TONANTZIN GUADALUPE, JUAN DIEGO Y ANTONIO VALERIANO

TONANTZIN GUADALUPE, JUAN DIEGO Y ANTONIO VALERIANO

Por Mtro. Antonio Salcedo Flores

Azcapotzalco fue cuna, residencia y asiento del gobierno de Antonio Valeriano, atl-tototl, quien fue un indígena nahua, brillante estudiante, destacado profesor y distinguido rector del Colegio Santa Cruz de Tlatelolco. Colaboró con fray Bernardino de Sahagún, en la realización de la universalmente conocida Historia General de las cosas de la Nueva España y de Las Relaciones que dieron lugar a la célebre Historia de la Literatura Náhuatl, que nos legó Ángel María Garibay K., y a la tan difundida Versión de los vencidos de Miguel León-Portilla. Pero por lo que Antonio Valeriano pasó a la posteridad, fue por haber escrito la Nican Mopohua, que es una colección de relatos en donde, en el año de 1556, Valeriano narra las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Nos cuenta que la divinidad, en el año 1531, en las cercanías del cerro del Tepeyac, se mostró a otro indígena chichimeca: Juan Diego Cuauhtlatoatzin, a quien le reveló que era la Virgen María, Madre de Jesucristo, y le encargó que fuera a ver al entonces obispo, fray Juan de Zumárraga y le hiciera saber que tenía que erigirle, en el llano del Tepeyac, un templo, en el que Ella escucharía a quienes la invocaran, atendería sus ruegos y por ellos intercedería para que fueran aliviados sus males.

 

Glifo de Antonio Valeriano

Atl-tototl

(Agua-ave)

Códice Aubin

 

       Antonio Valeriano escribió el Nican Mopohua en un bello idioma náhuatl clásico. La narración general, sus detalles, su forma y contenido son poéticos y coinciden con el entorno físico y sociológico de los acontecimientos que se relatan.

       Juan Diego, el indígena chichimeca, nació y creció en Cuautitlán, hoy Estado de México. Fue beatificado en 1990 y canonizado en 2002, por el papa Juan Pablo II. Su existencia ha sido más cuestionada que las apariciones de la Virgen.

       Lo que está probado plenamente es que, en el cerro del Tepeyac, los pueblos mexicanos originarios, ya desde antes de la llegada de los españoles, adoraban a la Diosa Tonantzin, ¿por qué?, no lo sabemos. Es probable que en ese cerro haya ocurrido algo que los mexicanos prehispánicos consideraron un prodigio relacionado con su deidad. De cualquier manera, a la Diosa Tonantzin, a la Virgen de Guadalupe del Tepeyac y/o a la Virgen de Guadalupe de Extremadura, España, quien es una tercera divinidad, se les construyó su templo, que hoy es uno de los más visitados del mundo. El o los indígenas que presenciaron el prodigio de Tonantzin o el milagro de Guadalupe, bien pudieron llevar por nombre Ixtlaxóchitl, Nezahualcóyotl, Quetzalli, Cuauhtémoc, Macuilxochitzin, Cuauhtlatoatzin, Yollotzin u otro cualquiera, y el hecho principal en nada se vería afectado.

Imagen de Tonantzin o Virgen de Guadalupe del Tepeyac

Parroquia del Inmaculado Corazón de María

Col. Guerrero, Ciudad de México


       Al beatificarse y canonizarse a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, se dignifica a los indígenas asesinados y a los que casi fueron exterminados por los invasores españoles. Las canonizaciones son individuales o colectivas. San Juan Diego Cuauhtlatoatzin bien pudo ser un indígena o el símbolo de varios de ellos.   

 

San Juan Diego Cuauhtlatoatzin

Museo de la Basílica de Guadalupe

Ciudad de México

 

       A continuación, presentaremos algunos pasajes del relato. Los hemos seleccionado porque narran los hechos que consideramos principales y, además, porque nos parecen poéticamente hermosos. Aprovechamos, principalmente, el trabajo que llevó a cabo Ángel María Garibay K.[1], y la traducción de una copia del original Nican Mopohua, del siglo XVI, que realizaron Miguel León-Portilla y su equipo[2]. Nos sumamos a los festejos del Día Internacional de la Lengua Materna, 21 de febrero, para lo cual incluimos el texto en náhuatl y en español.

