EL PRÍNCIPE, DE AZCAPOTZALCO. 15 mayo 2025, Casa de Bombas.
EL PRÍNCIPE, DE AZCAPOTZALCO
15 mayo 2025, Casa
de Bombas.
Por Martín Borboa Gómez
AZCAPOTZALCOGRAFÍA.
José Rómulo Sosa Ortiz, más conocido como José José, nació el 17 de febrero de 1948.
Él es el Príncipe de la canción.
Es mundialmente conocido, y sus raíces apuntan todas hacia Azcapotzalco, específicamente Clavería.
He escuchado a quien dice que nació en otro sitio, y que llegó a la edad de 2 meses a Clavería.
En lo que si concuerdan todas las versiones que he escuchado, de forma unánime, es que vivió en Clavería su niñez, juventud y comienzo de fama y carrera.
Entre gran parte del público admirador y seguidor del talento de José José, es tanto lo que se dice, y a veces mucho lo que se ignora, que precisamente por eso son un éxito las tertulias que se están organizando en la Casa de Bombas, en el centro de Azcapotzalco, Cdmx.
Ahí, coincidiendo todo el público en el gusto por la obra de José José, se despejan dudas, se profundiza en información detallada, se escuchan anécdotas, sus canciones, se revisan tópicos de su vida y legado, y se han organizado para hacerlo, analizando cada una de las décadas de su trabajo en música, cine, televisión, conciertos, etc.
Y además de ello, con una buena cantidad de sorpresas adicionales.
TERTULIA DE JOSÉ JOSÉ (15 MAYO 2025)
A las 19 horas con puntualidad precisa, dio inicio la tertulia. Bajo la dirección de la autoridad en el recinto, la Lic. Jazmín Díaz, el gran apoyo de Zaira Vázquez, y todo el equipo de Turismo, el patio de la Casa de Bombas se convirtió en sala de conferencias (por la alta calidad de lo expuesto) y en la sala de la casa (por la familiaridad y calidez de la forma en que todo sucedió).
El evento comenzó con el saludo de los ponentes, José Padilla, Israel Resendez y Ricardo Nava.
Los acordes de la primera canción de la noche, dejó ver que la cosa iba directa y al grano.
El café, el té y las galletas, muy pronto estuvieron listos, y disponibles durante todo el evento, con dos personas a cargo que dieron un gran servicio, muchas gracias.
Abrieron con “El Triste”, de 1970. Se aclaró al público que esa canción ha hecho que mucha gente ubique a José José como alguien que podría haber vivido de migajas de amor, pero la realidad es que la canción fue escrita por el gran compositor mexicano Roberto Cantoral, tras la muerte de su madre.
De modo que una cosa es que José José la haya interpretado por primera vez el 15 de marzo de 1970 y con ella haberla lanzado a la fama, y otra muy diferente a que esa canción sea el reflejo fiel del alma y corazón del intérprete.
Después de la intervención de los ponentes, se dejó escuchar la segunda canción, “Alguien vendrá”.
“La soledad es pasajera
siempre se va
tal como llega…”
Luego vino una de las talentosas sorpresas de la velada. José Padilla pidió a un apersona del público que le diera una palabra para hacer un poema a partir de ella.
La palabra fue “Libertad”.
El ponente pidió además, le dijera si prefería que el poema fuera en tono triste, alegre o cachondo. El resultado fue un poema extraordinario.
Así, espontaneo, fresco, de esos logros orales que el autor no podría repetir con exactitud, y que una hora antes o una hora después, habría sido diferente. El público con su aplauso supo reconocer el talento.
Sonó entonces completa la tercera canción, “Mi niña”.
Se habló de la película “Roma” en la que un par de veces suena en el radio la voz de José José, para ambientar la obra fílmica en esa época.
De entre el público, se identificó al joven Darío, de 13 años, gran conocedor e intérprete de canciones de José José, a quien se invitó a pasar al frente, se le preguntó cómo es que a un niño de su edad le gusta tanto José José, y en su respuesta, dijo que en parte, porque esas canciones si dicen algo importante, si reflejan sentimientos de forma clara, y le parece que algo de la música actual, no lo hace.
En su momento, también se le preguntó a la mamá del niño acerca de esto, y al micrófono ella compartió que en casa, ella igualmente convivió mucho con gente mayor y aprendió a valorar lo de esas generaciones, y de esa forma, igual su hijo.
Las notas de la cuarta canción hicieron cantar a todos, una vez más.
“La nave del olvido” tuvo cupo para las 80 personas ahí presentes. Emocionadas, gran coro.
Algunos ya con café y galletas en mano, entonamos la letra de tan gran canción.
Al menos 70 asistentes, más ponentes y personal del lugar, más de 80 personas, más de 80 voces diciendo:
“Espera un poco, un poquito más,
para llevarte mi felicidad,
espera un poco, un poquito más,
me moriría si te vas…”
Para estas alturas del evento, era claro que el público estaba disfrutando de un concierto comentado, de una ponencia musical, de una reunión de amigos en donde había risas, recuerdos, y sensibilidades conmovidas.
Un perro con collar caminaba tranquilo entre las filas, y un ponente dijo que eso a José José le agradaría, pues le gustaban mucho los perros.
Seguía llegando gente. Todo el espacio con sillas ocupadas, un par de asistente se acomodaron en la escalera. Y no por falta de sillas, sino por no interrumpir el desarrollo de la familiar reunión.
