SONIDOS DE AZCAPOTZALCO
SONIDOS DE AZCAPOTZALCO
Por Ana María García Alvarado
AZCAPOTZALCOGRAFÍA.
Así en cada época, de la
historia de Azcapotzalco, sus habitantes están vinculados a los sonidos en su
entorno. Desde los primeros habitantes de estas tierras aquellos cazadores de
Mamut, que estaban acostumbrados al llamado de estos animales, su lucha por
huir por estar atrapado en el fango del lago, esperando el momento en que
pudieran matarlo o recuperar su carne, imaginemos sus señas o gritos indicando
como actuar en grupo[1]. Mucho tiempo después se
establecieron otros pueblos, existió un ambiente rural que por mucho tiempo
prevaleció, el sonido del caracol y de sus danzas, incluso el sonido de su
guerra era diferente. Debían ser cuidadosos de la lluvia por la creciente de
ríos y del lago, de los truenos y del viento, todo aquello que aún hoy día nos
hace tan vulnerables. Desde el tiempo prehispánico hasta el colonial, cerca de
sus ríos y las riveras del lago, se escuchaban los lamentos de la “llorona” o
la presencia de la llamada Cihuateteo, siendo una leyenda del barrio de Santa
María Malinalco, nos refiere María Elena Solórzano cronista de Azcapotzalco que
“en Yucatán se le conoce como la Xtabay, en el Centro y Sudamérica como la
Cehua[2].
La llegada de los caballos
españoles, aquellos que impactaron a las gentes de estas tierras, sus armas tan
ruidosas, y mortales que lograron conquistar a sus habitantes, un nuevo estilo
de vida comenzaba. Detalles en la construcción de Templos y casas para los
españoles y principales, generaban nuevos ruidos, como los martillos, los
árboles talados, todo cambio. Otro instrumento llamaba a los templos, la campana
como instrumento de evangelización llegó a estas tierras, olvidando al sonido
del caracol, y que hoy día por ciertos grupos, podemos nuevamente a escuchar.
En el Azcapotzalco
prehispánico y colonial, se formaron barrios cada uno tenía un sonido y olor diferentes
de acuerdo a su actividad económica. Las
carretas, abrieron camino tierra adentro, pero también fueron parte de algunas
leyendas que aún se mencionan en barrios y pueblos de Azcapotzalco, y que
suceden a las tres de la mañana, acompañados de aullidos de perros[3]. Otra leyenda ubica el
paso de una carreta de la Capilla de San Lucas y sigue todo el camino Del
Recreo, a las doce de la noche.[4]
La pérdida paulatina del
lago, por estos rumbos fue determinante para que las canoas fueran poco a poco
olvidadas. El tiempo pasó, nuevas guerras se presentaron a lo largo del tiempo,
así, como nuevos modos de vivir. El Azcapotzalco rural, fue cambiando se
presentaron nuevas formas de transporte permitieron desde entonces que la hoy
Alcaldía Azcapotzalco gozara de un excelente medio de comunicación, hasta la
actualidad. Desde del tranvía de mulas, el tren, el tranvía eléctrico, hasta el
metro y trolebús. Cada uno con un sonido diferente y que fueron poco a poco
parte de su cotidianidad. La ampliación de calles trajo consigo la
industrialización de algunas zonas de la Alcaldía.
Para los finales de los años
70´ los tañidos de las campanas de la hoy catedral de Azcapotzalco, en un tono
grave, realizan el llamado a la primera misa, desde las 5:30 de la mañana. Antes
algunas personas acudían a misa antes de ir al trabajo, o realizar sus
actividades en su hogar, estos tañidos, se repetían cada hora invitando a las
diferentes celebraciones religiosas que se realizaba por las mañanas. Por
aquellos tiempos en algunas casas tenían árboles frutales y otros de gran
tamaño como fresnos que eran el hogar de muchos gorriones que cantando
anunciaban el nuevo día. Las siete de la mañana era anunciada por un fuerte
silbido de la entonces Refinería de Azcapotzalco ubicada en lo que hoy es el Parque
Bicentenario[5],
para que aquellos que estudiaban la secundaria, era la señal que deberían ir en
camino a su escuela, de lo contrario llegarían tarde. Hoy día el llamado a misa
es más tarde, indicando que muchas personas ya no acuden temprano a misa sobre
todo después de la pandemia del Covid.
