GUATEMALA - MÉXICO, SOLOLÁ - AZCAPOTZALCO

GUATEMALA – MÉXICO

SOLOLÁ - AZCAPOTZALCO

Por Martín Borboa Gómez  

AZCAPOTZALCOGRAFÍA.

 

Imagen del autor
(Escena parcial de la sesión y las personas que participan en el Club de lectura "La hormiga misteriosa)


Esta es la crónica de una amistad al viejo estilo de los “amigos por correspondencia”, pero en pleno siglo XXI, año 2025.

Los amigos por correspondencia, podían enviarse cartas, postales, fotografías, que llegaban a domicilio, podían tardar semanas en continuar un diálogo.

Si escribías que estabas enfermo, en lo que iba tu carta y te llegaba respuesta, era muy probabe que ya estuvieras sano, que ya ni te acordaras que estuviste enfermo, y apenas te llegaban los deseos de que mejoraras.

Algo más ágil, pero similar en cierto aspecto, he comenzado con una persona que llamaré Flory, en nuestro país vecino de Guatemala. Lo único que aparentemente tenemos en común ella y yo, es una amistad que por casualidad, este mes viajó hacia allá, y yo le pedí que diera algunos papeles y mis datos a alguien en ese hermoso país, para poder intercambiar textos, material de lectura, en el mejor de los casos, para leer acá en el Club de Lectura de “La hormiga misteriosa”, en Azcapotzalco, Ciudad de México, y que la persona allá en Guatemala, pudiera utilizar algo de lo que yo le enviara en sus clases, grupos, o algo similar.

En junio de 2025, se inició el Club de Lectura mencionado, y uno de los primero textos que se leyeron, fue el Himno Nacional de Guatemala. Fue una elección mía.

Una poesía hermosa para cantar a la patria. Y si agrego que su escudo nacional me gusta mucho, que mi padre me obsequió alguna vez un quetzal (la moneda de ese país) y lo atesoré bastante, que la fecha en su bandera (1821) me dice mucho también de la historia de mi país México...

(De hecho, apenas este 19 de agosto 2025 publiqué un video en youtube sobre el 1821 en México y Azcapotzalco, subrayando que fuera de Azcapotzalco, en general, ni quien sepa de estos eventos por nuestra independencia.) DAR CLIC PARA VER VIDEO

... que solo una vez pude cruzar la frontera y visitarlo por quizá 15 horas, que en mi sala tuve colgado un poster con una imagen de Guatemala por casi 20 años, que una vez conocí a un hombre muy noble, de excelente sentido del humor y amante de toda Hispanoamérica llamado Danilo, guatemalteco, con quien conviví en un grupo de amigos en común en mi ciudad, y solo nos veíamos en fiestas, y así, circunstancias que sin profundidad, para mi eran muy significativas, y por eso, ahora al formar ese club, una de mis primeras sugerencias de lectura, fue ese bellísimo poema patriótico, y quince días después, una participante del club me dijo que iría a Guatemala, pues no lo podía creer… pero si lo quise aprovechar.

Envié mis datos con unas hojas fotocopiadas en un sobre, para que fueran entregados a alguna persona que pudiera ver con algo de simpatía mi idea, y abriera para mí una pequeña ventana hacia su paisaje y circunstancia, pudiendo yo ofrecer lo que fuera de interés a esa persona desde acá.

Afortunadamente ya hubo respuesta, letras así como las que se pueden ver en este texto, por eso hasta ahora no acompaño con ninguna imagen el relato. Han sido letras, como solía ser en esa lejana época de los amigos por correspondencia.

Voy a tener el atrevimiento de copiar aquí su segundo mensaje, el primero no, no por algún motivo oculto o secreto, simplemente porque fue con este segundo mensaje que se me ocurrió mandarle mi respuesta… con este texto que aquí se lee.

Deseo que sepa que manejo una “revista electrónica” de publicación diaria, cada día saco un artículo diferente, y su mensaje fue tan interesante, tan familiar y al mismo tiempo tan lleno de novedades para mi, que mi respuesta quiero enviársela a través de la mencionada revista.

