EL SEÑOR FOTÓGRAFO

EL SEÑOR FOTÓGRAFO

Por María Cristina Flores Medrano  

AZCAPOTZALCOGRAFÍA.

 

En la Unidad habitacional El Rosario, él exponía sus fotos para atraer clientes.
(Crédito de la imagen, la autora)

Mi papá fue fotógrafo ambulante durante unos 30 años, sus principales lugares de trabajo eran algunas Escuelas de la Unidad Habitacional El Rosario, en Azcapotzalco, Cdmx. La Escuela que más mencionaba era la “Amalia González Caballero”, recuerdo que nos platicaba con entusiasmo a mí y a mis hermanos sus experiencias. Principalmente tomaba fotos en festivales como el día de la madre, de primavera, pastorelas, salidas de sexto. Recuerdo que contaba cómo los asistentes a esos festivales cotorreaban diciendo que el que más corría en esos eventos era “el fotógrafo”, ya que iba de un lado para otro para poder captar el momento adecuado, al niño o niña en pleno baile.

Se daba tiempo para tomar fotos, hablar con papás, tomar direcciones en su pequeño cuaderno, recibir uno que otro llamado de atención de la Directora por atravesarse en el bailable.

Mi papá utilizaba cámaras sencillas con o sin flash, de esas que empleaban rollo de 35 mm, él iba por las mañanas a las Escuelas, regresaba a casa en la Col. Centro (ahí vivíamos), luego se trasladaba hasta el metro General Anaya a un laboratorio de impresión de dueños japoneses, llevaba sus rollos a revelar y recogía fotografías para prepararlas, posteriormente regresaba por las tardes nuevamente a la Unidad El Rosario, en Azcapotzalco, a realizar las entregas. Así era su rutina diaria.

También tomaba fotos para “caritas” o en alguna fiesta infantil o aniversario de bodas de algún matrimonio o algún evento del DIF, por ejemplo, las exposiciones de baile regional de personas de la tercera edad. Cuando no se encontraba en las Escuelas, se colocaba en alguno de los tianguis de la Unidad El Rosario, al menos recuerdo uno que le llaman “El Cuadro”.

Mi papá amaba la fotografía y aprendió de manera autónoma, él sabía qué ángulo era el mejor y qué exposición de luz debía tener la cámara para lograr una mejor foto, yo no sé nada de eso, pero sé que él se apasionaba con cada detalle para captar una imagen perfecta y nos compartía sus conocimientos con gran emoción. Sus fotos las daba en $10 durante mucho tiempo y tristemente algunas personas le quedaban a deber o regateaban a pesar del bajo costo.

Con la modernidad llegaron las cámaras digitales y los celulares con cámara, y aunque parecía que esto sería una competencia para su trabajo, las personas seguían buscándolo a él porque conocían la calidad de su trabajo y eso era un orgullo para él.

Mi papá llegó a tomar fotos a 3 generaciones de familias y se sentía muy satisfecho.

Falleció el 30 de Abril de 2016 de un Infarto.

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