Se mencionó que para sus 73 años de edad, se hizo un concierto de José José en Azcapotzalco, en la Arena Cdmx, participaron ahí amigos de José José, pero el cantó todo el evento, incluyendo la canción de “New York, New York” en inglés.
Se dijo que luego de Azcapotzalco, se fue a vivir a Satélite, pero no dejaba de visitar a sus familiares, primos y amistades en las colonias Clavería, Nueva Santa María, etc.
La siguiente canción fue “Voy por la vida”, y con esperanza l agente cantaba:
“Voy por la vida, con el corazón
abierto a la alegría y al dolor
voy por la vida, con la fe
en un nuevo amanecer…”
Uno de los ponentes hizo notar que en esa época, el equipo de José José, no eran tímidos ni reservados en los arreglos musicales, exploraban, arriesgaban, diversificaban. Las canciones que nos compartían eran muestra de ello.
José Padilla volvió a pedir a alguien del público le diera una palabra para hacer un poema espontáneo.
La palabra elegida fue “tú”, y se eligió que fuera en tono amoroso.
Una joya el resultado. Lo espontáneo solo puede ser capturado si uno tiene en ese momento su cámara grabado, si no fue el caso, solo les consta a los asistentes.
Se especificó que en esa década de los setentas, es cuando nace su único hijo varón, en 1975.
Luego la bocina nos deleitó con “Llegaste a mí”.
“Llegaste a mí como la vida con la primavera…”
José Padilla subrayaba que José José sigue vivo, y de eso nos encargamos todos.
Luego, él mismo pidió otra palabra para hacer un poema, le dieron dos: talento y carisma.
Aplausos luego de su bella lírica oral.
Continuamos con la canción “Amor mío”.
Coreábamos: “Cuánta envidia se va a despertar
Cuántos ojos nos van a mirar
La alegría de todas mis horas
Prefiero pasarlas en la intimidad…”
Nuevamente el sorprendente acto poético del ponente Padilla, le dieron la palabra “congruencia” y pidieron fuera en tono cachondo.
El resultado fue un poema que cumplió al 100% todas las expectativas, y el público cumplió con sus aplausos.
Después sonó la canción “La primera vez”.
Con más café, con más galletas, y con todos los corazones, se cantaba con casi 80 voces:
“Esta es la primera vez
Y no se mi amor, como comenzar
Para que pueda tú cariño conquistar
Esta es la primera vez
Que voy a mirar la luna brillar
Esta es la primera vez
Que voy a vivir, que voy a soñar”
Dos horas y pico de evento, y seguíamos, se le dio al poeta otra palabra, “Ninguna” y se le pidió fuera en tono cachondo.
Misión cumplida por parte de José Padilla. Muy merecidos aplausos de parte del agradecido público, que ya llevaba un buen rato de cantar, escuchar, reír, suspirar.
Un asistente que llevaba su guitarra pidió si al final de evento podía tocar y cantar una canción. Se le dijo que adelante. Pero un obstáculo era que a su guitarra le faltaban dos cuerdas. Trataría de colocarlas oportunamente.
Zaira le facilitó mejor una guitarra que tienen en la casa de bombas, con las cuerdas completas. El señor la estuvo afinando, preparando su oportunidad.
El ponente Ricardo Nava celebraba su cumpleaños, así que se partió un pastel, se le cantaron las mañanitas, y el festejado, emocionado, agradeció. Él fue vecino y amigo de José José.
Se acercaba el momento de ir cerrando el evento.
La estrella fue la canción “Gavilán o paloma”.
Definitivamente fue un gran coro, emocionado, parejito, parecía que hubiéramos ensayado.
(Para ver el video DAR CLIC AQUÍ)
Todos con emoción participamos de cantarla.
El señor de la guitarra seguía afinándola, y por ello José Padilla seguía pidiendo palabras y tono en que se deseaba él hiciera su poema espontáneo. Joyas cada pieza, aplausos para cada una.
Finalmente la guitarra estuvo lista, muy animado el señor cantó y tocó la canción, y muchos lo acompañamos cantando. Muy bonito cierre, con más elementos espontáneos.
Y para lograrlo, se requiere talento.
Y que mejor, que para honrar y recordar a un talentosísimo y muy querido José José.
Por eso es que se propone eternizar el valor de su legado, y cada palabra de su contenido.
Ah, y además, algo muy especial:
Hoy 15 de mayo de 2025, aproximadamente a las 20:30 hrs, Ricardo Nava,
ponente, le propuso y pidió a José Padilla, ponente, ante la mirada de testigo
de Israel Resendez, ponente, y de todos los asistentes:
QUE PINTE UN MURAL SOBRE LA VIDA DE JOSÉ JOSÉ.
Obviamente en Azcapotzalco.
Eso no está por completo en manos del artista, ni el muro ni los materiales ni los permisos, pero la idea y la propuesta ya están.
Él ya ha pintado varios murales, entre ellos el mural dentro de la Casa de bombas y otro en el restaurante Mazda, en Avenida Azcapotzalco.
Ya veremos si hay oportunidad para que su talento lo plasme nuevamente, ahora con el tema de José José. Esperemos que la propuesta de Ricardo Nava se concrete.
Así que hay muchas sorpresas y avances, en estas tertulias de reconocimiento al patrimonio tangible e intangible de Azcapotzalco.
Muy recomendables. Se planea hacer la continuación de la tertulia, en quince días.