       Agradecemos profundamente a la Lic. Maricarmen Pérez Mejía, quien, desde la Biblioteca fray Bartolomé De las Casas, que, en este año de 2025, cumple su primer siglo de actividades, nos ha dado la oportunidad de acercarnos al conocimiento de Azcapotzalco; asimismo, al Lic. Martín Borboa Gómez, que, con sus obras de teatro, conferencias, material escrito, publicaciones, pláticas y demás, nos ha llevado a conocer la figura pasada, presente y futura de Antonio Valeriano.

 

NICAN MOPOHUA

Ye yuh mahtlacxihuitl in opehualoc in atl in tepetl Mexico,

in ye omoman in mitl, in chimalli,

Y a diez años de que fue conquistada el agua, el monte, la ciudad de México,

ya reposó la flecha, el escudo,

oncatca ce macehualtzintli, icnotlahpaltzintli, itoca catca Juan Diego,

iuh mihtoa ompa chane catca in Quauhtitlan.

Había un hombrecillo, un pobrecillo, su nombre era Juan Diego.

Se dice que tenía su casa en Cuauhtitlán.

Concac in icpac tepetzintli cuicoa,

yuhquin nepapan tlacototome cuica.

Cacahuani in in tozqui, iuhquin quinananquilia tepetl.

Huel cenca teyolquima, tehuellamachti, in incuic quicenpanahuia in coyoltototl,

in tzinitzcan ihuan in occequin tlacototome in cuica.

Allí (en el cerro del Tepeyac) escuchó: cantaban sobre el cerrito,

era como el canto de variadas aves preciosas.

Al interrumpir sus voces, como que el cerro les respondía.

Muy suaves, placenteros, sus cantos aventajaban a los del pájaro cascabel,

del tzinitzcan y otras aves preciosas que cantan.

 

Cerro del Tepeyac con templo en el llano

Ciudad de México


¿Canin ye nicah, canin ye ninottah?

¿Cuix ye oncan inin quitohtehuaque huehuetque,

tachtohuan, tococolhuan, in Xochitlalpan,

in Tonacatlalpan,

cuix ye oncan in Ilhuicatlalpan?

¿Dónde estoy? ¿Dónde me veo?

¿Tal vez allá, donde dejaron dicho los ancianos,

nuestros antepasados, nuestros abuelos, en la Tierra florida, Xochitlalpan,

en la Tierra de nuestro sustento, Tonacatlalpan,

tal vez allá en la Tierra celeste, Ilhuicatlalpan?

Quihualmonochili…

In itlaquentzin yuhquin Tonatiuh ic motonameyotia, in ic pepetlaca.

Auh in tetl, in texcalli in ic itech moquetza, inic quimina in itlanexyotzin

yuhqui in tlacochalchihuitl, maquiztli, in ic neci.

Yuhquin ayauhcocamalo cuecueyoca in tlalli.

Auh in mizquitl, in nopalli ihuan occequin nepapan xiuhtotontin

oncan mochichihuani, yuhquin quetzaliztli, yuhqui in teoxihuitl in iahtlapallo neci,

auh in iquauhyo, in ihuitzyo, in iahhuayo, yuhqui in coztic teocuitlatl ic pepetlaca.

Ella lo llamó…

Su vestido, como el sol resplandecía, así brillaba.

Y las piedras y rocas sobre las que estaba flechaban su resplandor

como de jades preciosos, cual joyeles relucían.

Como resplandores de arcoíris reverberaba la tierra.

Y los mezquites, los nopales y las demás variadas yerbitas que allí se dan,

se veían como plumajes de quetzal, como turquesas aparecía su follaje,

y su tronco, sus espinas, sus espinitas, relucían como el oro.

quicac in ihiyohtzin, in itlahtoltzin,

escuchó su reverenciado aliento, su reverenciada palabra,

ca nehhuatl in nicenquizca cemicac ichpochtli, Sancta María,

in inantzin in huel nelli Teotl Dios, in Ipalnemohuani,

in Teyocoyani,

in Tloque Nahuaque, in Ilhuicahua,

in Tlalticpaque.

Huel nicnequi, cenca niquelehuia inic nican nechquechilizque noteocaltzin,

in oncan nicnextiz, nicpantlacaz,

nictemacaz in ixquich notetlacotlaliz,

noteycnoittaliz, in notepalehuiliz, notemanahuiliz.   

en verdad soy yo la en todo siempre doncella, Santa María,

su madrecita de él, Dios verdadero, Dador de la vida, Ipalnemohuani,

Inventor de la gente, Teyocoyani,

Dueño del cerca y del junto, Tloque Nahuaque, Dueño de los cielos, Ilhuicahua,

Dueño de la superficie terrestre, Tlalticpaque.

