UN RECUERDO TRÁGICO, SISMOS DE 1985 Y 2017 (parte 3)
UN RECUERDO TRÁGICO, SISMOS DE 1985 Y 2017
(Parte 3)
Por Vickynela
Continuación del relato de
experiencias y testimonio de los trágicos sucesos en México, por los sismos de
los años 1985 y 2017.
Para leer la primera
parte, puede DAR CLIC AQUÍ.
Para leer la segunda
parte, puede DAR CLIC AQUÍ.
“Recuerdo que llegué a trabajar unos minutos antes de mi
entrada, en el 85… saludé al personal y de repente todo comenzó a moverse a
brincar, tambalearse, a caerse, en vez de salir corrí hacia adentro… saqué a la
gente que estaba y luego me metí debajo de uno de los escritorios, oía ruidos
terribles de toda la estructura, rechinidos, cosas que se rompían… de repente
quede inconsciente… cuando desperté sentí mi cabeza caliente… no veía
absolutamente nada todo era oscuridad total, me acuerdo que me dolía mucho mi
cabeza y oía los gritos de otras personas… me percaté que algo había caído
sobre nosotros y empecé a gritar igual que los demás, un tiempo después oí
hablar a alguien y me preguntó cómo me llamaba y le dije mi nombre completo y
mi puesto, ya el hombre dijo que iban a sacarme, recuerdo que tenía mucha sed y
a veces sentía que el oxígeno me faltaba… sin embargo estaba seguro que iban a
sacarme, era como que Dios me decía que todo iba a estar bien… pensaba en mis
hijos en mi esposa pero también pensaba en mis compañeros… tal vez muertos… yo
tuve mucha suerte me sacaron con vida con una mano rota, con la cabeza rota,
costillas fracturadas pero con vida… después de que me curaron un día después
acudí para ayudar… en las labores de rescate en lo que pudiera aunque no me lo
permitían yo no sentía dolor, yo lo único que quería era sacar a mis compañeros
qué habían quedado ahí. Recuerdo la multitud de gente, con palas, heridos,
llenos de polvo y sangre en el trayecto al hospital en un carro de una persona…
que Dios bendiga a todos los que ayudaron… vi lugares que cayeron, no podía
creer cuando volví y vi como había quedado mi lugar de trabajo… en el 2017
apoye en el Rébsamen aunque muy poco pues ya soy un hombre de edad”. Alfonso R (+)
La señora Marta Aguilera, me platicó que su hijo estudiaba
para en 1985, en el Conalep Humboldt,
ese día no se quería levantar para ir a la escuela, su madre le preguntó si
estaba bien si se sentía bien y el muchacho respondió que únicamente tenía
sueño y mucho miedo, lo regañó y comenzó a llorar, su papá le dijo que no lo
obligará a ir, después de desayunar, sintieron el sismo vivían en un edificio
en la colonia Santa María la Ribera, salieron del edificio, su hijo mayor ya se
había ido a la escuela, lograron salir desde su segundo piso, los vecinos
salían gritando y llorando de ese y de otros edificios hasta con toallas de
baño y descalzos, su esposo fue por su hijo mayor y se encontraron en el
camino, ya para el siguiente día fueron a desayunar y un chico que estudiaba
con él, les dijo que el Conalep había colapsado. Dice la señora que casi se
desmaya, “siempre le pido a las ánimas
benditas del purgatorio, ellas nos salvaron”. El muchacho posiblemente hubiera
muerto como decenas de sus compañeros y
maestros, ese mismo día fueron a ayudar en labores de rescate, llevaron
alimentos y material de curación, se hicieron brigadas por los mismos maestros
y alumnos y familiares sobrevivientes, su hijo tenía problemas con un profesor
de mal carácter que le hacía un poco difícil su estancia en esa escuela por
alguna razón milagrosa ese mismo alumno fue uno de los que lo ayudaron a
sacarle de los escombros, fueron escenas muy crudas. En el 2017 hicieron lo
mismo ayudaron en labores de rescate llevando comida también a diferentes
puntos y en hospitales. Sra. Ana
El plomero José que viene a mi casa se acordó que el 85 pasó
un caso igual que el de Frida Sofía, de Colegio Enrique Rébsamen, en 2017, la
cual se decía que hasta había tomado agua y hubo pláticas con ella, esto por
una reportera ahora conductora de noticias, se le dio mucha atención dejando de
lado la verdadera necesidad y víctimas reales, pues la escuela negó que esa
alumna existiera, solo fue para desviar la atención y cubrir todas las
anomalías de ese lugar. Fue una cortina de humo como “Monchito”, el según padre
decía que estaba su hijo en los escombros de una vecindad, brigadistas
nacionales e internacionales acudieron,
según se comunicaba por golpes en las losas, días buscándolo hasta que los rescatistas se detuvieron y fue
hallado el abuelo de “Monchito”, encontraron también una caja fuerte con
millones de pesos, el dueño de una tienda de telas que se derrumbó junto con la
vecindad. Había sido mentira para sacar esa caja fuerte, nunca se castigó en
ninguno de los casos a los que inventaron esto.
