EL RECUERDO DE IVÁN
Por
Ana María García Alvarado
AZCAPOTZALCOGRAFÍA.
Hace unos años, caminando
por la 3ra Privada del Recreo, en Azcapotzalco, vi a un joven vecino pintando la
pared de la casa que se encuentra frente donde él vivía. En ese momento solo vi
a un joven, algo motivado en su dibujo.
Cuando pasaba para ir al trabajo lo encontraba sentado frente a la
pared, poco a poco, el dibujo de un guerrero prehispánico fue tomando forma. Lo
veía inspirado, no alegre, pero si con la meta de terminar su dibujo.
Así me surgió la idea de conocer sobre los graffiti. El
término graffiti viene del italiano y a su vez del nombre dado a las
inscripciones satíricas en espacios públicos hechas durante el Imperio Romano,
conocidas como graffito, y que son su más remoto antecedente. Se llama “grafitti”,
o “pintada” a un modo de pintura o arte visual callejero, por lo general ilegal
o paralegal, que es generalmente realizada en superficies amplias de espacios
urbanos: paredes, portones, muros etc. Suele oscilar entre ilustraciones más o
menos abstractas, hasta mensajes escritos y otras formas de intervención
mediante la pintura, generalmente en esténcil o aerosol. Este término sin
embargo se popularizó enormemente a partir de su incorporación a la cultura
callejera estadounidense, así como a los movimientos más o menos
contraculturales del hip-hop y distintas tribus urbanas, que empleaban este
tipo de forma de expresión.
Por lo general el graffiti se lleva a
cabo en paredes elevadas o muy visibles, a veces como un modo de marcaje
territorial o de competencia por conquistar los espacios más audaces, de cara a
la posible interrupción del dibujo por parte de la policía. Además, las ilustraciones
no suelen ser demasiado duraderas, ya que los espacios públicos son vueltos a
pintar.
La historia contemporánea del grafitti no tiene un inicio claro, así
como tampoco una conexión explícita con sus antecedentes romanos ya
mencionados. Las paredes se han llenado de mensajes anónimos en diversas
ocasiones y ante distintos procesos sociales o políticos.
La aparición de la pintura en aerosol a mediados del siglo XX, permitió que el graffiti tomara un mayor cuerpo en las ciudades, y a partir de entonces se volvió una herramienta común en la expresión y el marcaje tribal de los territorios de las pandillas, ganando luego realce como forma de expresión callejera anónima pero armoniosa, a través de paisajes, figuras y diseños originales, que en ocasiones podían repetirse a lo largo de diversas ciudades del país o incluso del mundo.[1]
Un día vi terminado el
dibujo, y ya no vi al joven. Después me enteré que había fallecido poco después
de terminarlo.
Hoy día aún está su dibujo,
el cual requiere retoques, porque el tiempo ha dañado ya la imagen. El nombre
de Iván 12, se encuentra en la parte baja izquierda del dibujo, recordando la
fecha en que fue realizada. Y de alguna manera la fecha de la muerte de este
chico.
La imagen nos refiere a un
guerrero sentado, fuerte, sano, viendo, hacia el piso. Rodeado de calaveras y
máscaras de personajes prehispánicos alrededor de la imagen una gran serpiente
emplumada.
Iván dejó en su dibujo algo
que lo representará a través del tiempo, en la 3ra privada del Recreo.