RITUAL FUNERARIO EN XOCHIMILCO
RITUAL FUNERARIO EN XOCHIMILCO
Por Ana María García Alvarado
La muerte, solo viene y se va, a veces tarda en llevarse a familiares y amigos, de uno en uno.
Solo cuando viene acompañada de "doña tragedia" se
lleva a toda la familia, como queriendo borrar
de la tierra toda descendencia de ésta.
La presencia de la muerte provoca dolor y ausencia de aquella persona que partió.
Sin embargo, los familiares tratan de superarlo o mitigar
esos sentimientos respetando las tradiciones que desde sus antepasados les
enseñaron a querer y respetar.
En Xochimilco, aquí en la capital de México, se preparan
para estos momentos. Muchas familias, (de acuerdo a sus recursos) van poco a
poco comprando enseres qué les faciliten esos momentos, ya que la mayoría de
los velorios se realizan en casa, por esto es necesario una cocina o lugar
donde poner parrillas o anafre para
cocinar en grandes cacerolas y ollas de barro donde se preparara , arroz o otras sopas.
Ollas donde preparar café
o té, de acuerdo a la hora.
Tener un lugar donde guardar platos, vasos cucharas,
garrafones, etc.
Si la persona
pertenecía a una cofradía, ya de
su templo cercano o de la catedral como este caso, (catedral de Xochimilco) se
trae una imagen del santo.
Pero si además tuvo la mayordomía del Niño Pa, se le presta
su estandarte.
Durante el velorio, la familia debe preparar café o té, por
lo cual debe comprarse botellones de agua y pan (en ocasiones se llegan a pedir
unas trescientas piezas, solo en la noche).
El traslado de las personas, en microbús del templo al panteón y del panteón a la casa. Todo debe
estar sincronizado.
La noticia del fallecimiento de una persona se pasa de boca
en boca. Cuando se tiene la certeza de que será velada en su casa, acuden a presentar
sus condolencias a la familia.
Por cierto, la familia no descansa, unos lavan trastes,
otros ven lo que falta para el desayuno y la comida después del entierro.
Otros hacen trámites para el traslado de la casa al templo donde
se realizará una misa de cuerpo presente, y de ahí al panteón.
Durante el día y parte de la noche en que se vela al difunto, se prepara la comida después del entierro. De acuerdo a la tradición la comida debe ser sopa, guisado, adobo preferentemente sin carne, (esta costumbre se presenta en Xochimilco, Milpa Alta y también en algunos lugares de Morelos como Tlayacapan).
La carne se sustituye por queso panela y nopales por
ejemplo.
El chile debe molerse, temprano hay que ir al molino pero hay que avisar para
lo reciban antes (en este caso fue a las 4 de la mañana).
Alguien debe coordinar si hay arroz, (esta vez fueron 30
kilos de arroz, 10 garrafones de agua).
Durante algunos entierros se lleva música, se toca con
mariachi, trio o banda, despidiendo con algunas palabras a la persona.
Después a los nueve días, se realiza una
misa donde se bendice la cruz de metal que se llevaría al panteón.
Y se recibe a las personas nuevamente, para comer, en esta ocasión se dio arroz, mole con pollo y los tradicionales tamales de frijol qué sirven o hacen función como tortillas.
Aunque también se dan
tortillas y agua.
Sin olvidar que durante los rosarios se reciben
también a familiares y amigos,
que hay que atender.
¿El duelo se vive diferente
por las tradiciones?, No sé.
La ausencia no creo que se pueda cubrir fácilmente, después
de terminar todo lo tradicional que ya comentamos.
En algunos pueblos de Oaxaca (Alemán), para estas ocasiones,
se prepara mole, sopa de pasta o consomé con menudencias de pollo. Dan de tomar cerveza, mezcal,
curativos de mezcal y refresco.
En los rosarios, recuerdo que en Miltepec, también en Oaxaca,
nos dieron un pan, con chocolate de agua de beber y un cigarro (de los llamados faros).