Un hombre que por
coincidencia escuchó lo que mi vecino platicaba del sismo, me platica que él
recuerda el sismo del 85, fueron presentadas como parte de las
víctimas, muertos encontrados en las labores de rescate en el edificio de la Procuraduría de Justicia del
Distrito Federal, un penalista
amordazado, vendado, y con cadenas en sus pies y manos, dentro de la cajuela de un automóvil había sido
torturado y asfixiado. También
colombianos, que según eran violadores.
Y una madre e hijo. También encontraron restos en el edificio que cayó en
Tlatelolco pero ya tenían muchos años ahí. Creen que eran de las víctimas del
68, él trabajaba como servidor público.
“Fui a dejar a mi hermano a la secundaria… esperando el
camión… se empezaron a mover las banquetas, yo pensé que estaba mareada pero vi
los cables y postes moverse, me sentí emocionada porque nunca había sentido un
temblor de esa magnitud, yo adolescente de 15 años… nunca pensé lo que se fuera
a ocasionar hasta ver tantas imágenes en la tv, me dio miedo y con el de
las 7:15 pm entré en pánico, a partir de
ese momento me estreso cada que hay un temblor”. Guadalupe Chávez
“Yo iba en la secundaria me levanté tarde y aunque sentí el
temblor no concebí la importancia de este hecho hasta que mi madre llegó de la
CONSASUPO, me contó cómo se levantaban las banquetas y no podía mantenerse en
pie, que se iba de lado creyó que estaba enferma… iba a llevar el desayuno a mi
hermano que trabajaba… Tomé un Ruta 100, el chofer tenía prendido el radio, e
iba escuchando el desastre que ocasionó el temblor, los edificios caídos, la
cantidad de casas derruidas, las gentes fallecidas, muchos nos vimos en las
brigadas para ir a reconstruir todo lo caído”. Gustavo Aquino.
“Ese día me despertaron los gritos de mi hermana Gloria, de
los vecinos y el crujido de puertas, ventanas, muebles, y de todo lo que caía
al suelo, mi madre y mi hermana estaban debajo del marco de la puerta de
entrada al departamento, a través de la ventana de la sala veía los edificios contiguos
en su interminable y angustiante vaivén... Pensaba que en cualquier momento
saldríamos disparados por ésa ventana, recuerdo como resbalaba al suelo la
porcelana que adornaba el librero… Parecía que caerían encima de mí... En la
ENAH dónde estudiaba todos estaban ayudando en la separación de víveres y
medicamentos, organizando grupos para acudir a las zonas más afectadas en ayuda
a las labores de rescate...” Francisco Vázquez.
