LA FIESTA DE LA CALLE DAVID ALFARO SIQUEIROS EN LENINGRADO
LA FIESTA DE LA CALLE DAVID ALFARO SIQUEIROS EN LENINGRADO
Por Miztli Arriaga
[Corría el año de 1987…]
«¡Buenos días, estimados amigos!
¿Acaso se pueden imaginar la fiesta de la calle del célebre muralista mexicano David Alfaro Siqueiros sin la participación de los estudiantes de la ciudad sobre el Neva? -¡No! -¿Esto es cierto?
Entonces permítanme presentarme antes ustedes. Me llamo
Miguel Arriaga Soria. Soy egresado del posgrado del Instituto Ferroviario de
Leningrado. Quisiera compartir con ustedes unas impresiones generales acerca de
nuestro artista plástico.
Primero. ¿Qué creen ustedes? ¿Cuál sería mi sorpresa cuando en la primavera de 1984 leí en alguna parte en el Periódico “Leningradskaya Pravda” /La verdad de Leningrado/ que una calle en esta ciudad había sido nombrada en honor de nuestro compatriota D.A. Siqueiros?.
Por ello quedé honrado y lo estoy ahora.
Segundo. ¿Qué creen ustedes?, ¿Cuál era la satisfacción de los mexicanos cuando en octubre del mismo año la Embajada de nuestro país en la URSS inauguró en el Museo del Hermitage una exposición /temporal/, dedicada al sesenta aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Unión Soviética y los Estados Unidos Mexicanos?
Les recuerdo que los cuadros y fotografías de la obra del
mismo David Alfaro Siqueiros sirvieron para celebrar este acontecimiento.
Entonces yo hice las siguientes anotaciones. ZAPATA (1967); ESTUDIANTE EN LA
CÁRCEL. MI RESPUESTA A LOS SUCESOS DE TLALTELOLCO (1968); NIÑA-MADRE; RETRATO
DE LA BURGUESÍA (1939); MUERTE Y FUNERAL DE CAÍN (1947).
Tercero. En
noviembre de ese año respondí con satisfacción como guía en dos excursiones al
Hermitage con estudiantes extranjeros y becarios soviéticos de mi instituto.
Fue muy agradable explicar la temática de varios cuadros, así como la
terminología; por ejemplo, “Cuauhtemito”, heredero del emperador azteca
Cuauhtémoc, es decir el mexicano actual; cierto material llamado piroxilina,
empleado ampliamente por el artista –resultado de la acción del ácido nítrico
sobre la madera, algodón o papel, etcétera.
Cuarto. En
diciembre leí la carta de una persona muy querida, quien expresaba literalmente
su relación hacia la exposición. Permítanme compartir un fragmento:
[…] Yo recuerdo todo el tiempo la exposición de Siqueiros,
la misma se presenta una y otra vez ante mis ojos. De ella emana una melancolía muy grande y
dolorosa, muy callada y tensa, muy prolongada. Yo recuerdo todo el tiempo la
“Cabeza de Caballo”. Tiene enormes ojos bellos, buenos y, al mismo tiempo, muy
amargos y tristes.
De toda la exposición emana una gran preocupación. Todo esto expresa una triste enorme, no dicha. Siqueiros amó mucho a su pueblo. Él es México. Sus colores son un enorme tesoro de su país, son muy bellos y ricos, pero también son tristes como los ojos de sus héroes. Su esposa tiene una belleza particular, pero en el hombre el alma es más bella que su cara. Esta mujer atrae por la belleza de su alma, esta alma le pertenece a Siqueiros, él es preciso».
INSPIRACIÓN
«Que la musa de tus cuerdas toque
Y tú escuches el sonido de una canción,
Que el corazón ascienda hacia el Sol
Por la trayectoria de un sueño.
Y desde la empinada y soleada cumbre
Echa un vistazo espiritual.
La grandeza del país unido,
Sus campos, sus flores.
Y si entonas una canción a todo pecho,
Tomarás altura con los vientos,
Ve a la gente con esa canción
-Hasta ellos ya te has elevado tú.»
§§§
En conclusión, quisiera agradecer a los organizadores de la
fiesta por la invitación a participar en esta actividad, y a ustedes amigos
leningradenses, porque se relacionan con Siqueiros de manera muy bella, con la
cultura de mi país, y en general, con el pueblo mexicano.
¡Viva la paz! ¡Viva la amistad entre nuestros pueblos!
Gracias por su atención.
§§§§§
¡A LENINGRADO!
«¡Ay, estoy terriblemente feliz!
Pues llegué, vi-escuché y te conquisté.
En una palabra de nuevo me enamoré de ti,
A propósito yo no apagué la pasión por ti,
Fue el tiempo.
Destino afortunado nuestro,
Afortunado encuentro.
No hoy, sino mañana me sentaré a la mesa
Y una vez más te escribiré versos,
Con la mano en el pecho.
¡Recuerda que en el bosque sonaba la música!
¡Qué sinfonía simpática!, ¿o qué?
¡Qué simpatía sinfónica!
Me alegré por nuestra amistad.
¡Ay!, ¡Qué alegre estoy!
Gracias por la cálida bienvenida.
Tu amigo de todos los tiempos,
Miguel.»
Nota: Me acompañaron en esta exposición una serie de cuadros
y reflexiones que ejecuté con técnica de aguada:
1. ¡A
Leningrado! (1986).
2. “Caos del
pensamiento y del naufragio” (confuso o intrincado) /1987/.
3. Invernadero
K/147 (un lugarcito para reflexionar sentimientos y algoritmos) /1987/.
4. Arrepentimiento
de Polichinela /el payaso IOMAS/. Abril de 1987.
5. En la casa de Seriozha. /inconclusa. Terminada en Ciudad de México/. 1988.