este barrio de San Juan de Guadalupe, se
nutrió de las costumbres y tradiciones como la de la Semana Santa en especial,
la impresionaba la Procesión del Silencio. Recorrió las calles barriales
quedando en su memoria, la existencia de huertas de diferentes frutas y los
pregones de quienes vendía garambullos (es
un fruto de una cactácea que florea en los meses de julio a septiembre y se puede
comer estando fresco, en mermelada o bien en una bebida alcohólica), flores
de calabazas, membrillos, duraznos, zapotes blancos y negros.
Posteriormente la familia se cambió, a la
Planta de Filtros de Abastecimiento de Aguas de la ciudad de San Luís, ocupando
la casa destinada al encargado que era su papá, lo comenta con estas palabras:
“ Nos cambiamos para allá mi papá, mi mamá y mis hermanos Carlos y Ma. Del
Carmen y yo “la traviesa de 10 años”. Continúa sus estudios en la “Escuela para señoritas Matías Hernández
Soberón”, pasaron los años y ya casada con Manuel Aguilar González, se mudó
a la ciudad de México, llegando al pueblo de San Francisco Xocotitla en la actual Alcaldía de Azcapotzalco.
Así llega a Azcapotzalco en 1991, Martina nacida a cientos de kilómetros de distancia,
iba a iniciar su trayectoria como Cronista de la mencionada Alcaldía, aportando
a su Patrimonio Cultural relatos y crónicas con diversos temas. Pronto
se integra a la comunidad cultural de ella, además fue el lugar del nacimiento
de sus hijos José Ángel Javier y Marta Catalina.
En una entrevista, recuerda sus primeros
acercamientos a la literatura, al asistir al Taller de Narración Literaria, auspiciado por el Instituto Nacional
de Bellas Artes e impartido por la maestra Juana María Naranjo Zárate, realizado
en un salón de la Casa de Cultura de Azcapotzalco, aprendiendo en él,
seguramente las reglas del buen escribir tan necesario, para desplegar su talento
como Cronista. Además ésta experiencia, le dejó la semilla de cultivar posteriormente,
un tipo de poesía japonesa: el haikú. Su gusto por este género de poesía,
reconoce ella lo afinó con la guía del Lic. Francisco Martínez más tarde.
Se establece en el Barrio de los Reyes Ixquitlan en el Centro Histórico de Azcapotzalco,
del cual es reconocida también como su cronista. Para el año de 1994 participó en el concurso, de “Leyendas y
Tradiciones de Azcapotzalco” obteniendo el segundo lugar con sus crónicas “La tradición del Nacimiento” y “Ruidos y
risas”. Al año siguiente se incorporó al Consejo de Fomento Cultural de la
Delegación, su labor continúa le permite ingresar al Consejo de Cronistas Delegacional el 10 de diciembre de 1998, cuando el Delegado Político de
Azcapotzalco, era Pablo Moctezuma Barragán.
Más tarde hizo su solicitud para ingresar,
en el año de 2001 a la entonces Asociación de Cronistas del D. F. y Zonas
Conurbadas, a instancias del arqueólogo y Cronista de Azcapotzalco José
Antonio Urdapilleta Pérez y del señor
David Delgado Jiménez, recibiendo la contestación en un oficio, fechado el 2 de octubre del mismo año donde se le
comunica “que ha sido aceptada como
miembro de la Asociación”, firmado por el Presidente de dicha Asociación,
el arqueólogo y cronista ya mencionado (José Antonio Urdapillea Pérez). Es
decir la maestra ha pertenecido a esta Asociación 23 años de forma ininterrumpida.
Posteriormente dos años después en el 2003,
el Consejo de la Crónica de la Ciudad de
México, le reconoce a la maestra Martina, su labor cronística a través del documento
firmado por la entonces Secretaria General de esta institución: la Lic. Ángeles
González Gamio
La maestra Martina, es una cronista a la que
no le pesa reconocer la labor de sus colegas, como lo demostró participando, en
el Homenaje realizado a la maestra Amalia Elorduy también Cronista de la
Alcaldía de Azcapotzalco, el pasado 21 de marzo en la inauguración de la Sociedad de Cronista de Azcapotzalco,
donde se también se le homenajeo a ella misma y a la maestra
María Elena Solórzano Carbajal.
Es miembro del Consejo de Fomento Cultural de Azcapotzalco, además de ser investigadora
de Historia Oral de la CDMX,
colaboradora de publicaciones como El
Boletín informativo de los Cronistas de Azcapotzalco y del Boletín “La voz de
la Cultura en San Luís Potosí” y de “La
Hormiga, la voz tepaneca”; así mismo cultiva también la narración ficticia
es decir el Cuento y la Poesía, son frecuentes sus aportaciones cronísticas en
la revista electrónica, ESCRIBOSFERA y reconocida es su
aportación al Patrimonio Cultural Tepaneca, por la publicación “La Calzada
Vallejo, del lodo al asfalto”, publicada en “Nosotros” el 28 de agosto de 2019
Su terruño tepaneca, ha sabido valorar la
aportación de la maestra Martina a la investigación y divulgación de su
Patrimonio Cultural, por ello se le realizó en este año, un Homenaje el pasado 13
de abril en esta biblioteca Fray Bartolomé de las Casas.