“Trabajaba en un CENDI
por aquellos días, cuando comenzó el sismo me asustó ver el agua de la
cisterna como se movía, no pensé que fuera mayor hasta que oí la radio, nos
dieron cuatro días libres, yo vivía en la calle Campeche, ahí se cayeron
edificios de la unidad Juárez, yo llegue como pude desde Azcapotzalco hasta la
Roma, no había servicio de transporte y las avenidas estaban cerradas por la
devastación, la gente parecía loca en las calles gritando, apoyé en dar de
alimento y vimos al ejército y a los
vecinos ayudando, sentí tristeza cuando sacaron a una joven muerta que siempre
salía temprano a trabajar y pasaba por ella un taxi, esa vez el taxi no llego a
tiempo y ella no bajó así que murió cuando el edificio se vino abajo, otros
habían tenido fiesta en la noche y el desvelo no les permitió ir a la escuela
temprano, también los encontraron muertos, otra vecina del mismo edificio la
encontraron con una mano arriba como queriendo sostener el techo para proteger
a sus hijos, también encontraron a un bebé con vida, a todos los difuntos los
llevaban a el hotel Campeche, llegaba mucha ayuda, por la noche nos
alumbrábamos con velas y lámparas de pilas. Desde ese día me da mucho miedo los
sismos” . Sra. Graciela Cruz
“…me encontraba en el patio de la escuela…Cuando de repente
una voz espantada dijo "está temblando, no se muevan, quédense en el
patio, pronto va a pasar", cosa que no sucedió, cada segundo que pasaba el
piso del patio se estremecía, crujía, las baldosas se separaban y podíamos ver
la profundidad del piso, empezamos a brincar como si estuviéramos en un
trampolín, ahí fue cuando supe que la tierra no se iba a detener al contrario
se prolongó más… La locura, los gritos, pero al mismo tiempo todos tomados de
las manos como una familia. Después de que pasó, empezaron a dar la salida… No
dimensioné la situación, hasta que prendí el radio y narraban lo sucedido, las
muertes, los heridos, los daños ocasionados. Los días posteriores al sismo no
hubo clases, pero acudimos a la escuela a recibir terapias psicológicas… En el
taller de carpintería realizaban todos los días ataúdes...” Maestra Abogada
Miriam Sosa.
“Un amigo tenía a sus papás trabajando en Televisa......su
mamá es secretaria, su papá era camarógrafo en el derrumbe murió.......” “Un
Amigo estudiaba medicina.....estaba haciendo sus prácticas de 8 horas al pasar
el terremoto se quedó 24 horas porque llegaban muchos heridos... Pero se
molestó porque le tocó una señora que se preocupaba por sus bienes y no por su
salud… Le hablaba que tenía mucho dinero, joyas y cuadros de pintores
reconocidos y quería recuperarlos”. Srta.
Leonor.
“En el 85…Yo estaba arreglando a mi hija para llevarla a la
primaria, cuando se comenzó a sentir el movimiento mi esposo se puso a rezar a
mitad de la cocina hincado y yo salí con mi niña y los llevé para el patio, yo
tenía cita en un edificio que colapsó en la Roma norte, así que me salvó el no
haber ido más temprano a mi consulta”. En el 2017 recuerdo entre el susto un
momento que nos causa risa hasta la fecha: el electricista estaba arriba de un tambo arreglando la luz y
mi hija le gritó que se bajara porque estaba temblando, como fue lo del
simulacro no le creyó pero cuando sintió el movimiento se bajó de un brinco,
salió hacia la calle y se regresó muy asustado, nosotras nos abrazamos, mi hija
acababa de salir del hospital de una pancreatitis, así que fue un milagro, ella
dijo, “le doy gracias a Dios que me dejara vivir si es que tenía que estar
contigo este momento y morir juntas” y es que en verdad lo sentimos muy fuerte,
le pregunté luego de que termino el sismo porque salió, si afuera está el
transformador y era más peligroso, me contestó asustado que era para ver si
afuera también estaba temblando, entonces comenzamos a reír, nosotras vivimos
en Azcapotzalco, gracias a Dios que nos
bendijo y todo está bien”. Sra. Beatriz Vázquez.
Un doctor de mi mamá nos plática que atendió en el 2017 a
varios heridos y con crisis en el hospital donde labora, llegó un hombre ya avanzado de edad
gritándole a los paramédicos groserías y reclamos, el no quería irse de su
casa, cuando lo atendieron el señor le dijo al doctor que lo llevara a su casa,
que él ahí tenía una caja fuerte y que seguro se la iban a robar, el señor
nunca preguntó por su esposa quien también llegó ahí, nadie lo quería atender
porque era muy grosero y rebelde. El doctor nos contó que lo puso en su lugar,
tiempo después la esposa volvió a ir con el doctor y le contó que ya no
encontraron nada de sus pertenencias que valían, ni su caja fuerte, el señor
culpó a los rescatistas y los denunció, pero luego se enteraron que el hijo y nieto
fingiendo buscarlos y seguir en rescate de otras personas pudieron localizar la
caja que se llevaron y negaron para quedarse con lo que pudieron”. Dr. Fabián
M.