Mucho quiero yo, mucho así lo deseo que aquí me levanten mi casita divina,

donde mostraré, haré patente,

entregaré a las gentes todo mi amor,

mi mirada compasiva, mi ayuda, mi protección.

Auh inic huelneltiz in nicnemilia,

in notehicnoittaliz,

ma xiauh in ompa itecpanchan

in Mexico Obispo.

Auh tiquilhuiz in quenin nehhuatl nimitztitlani

inic tiquixpantiz

in quenin huel cenca niquelehuia

inic ma nican nechcalti,

nechquechilliin ipan in tlalmantli noteocal.

Y para que sea realidad lo que pienso,

lo que es mi mirada compasiva,

ve allá al palacio

del obispo de México.

Y le dirás cómo te envío

para que le muestres

cómo mucho deseo

que aquí se me haga una casa,

se me levante mi casa divina en el llano.

Notecuiyoé, cihuapillé,

ca ye niyauh inic nicyectiliz

in mihiyotzin, in motlahtoltzin.

Señora mía, noble señora,

en verdad ya voy, cumpliré

tu reverenciado aliento, tu reverenciada palabra.

 

Éste es el agreste cerro del Tepeyac que cantaba

 

Notecuiyoé, tlacatlé, cihuapillé,

Noxocoyohué, nochpochtziné,

Mi señora, noble señora,

Hija mía la más pequeña, mi muchachita,

Ca cenca nimitznotlatlauhtilia

notecuiyoé, cihuapillé, nochpochtziné,

manoco aca ceme in tlacopipiltin,

in iximacho, in ixtilo, in mahuiztilo,

itech xicmocahuili,

in quitquiz, in quihuicaz

in mihiyotzin, in motlahtoltzin,

inic neltocoz.

Por esto, mucho te ruego,

señora mía, noble señora, mi muchachita,

que a alguno de los preciosos nobles,

los conocidos, reverenciados, honrados,

así le encargues

que lleve, que conduzca

tu reverenciado aliento, tu reverenciada palabra,

para que sea creída.

Ca nel nicnotlapaltzintli,

ca nimecapalli,

ca nicacaxtli,

ca nicuitlapilli, ca natlapalli,

ca nitco, ca nimamaloni,

camo nonenemian,

camo nonequetzayan,

in ompa tinechmihualia,

nochpochtziné, noxocoyohué,

tlacatlé, cihuapillé.

Ma xinechmotlapopolhuili,

nictequipachoz in mixtzin, moyollotzin,

ipan niaz, ipan nihuetziz

in mocomatzin, in mocualontzin,

tlacatlé, notecuiyoé.

En verdad yo soy un infeliz jornalero,

sólo soy como la cuerda de los cargadores,

en verdad soy angarilla,

sólo soy cola, soy ala,

soy llevado a cuestas, soy una carga,

en verdad no es lugar donde yo ando,

no es lugar donde yo me detengo,

allá a donde tú me envías,

mi muchachita, mi hija la más pequeña,

señora, noble señora.

Por favor, perdóname,

daré pena con esto a tu rostro, a tu corazón,

iré, caeré

en tu enojo, en tu cólera,

señora, señora mía.

Quimonanquilili iz cenquizca

mahuizychpochtzintli:

Tlaxiccaqui, noxocoyouh,

ma huel yuh ye in moyollo,

camo tlacotin in notetlayecolthicahuan,

in notititlanhuan,

in huel intech niccahuaz

in quitquizque in nihiyo, in notlahtol,

in quineltilizque in notlanequiliz.

Yece huel yuh monequi

inic huel tehhuatl ic tinemiz,

ipan titlahtoz,

huel momatica neltiz,

mochihuaz, in nocializ in notlanequiliz.

Ahuh, huel nimitztlatlahutia

noxocoyouh,

ihuan nimitztlacuauhnahutia

ca huel occepa, tiaz in moztla,

tiquittatiuh in Obispo.