Que emoción me da que esta revista pueda ser leída en Guatemala, y poder publicar acá en México algo que fue escrito allá, para mí es algo muy significativo.

Mi padre valoraba mucho el griego y el latín, estudió en un seminario, pudo haber seguido la carrera sacerdotal, pero la vida tenía otros planes, cambió de carrera, conoció a mi mamá, y lo demás se deduce con facilidad (noviazgo, matrimonio, hijos, etc).

Su amor por las lenguas mencionadas, a mi padre le hacía disfrutar mucho la poesía hispanoamericana, y quizá los países que más escuchaba nombrar en casa fueron los de toda Centroamérica, con los nombres de sus poetas más queridos por él.

Era un mundo muy especial el que mi padre me dibujaba con eso, pues la carrera espacial que brillaba en mi niñez, mencionaba a Estados Unidos y la Unión Soviética…, los mundiales de futbol que me cautivaron como historia y cuando ocurrían, destacaban a Brasil, Italia o Alemania…, las amistades que en su casa tenían formación política, me compartían los nombres de Cuba, de Bolívar… otros que si el reloj suizo, que si los animales exóticos de África, que si lo extraño del idioma chino…

Pero mi padre hablaba de Guatemala, Nicaragua, Honduras…

En mi niñez, había un programa en televisión que se llamaba “La canica azul”.

Esa canica era el planeta tierra, y entrevistaba a niñas y niños de diferentes países para mostrar cómo es su vida, su espacio, su ropa, su comida, sus juegos, era una maravilla de programa.

Y bueno, disfruté cada emisión, era mi fuente cultural propia, y es fácil deducir que países esperaba yo que aparecieran…

Guatemala incluido, y por orden alfabético, el primero.

Así que si desde la infancia ya me acompañaba ese gran país por su constante referencia paterna, y luego del divorcio de mis padres, y el alejamiento de él por varios años, entre lo que conservé con mucho gusto fue ese peculiar tesoro que no brillaba en mi cabeza por su política, ni su papel en mundiales, ni su participación en guerras, ni sus elefantes o zebras, ni relojes o extraño idioma…

Fue por sus admiradas letras, su cercanía, su escudo, su bandera, su himno, la moneda que me dio mi padre, y por las siguientes experiencias que pude yo reunir en la Ciudad de México referentes a Guatemala.

Creo que por eso, cuando estuve en Chiapas una semana, solo me organicé para cruzar la frontera por horas, y no me quedé ni un día. Yo fui a Chiapas por mi trabajo en una agencia de viajes, y mi encuentro con Guatemala, que ha sido más de valores culturales que en cualquier otro aspecto, no estaba yo listo para adentrarme verdaderamente en él.

O quizá conservar la imagen que mi padre me dejó de Guatemala no la he querido confrontar con una experiencia propia y auténtica.

No lo sé.

Lo que si sé, es que estoy muy contento de poder tener este nuevo puente hacia ese maravilloso país, contacto con alguien que allá nació, allá vive, y desde allá me escribe.

Otro punto que se sembró en mi niñez, pero de forma confusa, fueron algunos poetas. Alcancé a escuchar hablar a mi papá (que se fue cuando yo tenía 6 años, y los habré visto unas 30 veces más en mi vida) acerca de Rubén Darío, pero no me quedaba claro de qué país era, pero uno de los libros que dejó mi papá en casa tras su separación, fue uno de ese autor.

No me preocupé de saber el país exacto del que era él, no necesitaba saberlo, solo leerlo.

Un conformismo, ignorancia, inocencia de niño, como se quiera llamar, hizo que cuando de adulto, conocí al muy amigable Danilo, nacido en Guatemala, algo en mi cabeza lo relacionó tramposamente con “Rubén Darío” y lo rimó con “Rubén Danilo”, así que mi cariño y simpatía por lo mucho o poco que conocía de ese autor, lo nacionalicé guatemalteco sin poner resistencia, y más cómodo anduve yo muchos años con mi versión de que “Rubén Darío” había nacido en Guatemala.