Mis amigas maestras de escuela primaria coinciden en que
tuvieron que contenerse y tomar valor, aguantarse las lágrimas y las ganas de
salir corriendo y esconderse, tenían a su cargo a pequeños que necesitaban su
protección y ayuda, habían terminado con el simulacro, y fue una confusión,
pero sacaron a sus niños a tiempo, los pequeños tenían que comportarse y lo
hicieron muy bien, aunque después llorarán, volvieran el estómago o se hicieran
del baño, estaban con bien. Lo más
difícil para algunas fue cuando bajaron de las escaleras que sentían tambalear
sus cuerpos y que no cayeran los niños y cuando las familias nerviosas y en
crisis fueron por sus niños. En cuanto pudieron se comunicaron a sus casas. Ya
después todas lloraron del estrés y el miedo guardado. (2017).
“Estaba en el mercado de Azcapotzalco con mi mamá y de
repente empezó a temblar, la alarma sonó después… Todas las personas que comían
se echaron a correr… y los vendedores se
saltaban sus negocios para salir, salimos sobre avenida Azcapotzalco, a mi
alrededor algunas personas quedaron en el suelo pegadas a la pared del mercado
donde está la tontería la Lulú. Vi como la avenida se movía como si fueran olas
de mar y los edificios se balancearon de un lado a otro, Yo quería avanzar más
con mi mamá pero ni pudimos se sentía como si el suelo se fuera a abrir, un
motociclista que venía por la avenida Azcapotzalco se derrapó y estampó en un
puesto azul de periódicos… Los transformadores empezaron a tronar muy fuerte se
oía las explosiones. Las personas gritaban y lloraban, había pánico. Cuando
pasó le marqué a mi papá y hermano para saber cómo estaban pero no tuve éxito.
Fuimos a casa, los vecinos estaban
afuera espantados, Subí al edificio para apagar el gas de todos los
departamentos con ayuda de una vecina. Gracias a Dios mi familia y yo estábamos
con bien”. Miguel González.
“Fui bombero de 1985, Me tocó apoyar en la tragedia del
sismo en varios edificios de la Roma, en
una vecindad y en el hospital Juárez. Debo decir que ese fue mi último año como
bombero… dentro de la vecindad a punto de colapsar habían unas personas de la
tercera edad en uno de los cuartos de abajo….
mis compañeros tuvieron que replegarse hacia la salida teniendo que
quedarme solo en esa parte de la construcción que era una casa colonial de dos
patios, pude agarrar a los dos ancianos y llevarlos hacia una ventana por la
cual los pude sacar el segundo patio pero teníamos que pasar por el medio de
otras construcciones en que había incendio y dónde estaba por venirse abajo, vi
un poco retirado a una mujer con un vestido gris, que me hizo señas con la mano
y la cabeza dándome a entender que la siguiera y eso hice, llegamos a un lugar
seguro dónde ya nos pudieron sacar mis compañeros... pregunté por la muchacha
pero nadie la vio salir, empecé a pensar que esa muchacha no tenía de dónde
salir, no salió con nosotros, quise regresar para ver si se encontraba dentro…
pero comprendí que no era una mujer real, los señores me contaron que veían una
mujer que vivió en esa casa en la época colonial, eso creían, y que el señor
siempre la saludaba aunque no la viera, esa alma nos salvó la vida. MTRO.
Agustín
De los que éramos niños en el sismo del 85, tenemos recuerdos de nuestros padres sacándonos de la casa cuando estaban alistándonos para ir a la escuela o ya iban en camino. De sus padres protegiéndolos y saliendo con ellos en brazos junto a sus hermanos y hasta mascotas. Son muchos los relatos, detallados, pero solo presento algunos. También algunos prefirieron quedar en el anonimato pues dicen que las buenas obras no deben lucirse y otros por el lugar donde trabajaban en ese momento, la unión que se ha dado en estos tiempos es lo que hace ver hasta dónde podemos apoyarnos como mexicanos pero también mostró el lado oscuro de muchos cerrando el paso para aprovecharse y robar en comercios o casas, obligando a trabajadores a seguir trabajando con el peligro inminente o sin saber de sus familias, adjudicándose ayudas y predios, quedándose con los víveres, ropa y medicamentos que el pueblo dio, dándose publicidad a costa de la tragedia, un sin fin de historias. No puedo dejar de mencionar a los héroes perrunos de México y otros países que ayudaron y que algunos murieron luego por heridas y enfermedades sin darles el reconocimiento debido, y a tanta gente que vino y mandó ayuda a nuestro país.