Así le respondió la perfecta,

admirable doncella:

Escucha, tú el más pequeño de mis hijos,

que así lo comprenda tu corazón,

no son gente de rango mis servidores,

mis mensajeros,

a quienes yo podré encargar

que lleven mi aliento, mi palabra,

los que podrán hacer se cumpla mi voluntad.

Pero es muy necesario

que tú vayas,

abogues por esto,

gracias a ti se realice,

se cumpla mi querer, mi voluntad.

Y mucho te pido,

hijo mío, el más pequeño,

y mucho te mando

que, una vez más, vayas mañana,

vayas a ver al obispo.

Ma xicmomachiltitzino, nochpochtziné

ca huellanauhtoc

ce momacehualtzin, notla.

Huey cocoliztli in itech omotlali,

ca yeppa ic momiquiliz.

Sabe, muchachita mía,

que está ya al cabo

un servidor tuyo, mi tío.

Grave enfermedad se le ha puesto,

porque en verdad por ella pronto morirá.

Ma xiccaqui,

ma huel yuh ye in moyollo,

noxocoyouh,

macatle tlein mitzmauhti,

mitztequipacho.

Macamo quen mochihua

in mix, in moyollo,

macamo xiquimacaci in cocoliztli,

manoce oc itla cocoliztli,

cococ, teopouhqui.

¿Cuix amo nican nica

Nimonantzin?

¿Cuix amo nicehuallotitlan,

necauhyotitlan in tica?

¿Cuix amo nehuatl in nimopacayeliz?

¿Cuix amo nocuixanco,

nomamalhuazco in tica?

¿Cuix oc itla in motech monequi?

Macamo oc itla mitztequipacho,

mitzamana,

macamo mitztequipacho

in icocoliz motlatzin.

Camo ic miquiz in axcan itechca.

Ma huel yuh ye in moyollo ca ye opatic.

Escucha,

que así esté en tu corazón,

hijo mío, el más pequeño,

nada es lo que te hace temer,

lo que te aflige.

Que no se perturbe

tu rostro, tu corazón,

no temas esta enfermedad

ni otra cualquier enfermedad,

que aflige, que agobia.

¿Acaso no estoy aquí,

yo que soy tu madrecita?

¿Acaso no estás bajo mi sombra,

y en resguardo?

¿Acaso no soy la razón de tu alegría?

¿No estás en mi regazo,

en donde yo te protejo?

¿Acaso todavía te hace falta algo?

Que ya no te aflija cosa alguna,

que no te inquiete,

que no te acongoje

la enfermedad de tu tío.

En verdad no morirá ahora por ella.

Esté en tu corazón que él ya sanó.

Ca huel yuh onicnolhuilito in tlacatl in notecuiyo,

in ilhuicac cihuapilli Santa María,

in teotl Dios itlaconantzin,

in ticmitlania in tlanezcayotl

inic huel tinechmoneltoquitiz,

Así fui a decirle a la señora, mi señora,

la noble señora celeste, Santa María,

su preciosa madrecita de Dios,

que tú pedías una señal

para creerme,

 

La imagen de la Virgen apareció

en la tilma de Juan Diego

Museo de la Basílica de Guadalupe

   

niman oncan momachioti,

neztiquiz in itlacoixiptlatzin

iz cenquizca ichpochtli Santa María,

Teotl Dios Inantzin,

in yuhcatzintli axcan moyetztica,

in oncan axcan mopixtzinotica

in itlazochanzinco,

in iteocaltzinco,

Tepeyacac, motocayotia Guadalupe.

allí en su tilma quedó la señal,

apareció la preciosa imagen

de la en todo doncella Santa María,

su madrecita de Dios,

tal como hoy se halla,

allí ahora se guarda,

en su preciosa casita,

en su templecito,

en Tepeyácac, donde se dice Guadalupe.

 

Ésta es la imagen de la Virgen María de Guadalupe,

que apareció en la tilma de Juan Diego.

Hoy puede apreciarse en

el Altar Mayor de la Basílica

 

 

Azcapotzalco, Ciudad de México, 21 de febrero de 2025

Antonio Salcedo Flores

(Crédito de imágenes a quien corresponda)


[1] Garibay K., Ángel María. Panorama literario de los pueblos nahuas, Porrúa, México, 2000.

[2] León-Portilla, Miguel. Tonantzin Guadalupe. Pensamiento náhuatl y mensaje cristiano en el Nican Mopohua, Fondo de Cultura Económica, novena reimpresión, México, 2024.

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