JOAQUÍN RODRIGO, MÚSICA CLÁSICA DEL SIGLO XX (1)
JOAQUÍN RODRIGO, MÚSICA CLÁSICA DEL SIGLO XX (1)
Por Amalia Elorduy
En la vida hay que saber renunciar. Es una
lección que por desgracia aprendí muy bien desde que perdí la vista con tres
años de edad.
Joaquín Rodrigo
Su música es de estilo neorromántico
y es uno de los compositores españoles más importantes del siglo XX.
Su obra más famosa es el concierto
de Aranjuez.
Alguna vez comentó: “"Siempre he
pensado que mis compatriotas no me conocen bien. Para casi todos soy,
simplemente, el autor del Concierto de Aranjuez".
Es un concierto para guitarra
y orquesta que está considerado como el más conocido y más interpretado de la
historia.
Sin embargo, el repertorio
de Rodrigo es mucho más extenso y de gran calidad.
Nació en 1901 en Valencia,
España, un 22 de noviembre, día de Santa Cecilia, patrona de la música.
A la edad de tres años, a
consecuencia de la difteria, quedó prácticamente ciego para toda su vida. Pero esta discapacidad visual le permitió
desarrollar una mejor audición y un fino sentido musical.
Su padre, próspero
comerciante valenciano, le proporcionó un maestro para clases de piano. Y poco
después ingresó al Conservatorio de Valencia.
Decía Rodrigo que, a la
edad de ocho años, tras escuchar la ópera “Rigoletto” de Verdi, decidió
dedicarse totalmente a la música.
También fue muy aficionado
a la literatura que pudo conocer y disfrutar por medio de su amigo y secretario
de toda la vida, Rafael Ibáñez, quien “me prestaba los ojos que yo no tenía”.
El catálogo de su
obra se inicia en 1921 con "Dos esbozos para violín y piano" ('La
enamorada junto al surtidor' y 'Pequeña ronda'). Seguidos por varias composiciones
para violín y piano, un concierto y un Ave María para voz y órgano.
Escribía sus partituras
en Braille, trasladadas por maestros especialistas al pentagrama tradicional.
A la edad de 26 años
obtuvo una beca para la Escuela Normal de Música de París, donde habían
estudiado grandes músicos como Falla, Albéniz y Granados. Aquí, su maestro
francés Emmanuel le animó a utilizar la guitarra para sus composiciones
musicales.
A la edad de 32 años, Rodrigo se casó
con una joven de su misma edad, Victoria Kahmi, pianista profesora del
Conservatorio de París, que sería su compañera el resto de sus días.
Permaneció viviendo
en París y Alemania durante la guerra civil, al término de la cual regresó a
España.
En 1938, almorzando
en el puerto de San Sebastián, el guitarrista Regino Sainz de la Maza le
propuso componer un concierto para guitarra que Rodrigo escribió en París y fue
estrenado al siguiente año, en 1939, con un enorme éxito:
EL CONCIERTO DE
ARANJUEZ
Es la primera obra de
Rodrigo para guitarra y orquesta.
La guitarra nunca
queda opacada por la orquesta. Su sonido
resalta en todo momento.
Representa los
sonidos de la naturaleza en los jardines del Palacio Real de Aranjuez, sitio
del descanso primaveral del rey Felipe II, en el siglo XVI.
Según el propio compositor,
el concierto expresa: “la fragancia de magnolias, el canto de los pájaros y el
chorro de las fuentes de los jardines de Aranjuez”.
Consta de tres
movimientos: allegro-adagio-allegro Gentile. de los cuales el central es el preferido por
el público y el medio musical. Se le han
compuesto varias letras y ha sido cantado por personajes como Plácido Domingo,
José Carreras, Montserrat Caballé. José Feliciano, Lola Flores en ritmo de
rumba con su guitarrista, Andrea Bocelli, Paloma San Basilio, Sara Brigthman, Dyango,
entre muchos otros.
El guitarrista Carlos Santana ha tocado el adagio en clave de jazz. (Para ver el video DAR CLIC AQUÍ)
Interpretado en películas,
series de televisión, campeonatos de patinaje sobre hielo, álbumes musicales
japoneses, europeos, norteamericanos y latinoamericanos. También en algunas partes de la liturgia
judía sefardita.
A su regreso en España, en la
segunda mitad de su vida, compuso otras obras importantes para orquesta, entre
las que destacan:
Concierto heroico para piano
y orquesta.
Conmemoración del nacimiento
de Cervantes.
Fantasía para un gentilhombre,
de guitarra barroca.
Como
compositor, Rodrigo recibió numerosos galardones:
Premio Nacional de
Composición.
Primer premio en el Concurso
de conmemoración del nacimiento de Cervantes.
Premio Nacional de Música de
España.
1991, Título de Marqués de
los Jardines de Aranjuez.
1996, Premio Príncipe de Asturias "por su extraordinaria contribución a la música española”.
La Medalla de Oro de Sagunto.
La Gran Cruz de la Orden Civil de la
Solidaridad Social, y
La Estrella de Oro de la
Comunidad de Madrid.
1998, el título de Commandeur
des Arts et des Lettres, del gobierno de Francia y
La Medalla de Honor de la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
1999, La Medalla de Oro del
Festival de Granada.
Victoria murió en 1997 y
dos años después, Rodrigo, a los 97 años, en 1999.
Están enterrados en el
cementerio de Santa Isabel de Aranjuez, en un mausoleo con una guitarra cubista.
En este mismo sitio, un
pentagrama con notas grabado en la piedra de un monumento recuerda al autor y
al adagio del Concierto de Aranjuez.