MÚSICA EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA
MÚSICA EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA
Por Vickynela
Las balas ensordecían los oídos, la música que se escuchaba más seguido
y más fuerte era la de trompetas, gritos y cañones, en los campos de batalla de
la Revolución mexicana.
Luego
entre el cansancio, el hambre, el miedo, la tristeza, la gente se sentaba en
donde podía, ahí cambiaban sus armas por guitarras, armónicas, o algún otro
instrumento improvisado y junto al fogón donde se hervía la poca comida que
tenían o el único café que tomarían, comenzaban a cantar.
Mientras
el bello vals del guanajuatense Juventino Rosas, “Sobre las olas” y “En alta mar”, de Abundio Martínez se escuchaba para las clases
altas, el pueblo, en cada fiesta y celebración, oía las bandas tocar con sus
alientos, cuerdas, guitarra, guitarrón, arpa y salterios.
La
“música popular” se caracterizó por los jarabes.
Los
ricos asistían en sus carruajes al teatro donde la banda de don Velino M.
Pereza, se presentaba, él compuso marchas que se popularizaron: Cuarto Poder,
Lindas Mexicanas, Adelante y Viva México. Dirigió durante más de 40 años, la
Banda de Policía de la Ciudad de México. Asistían con sus mejores galas para
ver la presentación de la vedette y actriz, María Conesa, “La gatita blanca”.
Con los
hermanos Serdán, llegó el corrido revolucionario, (el primero conocido data de
1898: El corrido de Macario Romero), los villistas los hicieron famosos, al
igual que los bailes.Y surgió la canción romántica que contaba sobre Dios,
caudillos, héroes anónimos, romances, lugares, sucesos, leyendas, caballos,
muerte y mujeres.
Las
composiciones de Samuel Margarito Lozano Blancas, narraban sus andanzas al lado
de Francisco Villa, compró su primera guitarra fina, una Valenciana, gracias a
él. Pregonó corridos, coplas, romances, versos y cuartetos. Es el Padre del corrido
mexicano, con su guitarra colgada al hombro, compuso las canciones; La vida
infausta, Mi bello Tampico, Los combates de Celaya, El cuartelazo felicista, La
muerte del general Francisco Villa y Alta y delgadita, así como el arreglo
musical de La rielera, entre otras.
Los
trovadores viajaban de pueblo en pueblo, contando con sus propias letras y de
otros compositores, hazañas y sucesos. Los más afortunados pudieron comprar un
fonógrafo, como mi abuelo en Oaxaca, que prestaba y usaba en los bailes o ponía
solo en su casa para bailar con mi abuela o en el patio para disfrutar sentado
en la sombra tomando sus mezcales.
De 1910
a 1930 se crearon varios géneros musicales, corrido, vals, polka, campiranas
como “El abandonado” o “Las cuatro milpas”. Se oía “La Marieta” canción llegada
de Europa. “La Valentina”, “la Adelita”,” la Jesuita”, en honor a mujeres en el
campo de guerra. “La marcha dragona” y la “Diana”, “Ojos tapatíos”, que nació como
parte de la obra “Las musas del país” de Fernando Méndez Velázquez, J. F.
Elizondo, Francisco J. Navarro, interpretada por José Limón, existe la
grabación sonora.
La
Cucaracha, de tonada española, se adaptó al México revolucionario: “La
Cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta,
marihuana que fumar… Pobrecito de Madero, casi todos le han fallado, Huerta el
ebrio bandolero, es un buey para el arado”.
"La
carabina 30-30" es un corrido popular que refiere al rifle 30-30, Winchester,
muy utilizado durante la Revolución Mexicana.
Felipe
Ángeles, a uno de los grandes héroes de la Revolución. El barzón, hacía
referencia a la explotación, “Cuando acabé de picar, vino el rico y lo partió,
todo mi maíz se llevó, ni pa’ comer me dejó, me presenta aquí la cuenta”. La
toma de Zacatecas. General Emiliano Zapata. El Centauro del Norte. Pancho
Villa. Persecución de Villa. El Zapatista. Los 3 generales. 7 Leguas. Las
soldaderas”. La Chamuscada. Marijuana la soldadera. La rielera. Entre muchas
más.
Antes de
la Revolución Mexicana, la música clásica estaba influenciada por Europa, los
nuevos géneros dieron lugar a otros géneros de música como el ranchero.
Carlos
Chávez es uno de los compositores más emblemáticos, su “Sinfonía India”, con
ritmos indígenas. Silvestre Revueltas con su obra “Homenaje a Federico García
Lorca”. Manuel M. Ponce, con “Concierto del Sur”. La Orquesta Sinfónica
Nacional de México, se fundó en 1928 con Carlos Chávez, promovió obras para la
identidad musical nacional. Lo mismo pasó con la música de cámara y la ópera.
Entre los
compositores e intérpretes mexicanos destacados de la época están, Juventino
Rosas, Felipe Villanueva: Vals Poético. Ricardo Castro: Vals Capricho y Aires
Nacionales Mexicanos. Rodolfo Campodónico: Club verde. Francisco Cárdenas: Viva
mi Desgracia. Melesio Morales: Manuelita y Mírame mis ojos. Aniceto Ortega:
Vals brillante. Ángel J. Garrido: Cuando escuches este vals. Otros son Tomás
León, Julio Ituarte, Ernesto Elorduy, Ricardo Castro. Elorduy, Villanueva y
otros promovieron la danza con ritmos cubanos y el danzón.
Luego de
la revolución mexicana, iniciaron academias de música y Conservatorios, los
compositores nacionalistas proponen estilos folclóricos y populares; Candelario
Huízar, Carlos Chávez y Silvestre Revueltas. Con el primer Secretario de
Educación Pública, José Vasconcelos, se creó el Movimiento Nacionalista en la
vida musical. La radio llegó a México en 1930 con la radiodifusora XEW del
empresario Emilio Azcárraga Vidaurreta.
Varios
cantantes durante y luego de la Revolución dieron más popularidad a las
canciones, las cantaban en sus películas y presentaciones, como Luis Aguilar,
Pedro Infante, Jorge Negrete, Trío Los Panchos, Dueto Azteca, Trío Calaveras,
Chelo Silva, José Pablo Moncayo, Eduardo Hernández Moncada, Miguel Bernal
Jiménez, Esperanza Iris, Lucha Reyes, Aurora Núñez, María Luisa Landín, Mimí
Derba, Las Hermanas Padilla,
Los Rancheros, Los Pajareros, Hermanas Villa Oro, Antonio Aguilar, Javier
Solís, Charro Avitia, Cuco Sánchez, Miguel Aceves Mejía, Lola Beltrán, José
Alfredo Jimenez.
La música en ese momento de la Revolución y
posrevolución y en cada momento del tiempo, apoya en el olvido de las terribles
cosas que pasan, fomenta la alegría y de hecho a cada uno en nuestra revolución
personal nos ayuda.