HALLAZGO PARA MI, LA OBRA DE SEVERINO SALAZAR
HALLAZGO PARA MÍ, LA OBRA DE SEVERINO SALAZAR
Por Martín Borboa
Gómez
Reconozco que
nunca había escuchado hablar de Severino Salazar ni su obra literaria. Tampoco
de Tepetongo, Zacatecas. A partir de los títulos de sus obras, o del breve
resumen de ellas que viene en la edición de la UAM Azcapotzalco, de inmediato
se entera uno que el autor gustó de retratar a su Tepetongo natal en sus
escritos, en otros la ciudad capital de su estado, y también la capital del
país.
Pero a Tepetongo
y a Zacatecas, los reflejó cada vez que pudo. Parece que se propuso que eso
fuera su principal escenario. También en esa edición de la UAM Azcapotzalco, se
informa al lector que Salazar obtuvo el Premio Juan Rulfo.
En lo personal,
como parte del ejercicio literario de lectura y escritura propuesto en el Club
de lectura “La hormiga misteriosa”, yo elegí leer su cuento “Jesús, que mi gozo
perdure”, una entretenida trama en donde el travesti Terry Holiday entretenía
al público de una casa de varias notas, olores y sabores, en ese siglo XX en
torno al tiempo de la guerra Cristera. La fiesta en esa casa zacatecana iba
desde el viernes hasta la mañana del lunes.
En su momento, la
casa tuvo que competir con el entretenimiento que otorgaban sitios como cines o
grandes tiendas. Pero nunca dejó de tener clientela.
Las poblaciones
de Tepetongo y la hacienda de Víboras ubicado en ese sitio, Jeréz y la capital
Zacatecas, se mencionan varias veces en el cuento, pero también a los
cristeros, y al valiente ejército oficial que enfrentaba mujeres, niños y
curas.
Muy peculiar la
descripción que hace de ese ejército en un pasaje:
“Los muy pendejos
cargaban sus ametralladores en las mulas y sobre ellas mismas las hacían
disparar, los pobres animales como reguiletes, volviéndose locos, se iban
contra ellos mismos tronando: ellos mismos se derrotaron”.
Así es como llegó
en refuerzo oficial a la zona el general Aniceto López Morelos, quien a lo
largo de la trama, y especialmente luego de la amnistía de los cristeros y
final del conflicto, se queda como dueño de la casa de diversión de adultos en
donde cantaba Terry Holiday, travesti de talento.
Me gustó mucho la
trama, los enredos y el desenlace del cuento.
También me llamó
la atención el tema cristero en Zacatecas. Yo lo he conocido más desde la
historia de Jalisco, así que entré a internet a conocer más de Tepetongo y ese
periodo de la historia.
No es de extrañar
que su hermosa parroquia sobresalga en infinidad de fotografías, pero antes de
entrar a eso, quiero destacar que respecto al autor, fue un muy ameno e
interesante hallazgo para mí. La inteligencia artificial reunió para mí un
breve resumen que dice:
“Severino Salazar
ganó el Premio Bellas Artes Juan Rulfo para Primera Novela en 1984 por su obra
"Donde deben estar las catedrales". Este premio, auspiciado por el
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), reconoce a jóvenes
autores que publican su primera novela. Salazar, escritor zacatecano, también
es conocido por obras como "Las aguas derramadas" y "La locura
de las flores".
El estilo de
Severino Salazar, si me recuerda en algunas partes el de Juan Rulfo.
Su Tepetongo
natal es municipio fronterizo entre Jalisco y Zacatecas, de modo que la guerra
cristera lo hizo un escenario significativo. El centro del municipio tiene la
parroquia de San Juan Bautista Tepetongo, y ese santo católico casi siempre lo
he visto vinculado a poblaciones que en tiempo de la conquista europea, tenían
abundante agua, y éste no es la excepción, lo riega el mismo río que baña a la
vecina importante población de Jerez.
Respecto al
autor, en Tepetongo existe una biblioteca con su nombre, con el número de
colección 6544, con domicilio conocido (kiosco), localidad de Juanchorrey,
municipio de Tepetongo, estado de Zacatecas.
El autor falleció
justamente un 7 de agosto del 2005, hace exactamente 20 años a la fecha en que
se lee este texto.
La publicación
electrónica “tropicozacatecas.com” refiere a tres personas ilustres del
municipio de Tepetongo:
Al arquitecto
Dámaso Muñetón González, al profesor Salvador Vidal García, y a nuestro autor.
Dice:
“Asimismo,
destaca el escritor Severino Salazar Muro, autor, entre otras obras, de la
novela -Donde deben estar las catedrales-, que refiere un triángulo amoroso
ocurrido en Tepetongo entre un ex sacerdote, una ex monja y un tendero, y que
termina en una tragedia extrema… y con ella ganó el Premio Juan Rulfo.
Estas tres
figuras fueron reconocidas como hijos predilectos de Tepetongo y se da
testimonio con un busto y nombres de calles en su honor”.
De modo que
Severino Salazar tiene en su municipio natal: biblioteca, calle y busto.
Eso es lo que me
parece entender de estas publicaciones en la red.
Quizá un día
pueda ir a Zacatecas tras esos rastros de Salazar, así como el compañero de
este club de lectura, Miztli (Miguel Arriaga) recientemente fue a Colima y a
Comala tras las huellas de Juan Rulfo.