De acuerdo a referencias
orales podemos comentar que la mañana del día 19 de noviembre de 1984, era un
día normal, “siendo las 5.30 de la mañana, casi la hora de salir de casa rumbo
al trabajo, caminaba para la parada del autobús, iba llegando a la avenida 22
de febrero, en ese entonces los árboles no estaban tan altos y se podía ver el
cerro de las antenas, cuando ya amaneciera, de repente una explosión y una gran
bola de fuego ilumino el lugar a pesar que aún estaba obscuro. Por noticias
conocí que el lugar era San Juan Ixhuatepec y que el fuego que vi, era una de
las muchas explosiones de una planta de almacenamiento y distribución de
Petróleos Mexicanos. El sonido de la explosión fue tan fuerte que se oyó hasta
Azcapotzalco, fue el día en que la población de esta alcaldía, despertó de una
manera muy diferente, poco después se escucharon las campanas de la entonces
parroquia de Azcapotzalco.
La cotidianidad, de la
comunidad de los barrios de la Alcaldía de Azcapotzalco se rompe con la llegada
de las fiestas patronales, despertar entonces con campanas y cohetes anunciando
“Las mañanitas”. La procesión de los naturales de Azcapotzalco con sus
estandartes, acompañando la imagen del santo(a), apóstol, o vírgenes dando un toque
muy especial al evento, la música de la banda que los acompaña al igual que el
grupo de cochinelos, seguidas de infinidad de personas, si hay feria hay otros
sonidos de los juegos y de vendedores de puestos de comida y pan.
Para el año 2020, y por la
pandemia de COVID los sonidos del Azcapotzalco sufrieron grandes cambios, el
sonido de campanas fue suspendido, al igual que la música que delataba fiestas
y provocaba molestia entre los vecinos. Cercano a la hoy Parroquia de Santa
María Malinalco se oían las campanas anunciando la muerte de alguno de los
pobladores originarios del lugar. El silencio de las campanas de la hoy
catedral de Azcapotzalco contrastaba con el tañido a duelo de este templo. En
un momento en que existía un gran temor, provocaba gran tristeza. Por eso los
silencios de ese 2020, son parte ya de la historia de la Alcaldía de
Azcapotzalco.
Poco a poco la vida volvía a
una cotidianidad, la gente aumentaba en el Centro de la Alcaldía, y las
actividades económicas, religiosas y culturales empezaron a “tratar de ser las
mismas antes de la pandemia”, mucha gente partió, dejando un gran vacío.
Algunos negocios fueron cerrados o cambiaron de giro por las pérdidas de la
pandemia. Se empezaba una nueva etapa en la historia del Azcapotzalco moderno.
Olvidaba
mencionar los sonidos de las diferentes actividades culturales que se presentan
en la demarcación. Como el tradicional desfile cada 15 de septiembre el apoyo
de todos los grupos culturales, escolares, de emergencia, de esta alcaldía.
[1] Durante la construcción del metro línea 7 dirección Rosario se encontraron restos de Mamuts. El imperio de la hormiga Amalia Elorduy Libro primero: Los de Palacios de Piedra Etapa prehispánica. Pag.41
[2] Leyendas de Azcapotzalco compilación. José Antonio Urdapilleta Pérez. María Elena Solórzano compiladores Azcapotzalco 2014 n. 5 La Llorona María Elena Solórzano. Pág. 33-35
[3] Referencia de Francis López Cronista del pueblo de San Martín Xochinahuac
[4] Leyendas de Azcapotzalco. N. 14 La carreta pág. 50
[5] La refinería de Azcapotzalco, también llamada como 18 de marzo cerro definitivamente el 18 de marzo de 1991, según fuentes históricas de Pemex por órdenes del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.