AURORA REYES FLORES (1) "PLAYA"

AURORA REYES FLORES (1)  "PLAYA"

Por Martín Borboa Gómez 

(Crédito de imagen a quien corresponda)

Apenas el jueves 30 de enero conocí a Aurora Reyes Flores, su nombre se me grabó fácilmente.

Conocer a alguien, dicho así en español puede significar algo muy amplio, o ambiguo.

Yo me refiero a que por primera vez supe de ella, de su nombre, de algo de los temas que rondan sus expresiones, y como apenas fue un lapso de diez minutos para conocerla, pues poco puedo decir acerca de ella. De entrada admito que me causó una gran y excelente impresión. Aunque muy poco le conozco por ahora.

Para haber sido apenas diez minutos, no todo fue superficial. Hay algo que tengo de ella, y que mucho me dice de la persona.

Un poema suyo, de su propia inspiración.

Es hermoso. A continuación lo reproduzco. Y si quien esto lea coincide conmigo en que es muy bello, podrá comprender que tengo muchas ganas de conocerla más, y por eso a este artículo con su nombre, le he puesto el número uno, será uno de varios, pues deseo mucho poder compartir más en otros artículos acerca de ella.

Este año apenas comienza, y yo acabo de conocer a alguien a quien deseo tener muy presente en el siguiente tiempo. Así de interesado estoy. No lo quiero ocultar. Y es que si con esta sensibilidad se expresa y siente, como verán a continuación, quiero saber más de ella, conocerla mejor, definitivamente incluirla en mi vida. Ver a través de su mirada, este mundo que compartimos. 

¿Qué más sorpresas me esperan?


Su poema se llama: “Danza en la playa”:

 

Yo seré la sirena de barro:

una cinta de niebla en las piernas,

una estrella de mar en la mano.

 

Tú serás arcoíris de luna:

un camino de siete cristales

en la luz de una curva desnuda.

 

De tu amor he de ser caracol.

En mi casa girando la rosa,

el retorno girando en tu voz.

 

Tú serás una danza inocente

deslizando medusas de sueño

en la playa de pálida frente.

 

Yo seré aquella nube callada:

mis cabellos azules de cielo,

mis pupilas caminos del agua.

 

Tú serás una noche de negro:

terciopelo caliente los brazos,

constelada de peces los senos.

 

Yo seré la canción olvidada

levantando espirales blancuras

en revuelo de líquidas alas.

 

Tú serás una barca de espejos

en un viaje de lunas quebradas

hasta el último azul del silencio.

 

Yo seré caballito marino:

a galope, galope las olas,

a galope tendido el abismo.

 

Tú serás un lucero diamante:

en el agua tus labios azules,

una flor de infinito en el aire”.

 

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