La maestra Martina tiene una sensibilidad
plasmada, no sólo en la literatura sino en la realización de pintura de
paisajes en bolsas recicladas y en tapetes, en vestidos donde combina la
aplicación de telas diversas con la pintura en textiles. En una ocasión
escribió el poema El Milenario
Azcapotzalco, el cual al ser conocido por el Aldo Moreno Popoca, provocó en
él la composición de la música para el mencionado poema, convirtiéndola en una
canción, así la historia de esta Alcaldía se convierte en poesía y música. Participa
activamente, así mismo en el Taller de
Relatos de Azcapotzalco, en sus crónicas difunde costumbres, historias y
leyendas “bajo su propia iniciativa, con
recursos propios, en solitario y sin apoyo de instituciones o autoridades”.
Al ser
socia de
la Asociación de Cronistas Oficiales de
la CDMX, siempre se ha mantenido participativa y activa, asistiendo a las
asambleas mensuales, a los Congresos Anuales con crónicas incluidas en las
Memorias de cada uno de ellos, participando en el programa de la misma Asociación
Voces Conjuntas con videos y/o
audios, trasmitido por Totlahtol Radio de
la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes
(SEPI), del gobierno de la Ciudad de México.
La maestra Martina, tiene en su espíritu la creatividad
innata, como lo constatan las crónicas incluidas en las publicaciones
realizadas, de los diferentes Congresos Anuales de la ahora Asociación de
Cronistas Oficiales de la Ciudad de México, por ejemplo en su crónica Azcapotzalco a través de sus barrios, da
noticia de la creciente gentrificación de la mencionada Alcaldía, diciendo de
los Barrios Originarios tepanecas que: “en
ellos se recogió la sabiduría prehispánica”.
En la crónica La herencia de Anenecuilco, muestra la figura de Emiliano Zapata
desde su niñez y su participación en la Revolución Mexicana. Hace un espacio en
ésta crónica, destinado para hacer notar la participación de las mujeres, de las
soldaderas además, de las iniciadoras del cuerpo de enfermeras, en éste
movimiento armado.
También en sus posteriores crónicas, divulga
leyendas tapanecas como la llamada De
Ropón y Siempre juntas, en esta última describe la relación de una madre
con una hija que ni la muerte pudo romper.
Como una buena cronista, está atenta a su
alrededor, a los actores urbanos quienes llevan una vida no muy agradable en
ella por tener grandes carencias, así en su crónica Artistas Callejeros, pone su atención en los payasitos o
malabaristas generalmente niños o jóvenes a quienes ella llama, “los hijos de la madre tierra”, los
cuales en los semáforos de las avenidas, por breves minutos realizan malabares
esperando unas monedas, destinadas a sufragar sus gastos mínimos de
subsistencia en la metrópolis mexicana.
En la crónica “Azcapotzalco prehispánico”, divulga la génesis de su terruño
tepaneca, dando noticia de la amplia microhistoria local, como los demuestran
los descubrimientos fortuitos de osamentas
de mamuts, entierros prehispánicos donde abunda la cerámica, prueba irrefutable
de su antigüedad.
Pero también tiene una habilidad excepcional,
pues los sucesos cotidianos, ella los convierte en crónicas y como dicen el
dicho, “para muestra un botón”, el pasado
sábado 28 de septiembre pasado, recibí de parte de ella una información relacionada
con el Monumento de José José en el icónico parque de La China, le contesté: “las canciones interpretadas por José José,
creo que pueden estar ligadas a diferentes situaciones sentimentales de los
mexicanos”; unas horas después recibí este mensaje:
“Homenaje a José José, voz privilegiada,
algunos títulos de sus canciones inspiran a escribir y a sentir Amor Amor y recordar que podemos Amar y querer, en cualquier tiempo y
espacio aún en la Nave del Olvido, llegar
a un lugar y transformarnos en un Volcán
de sentimientos a flor de piel y saber que a los 40 y 20 es difícil decir El
amor acaba, porque Lo dudo,
escucho su voz diciendo Quiero perderme
contigo, sé que todo está bien ya lo Pasado
Pasado.
Sigues en mi recuerdo mi vida, en mi Almohada, siempre recordando tu gran
talento, tu voz, tú corazón sin que tu Amnesia
me aleje de ti.
Para esto son tus canciones yo te
recuerdo así José José.”
Martina Rodríguez García.
María
Eugenia Fernández Álvarez.
Cronista e
Historiadora de la
Alcaldía de
Iztacalco, en la
Casa de la
Sal.
23 de noviembre
de 2024.