Que fácil hace uno todo en sus neuronas, cuando no hay motivos o incentivos para contrastar, comprobar, y se crea uno su propio mundo.

Un mundo cómodo en donde todo encaja a nuestro gusto.

En la revista electrónica que mencioné hace varios renglones, publiqué hace aproximadamente un año (agosto), un artículo acerca de Adriana Ruano Oliva, ganadora de la primera medalla olímpica de Guatemala, ella nació en julio, ganó su medalla de oro en julio.

https://escribosfera.blogspot.com/2024/08/adriana-ruano-oliva-guatemalteca.html

La noticia me gustó mucho y por eso hice un artículo al respecto, pero no por ello quise adentrarme a conocer Guatemala a través de internet. Eso no le he hecho.

Y es que las pocas veces que me he asomado a Guatemala de una forma u otra, pasan cosas profundas, que me parece que con poco es mucho, como quien muerde un grano de café y el sabor explota, o quien mira por primera vez un quetzal y comprende porque en náhuatl se dice quetzal para decir “hermoso”, “belleza”.

No he querido adentrarme en internet. Quizá no me quedará de otra. Quien sabe.

Para dar un ejemplo, Flory, que me escribió desde Guatemala, me dijo que vive cerca del lago Atitlán, y cuando entré a ver ese lago en internet, vi que es un lago volcánico…

Los volcanes son lo máximo para mí.

Pero es otra historia, y para no desviarme solo puedo compartir el siguiente texto que hice hace tiempo, respecto a un grupo, un concierto, en un espacio que mira hacia un volcán:

https://escribosfera.blogspot.com/2024/03/primero-saltas-y-luego-te-salen-alas.html

Y bueno, debo ir terminando este relato, para seguir luego. y no cansar demasiado a quien lo lea.

Hay algo que debo decir para terminar bien.


ESTO ES MUY MUY ESPECIAL, pues incluye un fragmento de lo que mi nueva amistad en Guatemala me escribió:

Mi amiga Flory, que está en el departamento de Sololá, me envió un texto, en el cual, ENTRE OTRAS COSAS muy interesantes, me contó que:

“Sololá en el cual se encuentra el lago de Atitlán, el cual está rodeado de varios pueblos, algunos pequeños y otros extensos. Cada uno tiene el nombre de algún Santo Según la fecha de calendario. Cada pueblo celebra su fiesta patronal en la fecha del Santo mencionado, entre ellos San Antonio, Santa Catarina, San Lucas, Santiago, San Pedro, San Marcos, San Juan entre otros...”.

Me quedé inmóvil… completamente inmóvil…

Los pueblos que están alrededor del Lago de Atitlán, en el departamento de Sololá, en Guatemala… tienen varios, los mismos nombres de santa patrona o patrón, que algunos pueblos originarios de Azcapotzalco… (aquí los menciono con su nombre completo –patrona o patrón y originario-)

San Antonio (aquí hay colonia porque era la Hacienda de San Antonio)

Santa Catarina Atzacoalco

San Lucas Atenco

Santiago Ahuizotla

San Pedro Xalpa

San Marcos Ixquitlán

San Juan Huacalco y San Juan Tlilhuaca

 

Si yo le escribo a Flory para decirle  que acá en Azcapotzalco, Cdmx, tenemos pueblos que son “tocayos” de los que me mencionó ella en torno al lago de Atitlán, quien sabe que va a opinar.

Se lo haré saber…

Y a las personas que participan en el Club de Lectura “La Hormiga misteriosa”, este próximo jueves 21  de agosto, les diré que recibieron sus saludos, y que deseo ser yo el que haga de único mensajero.

No es egoísmo, es que el gusto que me significa esta experiencia de vínclulos culturales, en lo personal, es de un tamaño enorme... enorme... y quiero participar de cada letra, de cada "carta", de cada paso...

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